Escrito durante su reciente estancia en Michigan, este libro es otra muestra de buena poesía del pastor y teólogo chileno
Sobre Luis-Cruz Villalobos he escrito en varias entregas de este ‘Barro del Paraíso’. Ahora dejo aparte los datos biográficos suyos, ya conocidos o fáciles de encontrar para los lectores de este blog.
Sólo indicar que los poemas que integran este libro fueron escritos durante una estancia de tres meses en la ciudad norteamericana de Grand Rapids (Michigan), donde estuvo finalizando su tesis doctoral y mejorando sus conocimientos del idioma inglés. El poemario ha salido este año bajo el sello de Hebel Ediciones.
He seleccionado tres poemas, para nuestros lectores.
ABISMO LUMINOSO
"¿Y Cristo?", le preguntó a Kafka un amigo suyo con el que estaba dialogando. Y Kafka, casi en un susurro, se limitó a musitar: "Ese es un abismo luminoso. Tenemos que cerrar los ojos para que no nos arrastre". L. Boff
Oh abismo
Oh luminoso
Mío
Nuestro
De todas y todos
Allí dispuesto ante nuestros pies lacerados
Dispuesto siempre
Al servicio inaudito de nuestra caída total a tu abrazo
Llámame
Grita mi nombre
Con la ternura de tu sangre
Con la paciencia de tu costado
Y dime
Con la timidez de tu ternura
Para qué me has traído a este valle
Oscuro y frío
Dinos al oído de la memoria
Cuál ha sido tu idea sublime
Detrás de todo este despilfarro de vida
Y de muerte
De carne
Y sangre
Llámame
Oh abismo mío
Nuestro
Y de todos y todas
Llámanos
Arrástranos a tus entrañas de luz
De canto primero
De amor reconstituyente del espacio
Abrázanos con tus fotones dulces
Con tu magma que no quema
Con tu sol diminuto
Donde cabemos cada uno
Como multitud incontable
Déjanos caer en tu útero sideral
En su seno de madre eterna
Déjanos cantar en tu regazo
Como familia una y toda
Que esta vida tuvo un sentido veraz
No queremos seguir caminando en tu contra
No queremos perder tan precioso tiempo
En efímeras tropelías
Queremos caer a tu luz
Abalanzarnos como locos a tu quebrada
A tu precipicio infinito
Y allí
Cobijados por tu manta de abuela
Podremos escuchar tus respuestas
Porque tanto mal Tanta matanza
Tanto desastre
Tanto y tanto absurdo
Demanda respuesta
Callada
Sutil
Lenta
Tal vez cándida
Pero respuesta al fin
Desde tu boca
Más honda que los antiguos universos.
9-2-16
A LO PROFUNDO DE UN BOSQUE LEJANO Y CALLADO
A aquellas que sufren la violencia de sus hombres
De vez en cuando
Ella llevaba la noche doliente en el rostro
Y su tristeza tenía el color más agrio de su historia
Justo aquel
Que había escrito bellos versos en su honor
Justo aquel
Que había anunciado a todos los vientos
Que la amaba como a sí
Él
Repleto de vigor para el abrazo y la danza
De fuerza para labores que nutrieran el hogar
Justamente él La vestía de noche triste y parda
Le cubría el pecho con la certera violencia cruda
Que no le dejaban
A ella Anhelos para vivir
Justo él
Que había jurado ante el cielo y la tierra
Cuidarla y defenderla del alud del mal
Era alud
Era el mal exacto y brutal sobre su vida
Ella en ocasiones
Al mirar la noche doliente sobre su rostro
Y al respirar el humedal de tristeza sobre su pecho
Se imaginaba mariposa
Blanca
Sutil
Acariciada por la brisa
Pero poco duraba el ensueño
Pues la puerta se abría de golpe
Y dos dedos gruesos y toscos
Atrapaban sus alas
Y la obligaban a un amor que no era más que miseria
Pero ella
Ya no estaba allí
Se había ido lejos
En esas ocasiones infinitas
Con nuevas alas
A lo profundo de un bosque lejano y callado
Donde realmente la amaran.
11-2-16
DESASTROSAS TEODICEAS
Pensar el mal te devanará los sesos
Te arruinará el esqueleto del alma
Te maltratará la esperanza sincera
Y te mortificará las pupilas del amor
Las teodiceas son nefastos apoyos
Para los que piden un poco de pan
En medio de la guerra del hambre
En medio del terror de las noches
Las teodiceas son rotundo fracaso
Para los niños que no pueden leer
Para las madres que ya no cantan
Para los padres que ya se rindieron
Las teodiceas son un mal chiste
Para la frente de la bella doncella
En manos de los oscuros rufianes
Que sólo merecen el olvido más hondo
Ante el mal de este mundo sólo queda
Lamentarse con las manos crispadas
Cantar desde el infierno del tiempo
Descolocarse en medio de los llantos
El grito es la cura de la llaga y del destierro
El poema incandescente es la exacta ruta
La canción desgarradora es transporte
Para las almas en pena que caen
Las teodiceas son sólo juegos de niños
Artilugios para quien no va por el abismo
Ni ha recibido los embates del absurdo
Justo en medio del pecho o de la cara
Las teodiceas se descomponen en la sien
De quienes las producen como artificio
Y no les dejarán en paz ni un minuto
Ni por los siglos de los siglos de siglos.
1-3-16
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