‘La palabra suficiente’, de Stuart Park

Soy perfectamente consciente que otros colegas míos en Protestante Digital han comentado este libro. Me da igual. Yo no lo hago en el cumplimiento de una tarea que me impuso Pedro Tarquis al nombrarme crítico literario de la red digital. Lo hago porque la literatura de Park inyecta a mi mente grandes y profundas ideas que calan hasta las entrañas.

De lo escrito últimamente sobre este autor hispanobritánico existe el artículo de mi amigo Máximo García Ruíz, publicado aquí el 19 de junio. Máximo es uno de los iconos literarios del protestantismo español. Creador de un estilo sencillo, sincero y directo que utiliza los adjetivos en su justa medida, sin mucha concesión a este estilo de escribidor.

En opinión de Máximo, “las páginas de La palabra suficiente muestran, sobre todo, el interior de un hombre sometido a la Palabra, dejando al descubierto el alma de un creyente que no tiene ningún recato en poner de manifiesto sus propias debilidades”.

Máximo Ruíz no es el único escritor evangélico que opina sobre este último libro de Stuart Park. En las páginas introductorias escriben también otros seis autores que figuran, como diría Lara en su famoso chotis, “en la crema de la intelectualidad” de nuestro movimiento protestante. Y aquí me enfrento con el dilema. ¿Continúo ejerciendo de comentarista o me rebajo al grado de amanuense, es decir, persona que copia y transmito al lector lo que estas personas han escrito sobre La palabra suficiente?

¡Dicen cosas tan bellas! ¡Quien no lea la obra no tendrá forma de conocerlas! Me decido. Renuncio a mi función especializada de comentarista de libros y ofrezco a los lectores de esta sección en Protestante Digital algunas de las opiniones expresadas en torno a La palabra suficiente y su autor.

Pablo Martínez Vila, médico-psiquiatra, escritor y figura prominente del protestantismo en España:

“La palabra suficiente es la síntesis admirable de una vida y una obra….Apunta cual norte constante a la Palabra encarnada, Jesucristo. Este Verbo por excelencia es la fuente inagotable de su inspiración literaria y de su trayectoria vital”.

Aurora Camacho de Schmidt, profesora emérita en el Swarthmore College de Pennsylvania EE.UU:

“La palabra suficiente es una celebración de la fe en el Hijo de Dios. ‘Cristo es el epicentro de la Historia’, exclama el autor. No es extraño que este libro, conmovedor y supremamente bien escrito, haga arder nuestro corazón son su verdad y poesía”.

Alfredo Pérez Alencart, escritor, poeta, profesor de Derecho del trabajo en la Universidad de Salamanca:

“La literatura bíblica en lengua castellana tiene en el inglés Stuart Park a uno de sus más hondos y prolíficos representantes. Muchas veces he escrito a contracorriente de las mayorías, muchas veces. Vindico, pues, su nombre y todo aquello que ha ido destilando en el preciso (y precioso) castellano que aprendió hace casi cincuenta años, cuando puso, por primera vez, su corazón en suelo español”.

Pedro Puigvert, director de la revista SÍNTESIS:

“Stuart Park sabe convertir la teología en poesía, aunque escribe en prosa. De ahí que la lectura de sus libros no sólo genere conocimientos, sino también deleites a las buenas letras. Sus libros destacan por su magnífica presentación exterior e interior, amén de su contenido que es el que el autor nos tiene acostumbrados”.

Samuel Escobar, pastor, educador, escritor. Ampliamente conocido como teólogo y conferenciante en toda la América hispana (nació en Perú) y ahora en España:

“Stuart Park ha creado un género especial de exposición bíblica que me parece que está contribuyendo a la difusión de la Palabra de Dios. Sus libros consiguen que “gustemos”  de la Biblia, y que por medio del disfrute literario, disfrutemos también de la espiritualidad bíblica. El tipo de reflexión bíblica que une el conocimiento del texto con el genio poético y la imaginación creadora hace de los trabajos de Stuart excelentes vehículos formativos para la vida cristiana”.

David Vergara, redactor jefe de la revista de las Asambleas de Hermanos, Edificación Crisitiana:

“Stuart Park reside desde hace muchos años en Valladolid, provincia donde se desarrollaron episodios vitales para la historia del protestantismo que el insigne Miguel Delibes plasmó en El hereje. En esas tierras Stuart lleve años reflexionando y escribiendo con una pluma serena que desliza con destreza y belleza hasta que emergen sentimientos profundos siempre entrelazados con la Palabra escrita”.

Francesc Glosa Basa, redactor de la revista de información literaria Síntesis:

“La ingeniería gramatical de Park es robusta, aunque grácil y donosa, como la de los clásicos del siglo de oro. Aunque Stuart posee una erudición teológica de primer nivel, nunca marca distancias académicas con el lector, especialmente en estos ámbitos a los que tan pocos son llamados. Más bien al contrario, comparte sus experiencias personales de toda índole, invitándole a entrar en una esfera de amistad, como si pasearan juntos entablando una animada conversación entre amigos”.

De las 298 páginas que forman La palabra suficiente, casi la mitad, 145 son escritos autobiográficos recogidos bajo el acertado epígrafe de ‘Vivencias’. Siguen luego diez capítulos: ‘La Biblia y el arte de escribir’. ‘Destello del torbellino o la vindicación de Job’. ‘Rut la moabita, una historia de amor’. ‘La osadía de Tamar, una vida humillada’. ‘El vituperio de Cristo o la figura de David’. ‘El profeta obediente, la angustia de Jonás’. ‘Una reina mejor, la valentía de Ester’. ‘Las bodas de Caná y la gloria de Cristo’. ‘Siete palabras en la hora de la cruz’. ‘La Tumba vacía, la resurrección de Jesús’.

El prólogo al libro está escrito por un conocido autor católico, José Jiménez Lozano, con estudios en la Universidad de Valladolid, licenciado en Derecho por la de Salamanca, graduado en periodismo por la Escuela Oficial en Madrid. Es autor de una decena de libros, entre ellos El ateísmo en España y escribe artículos en revistas y periódicos, especialmente en El norte de Castilla, de Valladolid.

Jiménez Lozano dice que La palabra suficiente “no precisa seguramente más que una ojeada para hacerse cargo de que lo que lo constituye es una serie de comentarios bíblicos que esta vez, a diferencia de las habituales publicaciones del autor, no dan lugar a un volumen cada uno de ellos, sino a una más o menos breve lectura”. Más acertado está en la comparación que hace entre George Borrow y Stuart Park, que reproduzco a continuación:

“¿Han llegado a creer los españoles que la Biblia es un producto inglés, y su propagación una manía inglesa como decía Moreno Villa? Es sólo una ironía, pero no desprovista de algunas digamos más o menos curiosas preguntas por el hecho, tan halagador para los españoles, de que un inglés hace ciento cincuenta años cruzara y recruzara la península por amor a la Biblia y también a España, y a esta distancia de tiempo otro inglés recorre los caminos, figuras y estancias de la Biblia y las de su propia vida en España y en lengua española, y en ambos casos como si hubieran estado aquí, desde siempre”.