Firman candidatos presidenciales documento del episcopado impulsado por los jesuitas mexicanos

Como resultado de un proceso que dio inicio en 2023, los jesuitas mexicanos dieron a conocer un documento que trata de responder a la coyuntura actual del país marcada por el aumento de la violencia y de la actuación de grupos delincuenciales. Desde septiembre de ese año la provincia Mexicana de la Compañía de Jesús lanzó el documento Agenda Nacional de Paz basado en los Conversatorios por la Paz, los Foros de Justicia y Seguridad y el Diálogo Nacional por la Paz iniciados e impulsados por el Núcleo por la Paz integrado por la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos y Religiosas de México, Dimensión Episcopal para los Laicos y la propia Compañía de Jesús.

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La comisión por la Agenda estuvo integrada por 10 representantes del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, la UNAM, Foco Público, Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social, Jesuitas de México, Universidad Iberoamericana Ciudad de México, Instituto de Economía y Paz, Servicios y Asesoría para la Paz y El Colegio de México. Un conglomerado ciertamente muy plural y que habla de la capacidad de convocatoria implementada. No aparece ninguna iglesia u organismo evangélico o de alguna otra iglesia cristiana. La coordinó y promovió el sacerdote jesuita Jorge Atilano González Candia, quien ha dado varias entrevistas.

Recibido con cierto recelo, este documento se remonta y, de hecho, lo menciona, al asesinato de los jesuitas Javier Campos, Joaquín Mora, Pedro Palma y Paul Berrelleza en la Sierra Tarahumara (Chihuahua, norte del país), en junio de 2022, lo cual abrió una brecha con el gobierno federal.¹ Ese suceso es el quinto punto que se menciona en el resumen inicial que a la letra dice:

1. México enfrenta hoy lo que probablemente sea la peor crisis de violencia de su historia contemporánea.

2. A casi 17 años de su inicio, la gravedad de la crisis trasciende los ámbitos de la política, salud pública, educación, economía, y medio ambiente. La realidad que vivimos hoy en nuestro país nos obliga a reflexionar sobre la dimensión cultural y sus efectos en nuestra identidad mexicana.

3. Las violencias y sus múltiples manifestaciones no son solo estadísticas abstractas, sino que se materializan diariamente en sufrimiento y pérdida de vidas humanas, en diversas formas de dolor, desesperación y miedo. Las dimensiones de esta crisis deberían obligarnos a priorizar su atención por encima de cualquier interés gremial y de cualquier partido o proyecto político; valorando la paz por encima de los intereses personales.

4. ¿Qué país es éste que se ha acostumbrado a la muerte cotidiana, a la corrupción, a la impunidad, y al fracaso de sus instituciones? ¿Cómo nos convertimos en esta sociedad que tolera y se resigna al miedo, egoísmo e indolencia; a la ineptitud de sus gobernantes y a relacionarnos haciendo daño? (link).

Se realizaron 1002 conversatorios en 20 estados, en los cuales participaron más de 14 mil personas. Los foros de justicia y seguridad fueron 50 y asistieron 4 mil 716 personas en todas las entidades de la República. “Así, convencidos de que no hay soluciones fáciles para construir la paz y vencer las dinámicas de la violencia y destrucción del tejido social, se llegó al Diálogo Nacional por la Paz que se llevó a cabo del 21 al 23 de septiembre en la Universidad Iberoamericana de Puebla”.² En esa ocasión llamó la atención que confluyeran sectores de la jerarquía católica con movimientos eclesiásticos que realizan sus actividades sociales, muchas veces desarticulados y más ligados a la teología de la liberación. El documento en cuestión es un extenso análisis (130 pp., 265 parágrafos) de la problemática que aqueja al país y está dividido en tres partes: “¿En dónde estamos?”, “A dónde queremos ir” y “La ruta que debemos seguir”.

El lunes 11 de marzo los tres candidatos presidenciales se reunieron en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco con los representantes del Episcopado mexicano (web oficial), los jesuitas y demás organismos eclesiales para firmar el documento Compromiso por la paz (PDF), integrado por 7 ejes temáticos y 117 propuestas y con más personas integradas para colaborar en las diferentes comisiones (7 también), “en el que [se] plantea la desmilitarización paulatina de las tareas de seguridad, desmantelar las redes criminales locales por medio del desarme y la reinserción social de sus integrantes; regular la mariguana; una reforma electoral y del sistema de partidos políticos, para erradicar su corrupción y penetración por el crimen organizado”.³ Por separado y en el espacio de una hora, cada candidato escuchó los planteamiento de los organismos católicos y procedió a firmar el documento. Es la primera vez que coinciden los aspirantes a la Presidencia de la República, aun cuando no se reunieron al mismo tiempo.

“Obispos, acompañados de jesuitas, entre otras agrupaciones religiosas y civiles, entregaron a Jorge Álvarez Máynez, Xóchitl Gálvez y a Claudia Sheinbaum, en ese orden, el documento de más de 50 páginas, elaborado a partir de la opinión, según la Iglesia, de más de 20 mil personas”.⁴ El presidente del Episcopado, Rogelio Cabrera López, “expuso que el documento contiene el clamor de las víctimas. La Iglesia ‘tiene el sueño de que las propuestas se conviertan en agenda y compromiso por la paz, subrayó’. Reunirnos con los candidatos y que ellos avalen el escrito, ‘nos llena de profunda esperanza’”. Esta reunión avanza sobre la aparente oposición que la iglesia católica ha mostrado hacia algunas decisiones del gobierno federal en los meses recientes y, en opinión de Bernardo Barranco en entrevista radiofónica, la coloca abiertamente en la oposición.

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Quizá esa sea la razón por la que Sheinbaum, la candidata oficialista, rechazó que el país se esté militarizando y “que prevalezcan ‘el miedo, la impotencia, la desconfianza y la incertidumbre’; que las instituciones ‘estén rotas’, aumente la ‘delincuencia común alimentada por la marginación y la búsqueda de reconocimiento y justicia social’ y [que] no haya ‘datos confiables’ en el Sistema Nacional de Seguridad. Sus desacuerdos los plasmó en el documento Seguir dialogando, que se anexó al texto”.⁵ Xóchitl Gálvez, por su parte, se comprometió a incorporar los planteamientos del Episcopado en su plataforma de gobierno. “Haré mías las propuestas”, señaló.⁶ Jorge Álvarez Máynez, a su vez, prometió “asumir una posición de liderazgo frente a la tragedia y el horror” y “sumarse al esfuerzo contra la militarización”, que resultó ser el punto más polémico.

La nota de El País destaca que “el documento presentado por el Diálogo Nacional por la Paz exhortaba a los tres candidatos a la presidencia a la ‘desmilitarización paulatina’ del país, sobre todo en lo que toca al papel de las Fuerzas Armadas en las tareas de Seguridad Pública, y hacía un llamado a reducir la ‘polarización política y social’. El sacerdote González Candia y la académica Ana Paula Hernández, director y coordinadora de la iniciativa afirmaron: “Nos convoca un tejido social erosionado y frágil, capaz de abandonar a sus adolescentes y a sus mujeres”, en el discurso que se leyó por separado a cada aspirante. Y agregaron: “Nos convoca un sistema de justicia lejano y burocrático en donde no hay confianza para denunciar ni capacidad para investigar los casos, en el que predominan la impunidad y la corrupción”, agregaban ambos tras la llegada de cada candidato. Nos convoca un sistema de seguridad fragmentado incapaz de responder a las economías criminales que hoy controlan muchos territorios del país”.

Como puede apreciarse, no deja de ser llamativo que las instancias católicas participantes intenten influir en las políticas públicas del próximo gobierno, en una nueva violación de la laicidad del país, pues tratan de aprovechar su fuerza para imponer las condiciones que consideran necesarias para salir de la situación que, según ellas, domina al país. Deja un mal sabor de boca que el episcopado, más allá de sus diferencias con algunos grupos como los jesuitas, se sume a esta iniciativa abiertamente opositora para dar rienda suelta a los impulsos que siempre lo han caracterizado en abierto desafío a las leyes que rigen el comportamiento de los religiosos mexicanos. El activismo de los jesuitas, en particular, no se ha visto corroborado suficientemente por los resultados de su labor educativa, pues la inmensa mayoría de egresados de sus instituciones comulgan con el sistema económico dominante y no se deja ver el impacto de su labor aleccionadora.

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1 Joan Martín Cullel, “La ola de violencia en México abre una brecha entre la Iglesia católica y el Gobierno”, en El País, 5 de julio de 2022, https://elpais.com/mexico/2022-07-05/la-ola-de-violencia-en-mexico-abre-una-brecha-entre-la-iglesia-catolica-y-el-gobierno.html

2 Eugenia Jiménez Cáliz, “Llama Iglesia a una gran movilización por la paz”, en Eje Central, 29 de septiembre de 2023, www.ejecentral.com.mx/llama-iglesia-a-una-gran-movilizacion-por-la-paz.

3 Carolina Gómez, Alma E. Muñoz y Néstor Jiménez, “Compromiso por la paz, 117 propuestas de la CEM a candidatos”, en La Jornada, 12 de marzo de 2024, www.jornada.com.mx/2024/03/12/politica/004n3pol. Cf. “Iglesia católica y jesuita propone agenda de paz a candidatos presidenciales”, en Por Esto, 11 de marzo de 2024, www.poresto.net/elecciones-2024/2024/3/11/iglesia-catolica-jesuita-en-mexico-propone-agenda-de-paz-candidatos-presidenciales-425961.html.

4 Ídem.

5 Carolina Gómez, Alma E. Muñoz y Néstor Jiménez, “Sheinbaum rechaza que México se haya militarizado”, en La Jornada, 12 de marzo de 2024, www.jornada.com.mx/noticia/2024/03/12/politica/sheinbaum-rechaza-que-mexico-se-haya-militarizado-1486. Cf. Elías Camhaji, “Claudia Sheinbaum, a la Iglesia católica: “No estoy de acuerdo con las referencias a una supuesta militarización en el país”, en El País, Madrid, 11 de marzo de 2024, https://elpais.com/mexico/elecciones-mexicanas/2024-03-11/claudia-sheinbaum-a-la-iglesia-catolica-no-estoy-de-acuerdo-con-las-referencias-a-una-supuesta-militarizacion-en-el-pais.html; y

6 E. Camhaji, op. cit.