jueves, 20 de noviembre de 2025   inicia sesión o regístrate
 
Protestante Digital

 
 

A.L.T.O.: Abre los ojos. Libera la mente. Toma decisiones. Obedece a Cristo.

Un llamado urgente a detener la esclavitud sexual en el hombre cristiano.

ENTRE LA TORMENTA Y LA ROCA AUTOR 1068/Jose_Daniel_Pino 20 DE NOVIEMBRE DE 2025 11:38 h
Foto de [link]Nadine E[/link] en Unsplash

Hay heridas que no sangran, pero debilitan y consumen. Hay batallas que casi nadie ve, pero desgastan la vida de un hombre cada día. Y hay pecados tan normalizados que, incluso dentro de la iglesia, hemos dejado de temerlos, denunciarlos y tratarlos con la seriedad que demandan.



Permíteme iniciar con una declaración necesaria sobre mi anterior artículo y este, sólo para que quede claro:



El sexo fuera del matrimonio, la pornografía y la masturbación no son «tentaciones emergentes ni modernas» tampoco es un «problema de los jóvenes hoy».



Son una pandemia espiritual, emocional y neurológica que está destruyendo silenciosamente la vida, la identidad y el destino de millones de hombres, incluyendo líderes, pastores, servidores y esposos que aman a Dios… pero que viven en una guerra constante dentro de su propia mente desde tiempos antiguos.



Después de mi último artículo, es posible que algunos quedaran con preguntas o dudas que posiblemente nunca se han atrevido a pronunciar en voz alta:



— “¿Realmente esto hace tanto daño?”



— “¿Por qué no puedo controlarlo?”



— “¿Es tan grave como dicen?”



Esto no es nada nuevo.”



Me veo en la necesidad de ampliar un tema tan necesario para los tiempos que vivimos. Y quiero escribirte desde tres enfoques: con la verdad y la claridad que la Biblia abierta ofrece, la evidencia sólida que la ciencia ha mostrado, y la experiencia terapéutica y pastoral que confirma, una y otra vez, que este enemigo no se vence con excusas, sino con luz, acompañamiento y decisiones firmes.



Mi propósito no es suavizar el mensaje, sino ofrecerte un camino real de restauración, un camino posible, pero que comienza cuando dejamos de justificar lo que está destruyendo nuestra vida en secreto.



 



1. Una lucha real en un mundo hiperexpuesto e hipersexualizado



Vivimos en una época donde la pornografía cumple el mismo patrón destructivo que cualquier sustancia adictiva: accesible, asequible, abundante, anónima y altamente adictiva. Y aunque no es ninguna novedad —siempre ha estado presente en distintas culturas a lo largo de la historia— nunca había tenido el nivel de alcance, exposición, normalización y promoción que hoy tiene… literalmente, al alcance de tu mano.



Un estudio del Barna Group (2016) reveló que el 64% de los hombres cristianos consume pornografía al menos una vez al mes, y que más de la mitad ha intentado dejarla sin éxito.



Más recientemente, en colaboración con Pure Desire Ministries (2024), se publicó el informe: s allá del fenómeno del porno: Equipando a la iglesia para una nueva conversación sobre pornografía, trauma por traición y sanación”.



En él se concluye:



El cristiano promedio no está experimentando libertad en esta área; el 75 por ciento de los hombres cristianos y el 40 por ciento de las mujeres cristianas informan que están viendo pornografía al menos ocasionalmente… Pero lo que puede ser más preocupante es que bastante más de la mitad de los cristianos que consumen porno dicen sentirse cómodos con su consumo”.



Para muchos, esto suena repetitivo. Es verdad: la iglesia siempre ha luchado contra este pecado.



Pero lo que ha ocurrido en la última década es distinto:



Lo hemos normalizado y banalizado.



Lo denunciamos menos y lo toleramos más.



Lo exhortamos menos y lo ocultamos más.



Y mientras más lo minimizamos, más crece silenciosamente entre nuestros hombres, sin importar si son jóvenes, adultos, casados, líderes o pastores. Pero que este pecado haya estado entre nosotros desde hace siglos no significa que debamos aceptarlo como parte inevitable de la vida cristiana. Ignorar el mal no lo hace desaparecer, y normalizarlo no te vuelve inmune.



Porque cada vez que alguien dice: —“Esto siempre ha sido así” …lo que realmente está diciendo es: —“Entonces, ¿para qué cambiar?”



Cuando las preguntas correctas —la que la conciencia y el Espíritu Santo nos plantean— deberían ser otras:



¿Hasta cuándo evitaremos hablar o peor aún, justificaremos lo que está matando la vida espiritual de nuestros hombres, deformando sus corazones y destruyendo sus matrimonios?



¿Cuándo dejamos de predicar sobre la santidad, la pureza, la obediencia y la honra a un Dios que sigue siendo Santo?



 



2. Lo que la ciencia confirma: tu cerebro está siendo moldeado y condicionado por lo que consumes



Por eso Jesús advirtió:



El que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón.” (Mateo 5:28)



Jesús no estaba aportando una norma moral” superficial o quizá instituyendo a los que hoy llamamos “religiosos radicales”. Estaba describiendo un proceso espiritual que hoy la neurociencia puede confirmar con exactitud.



Un estudio de la Universidad de Cambridge (2014) demostró que el cerebro de un consumidor habitual de pornografía se activa igual que el cerebro de un adicto a la cocaína: las áreas de recompensa, compulsión y urgencia se encienden con la misma intensidad.



El Witherspoon Institute (2010) concluyó que la pornografía:



• Reduce la sensibilidad a estímulos sexuales reales e incrementa la fantasía.



• Aumenta la tolerancia, exigiendo contenido más explícito y tóxico.



• Modifica la estructura cerebral de manera similar a otras adicciones.



Esto explica por qué:



• Ya no basta con mirar un poco”: necesitas más.



• Ya no puedes detenerte cuando quieras: esto te controla a ti.



• Ya no te satisface lo que antes te excitaba: tu cerebro ha sido recalibrado.



No es solo que sientas debilidad”: estás siendo condicionado neuroquímicamente. Cada exposición refuerza el circuito adictivo, debilitando tu capacidad de decisión. Y cuanto más consumes, menos voluntad y menos sensibilidad espiritual te queda.



Y si eres un hombre cristiano, el golpe es doble:



Porque no solo te roba dominio propio …también te roba autoridad espiritual.



No solo altera tu cerebro …cauteriza tu mente y adormece tu discernimiento.



No solo afecta tu deseo sexual …hiere tu identidad como hijo de Dios y distorsiona tu percepción del amor.



 



3. El daño espiritual: un pecador elige



Hay algo que la ciencia jamás podrá medir, escanear ni cuantificar: la distancia espiritual, moral y emocional que se crea entre Dios y un hombre cuando el pecado se repite una y otra vez.



Los profetas lo entendieron. Jesús lo enseñó. Pablo lo explicó con una claridad quirúrgica.



Huid de la fornicación. Todos los demás pecados que un hombre comete están fuera del cuerpo, pero el fornicario peca contra su propio cuerpo.” (1 Corintios 6:18)



Pero vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados le han hecho esconder su rostro de vosotros para no escucharos.” (Isaías 59:2)



Presta mucha atención: no es que Dios quiera abandonarte; es el hombre quien elige contaminarse, apartarse y permanecer en la oscuridad.



Y ese alejamiento suele tomar dos formas:



• Te ocultas: Te escondes en las sombras, evitas orar, huyes de la presencia del Señor. No porque Dios no te reciba, sino porque tú ya no te sientes digno. Te conviertes, como Adán, en alguien que prefiere esconderse detrás de un árbol que enfrentar la voz que lo llama.



• Te endureces: La conciencia se hace insensible. La voz del Espíritu suena cada vez más baja. Y, sin darte cuenta, empiezas a justificar lo que antes llamabas pecado:



No es tan grave, todos somos pecadores.”



Dios me entiende y me ama tal como soy.”



Nadie es perfecto. ¿Acaso alguien lo es?.”



No puedo cambiar.”



Y cuando un hombre llega a ese punto, el problema ya no es la caída …es la anestesia del alma.



Porque cada caída endurece la conciencia.



Cada excusa debilita el espíritu.



Cada secreto encierra el alma.



Cada repetición cava una tumba interior.



Por favor, entiende esto con toda la fuerza espiritual que este mensaje conlleva:



La pornografía, la masturbación y toda expresión sexual desconectada del propósito de Dios no solo te atrapante adormecen. Te vuelven tibio. Te roban sensibilidad. Te alejan del altar.



Y en ese proceso, el enemigo no solo quiere que caigas… quiere que pierdas tu voz.



Tu autoridad espiritual.



Tu valentía para resistir.



Tu claridad mental.



Tu identidad como hijo amado.



Ese —y no solo el acto sexual en sí— es el verdadero peligro para el hombre cristiano.



Porque un hombre atado pierde convicción.



Un hombre dividido pierde poder.



Un hombre esclavo pierde el llamado.



La pornografía no solo afecta tu deseo: afecta tu destino.



 



4. El daño relacional: cuando el amor deja de ser encuentro y se vuelve consumo



La pornografía promete placer, pero produce aislamiento. La masturbación promete alivio, pero genera desconexión emocional y sensorial. Lo que comienza como un escape termina reconfigurando la manera en que un hombre mira, desea y se relaciona con la mujer real que tiene delante.



Según un estudio de la Universidad de Denver (2017):



• Los hombres que consumen pornografía presentan mayor probabilidad de disfunción sexual al tener un encuentro íntimo genuino.



• Reportan menor satisfacción emocional en sus relaciones.



• Tienen más dificultad para conectar afectivamente con su pareja.



• Y los matrimonios donde el uso de pornografía está presente muestran índices más altos de ruptura y distanciamiento.



¿Por qué sucede esto?



Porque la pornografía reeduca —distorsiona— la manera en que el cerebro interpreta el amor, el deseo y la intimidad. Entrena al hombre a:



• Amar sin entregarse.



• Excitarse sin vínculo.



• Tocar sin ternura.



• Mirar sin respeto.



• Desear sin compromiso.



Es un entrenamiento emocional inverso: en lugar de formar un corazón capaz de entregarse, discipula a un consumidor de cuerpos y sensaciones. Entrenan la autosatisfacción. Desconectan la mente del corazón, el cuerpo del espíritu y el roce del alma.



Cuando un hombre vive atrapado en estas prácticas, llega un momento en que su pareja deja de ser una persona amada y empieza a competir —sin saberlo— con imágenes, fantasías, distorsiones y comparaciones imposibles dentro de su mente. Y aunque él la ame, el vínculo se erosiona, porque el pecado siempre demanda más y ofrece menos; siempre promete placer pero produce muerte.



Por esto, la intimidad se marchita. La confianza se fisura. El amor se desgasta.



Y, a veces, la pareja termina pensando que ella es el problema… cuando en realidad es la herida secreta del corazón de él la que está saboteando el encuentro.



 



5. El impacto en Su propósito y el ministerio



Aquí quiero hablarte como pastor y como terapeuta. Esto ya lo he dicho antes, pero necesito repetirlo con la claridad que la verdad demanda: he acompañado a cientos de hombres asediados por este pecado. Hombres buenos, sensibles, sinceros… hombres que aman a Dios, pero que han vivido décadas atrapados en la sombra y en la oscuridad que estas prácticas ocultas generan. A estos hombres les he visto perder el ministerio, perder la autoridad espiritual, su liderazgo, su influencia, su matrimonio, la confianza de sus hijos, y hasta el respeto por sí mismos.



Y lee esto con atención: No porque Dios los rechazósino porque ellos no lo eligen a Él.



Se disfrazan de un cristianismo funcional o espectacular” en público… mientras mantienen  un verdadero infierno privado” en secreto. Es imposible mantener esa doble vida indefinidamente, tarde o temprano todo saldrá a la luz.



Es imposible mantener autoridad espiritual cuando la conciencia está esclavizada.



Es imposible manifestar victoria cuando el corazón está secuestrado.



Por eso necesito que leas esto con total claridad: No puedes vivir con autoridad espiritual e integridad y en victoria si continúas alimentando un pecado que está destruyendo tu integridad desde dentro.



No puedes.



No importa cuánto prediques o lo bien que lo hagas.



No importa cuánto ores.



No importa cuánto ministres.



No importa cuántas personas te aplaudan o a cuántos inspires.



La pornografía es un ladrón.



La masturbación es un asesino sigiloso.



Y ambos operan con una precisión quirúrgica.



Te roban por dentro cuando nadie lo ve. Te consumen desde los tuétanos cuando nadie se da cuenta. Hasta que un día —inevitablemente— todo se derrumba. Todo.



Y cuando cae, no cae solo: arrastra tu testimonio, tu hogar, tu ministerio, tu futuro… todo aquello que Dios soñó contigo.



 



6. ¿Por qué no puedes salir solo? La trampa del aislamiento



Como dije antes, el pecado sexual se alimenta de tres raíces que operan juntas, como un sistema perfecto de destrucción:



• Aislamiento



• Vergüenza



• Secreto



Estos tres elementos forman una trampa neuroespiritual tan profunda que la mayoría de los hombres —incluyendo pastores, líderes, servidores, esposos y jóvenes cristianos— terminan atrapados sin saber cómo salir. No porque no quieran, sino porque la estructura misma del pecado sexual está diseñada para funcionar como un ciclo cerrado.



A nivel neurológico, el aislamiento potencia la compulsión; la vergüenza activa los mismos circuitos de estrés que alimentan la necesidad de alivio”, y el secreto impide la intervención que rompe el circuito adictivo.



A nivel espiritual, la vergüenza oscurece la conciencia, el secreto endurece el corazón y el aislamiento apaga la sensibilidad al Espíritu Santo.



Por eso tantos caen. Por eso tantos repiten. Por eso tantos viven con doble vida. Y por eso incluso hombres con un llamado real, un corazón sincero y dones evidentes viven atados a un ciclo del que no logran escapar.



Pero atiende esto con todo tu corazón:



Lo que se confiesa pierde poder; lo que se oculta echa raíces.



Lo que se reconoce, Dios lo sana.



Lo que escondes, te gobierna.



La Biblia lo declaró siglos antes de que la neurociencia pudiera confirmarlo:



El que encubre su pecado no prosperará; pero el que lo confiesa y se aparta, alcanzará misericordia.” (Proverbios 28:13)



Esta no es solo una instrucción espiritual: es una descripción exacta de cómo funciona la liberación emocional y neurológica.



La ciencia lo corrobora una y otra vez: las adicciones —y especialmente esta— se rompen mediante acompañamiento, supervisión, rendición de cuentas y comunidad. Nadie se libera solo. Nadie sana aislado. Nadie crece en las sombras.



Dios te perdona cuando confiesas, te arrepientes de verdad y te apartas del pecado.



La mente se restaura cuando te acompañan.



El espíritu se fortalece cuando sales de las sombras.



 



7. Una pequeña evaluación personal: ¿Estás desarrollando tolerancia?



Antes de continuar, déjame recordarte algo esencial: Las adicciones no comienzan con grandes caídas, sino con pequeños acuerdos internos que se repiten hasta formar cadenas. Y la tolerancia —ese aumento progresivo de la necesidad— suele ser el síntoma más temprano de que ya no controlas la práctica, sino que la práctica te controla a ti.



Aquí tienes algunas señales clínicas y espirituales de alerta que indican que estás desarrollando tolerancia y dependencia:



• Necesitas contenido cada vez más explícito para lograr el mismo nivel de excitación.



• Pasas más tiempo consumiendo de lo que solías, incluso cuando prometiste reducirlo.



• Experimentas ansiedad, irritabilidad o inquietud cuando intentas detenerte o retrasar el consumo.



• Prometes no volver a hacerlo”, pero inevitablemente regresas.



• Tu deseo por tu esposa ha disminuido, o ha cambiado hacia prácticas que ella no desea o que antes no formaban parte de tu intimidad.



• Sientes vergüenza, culpa o confusión inmediatamente después del acto.



• Has perdido claridad espiritual, sensibilidad a Dios, firmeza moral y autoridad espiritual.



• Te descubres justificando o minimizando lo que antes reconocías como pecado.



Si una o más de estas señales están presentes en tu vida, no estás pecando de vez en cuando”… Estás siendo superado, moldeado y vencido por algo que ya ha empezado a operar como una adicción.



Y atención: Una adicción sexual no se manifiesta solamente en la frecuencia, sino en el impacto que produce en tu voluntad, tus relaciones, tu mente y tu espíritu.



 



8. ¿Qué hacer ahora? Si ya oraste; es hora de actuar



En mi artículo anterior te invité a orar. Hoy quiero invitarte a tomar decisiones firmes y conscientes. Porque la gracia no te pide pasividad ni tolerancia: te pide acción.



La gracia no te adormece… te despierta.



La gracia no te justifica… te transforma.



La gracia no te deja donde estás… te impulsa a levantarte.



Por eso, si realmente quieres libertad, debes moverte con determinación:



• Rompe el secreto: Habla con un mentor, un pastor o un terapeuta. La confesión es el primer golpe contra las cadenas.



• Bloquea accesos: Filtros, supervisión digital, contraseñas, dispositivos seguros. La libertad requiere barreras reales.



• Evalúa tu nivel de dependencia: Si hay compulsión, pérdida de control o aumento de tolerancia, busca terapia especializada. Las adicciones no solo se rompen con fuerza de voluntad.



• Corta de raíz todos los estímulos: Redes sociales, páginas, contenido sensual, servicios de streaming, cuentas sugeridas… cualquier disparador debe ser eliminado sin negociación.



• Comprométete con un proceso de recuperación de al menos 90 días: Este es el tiempo mínimo para iniciar la restauración neurológica del cerebro y desarmar hábitos profundamente arraigados.



• Reconecta tu intimidad con Dios mediante disciplinas espirituales reales: Ayuno, estudio bíblico, rendición diaria, oración honesta (no rituales vacíos). Tu espíritu necesita lo que tu pecado intentó anestesiar.



• Construye o únete a una comunidad: Nadie se libera solo de esta adicción. La recuperación es un camino acompañado. La soledad alimenta la caída; la hermandad alimenta la victoria.



Un mensaje desde mis propias heridas al corazón del hombre que hoy está atrapado:



Yo era apenas un niño cuando me empujaron hacia ese hoyo tan profundo… y también estuve allí, atrapado solo por décadas.



Yo también fui esclavo, sin encontrar jamás —por mis propias fuerzas— un camino real hacia la libertad.



Yo también pensé que nunca saldría; cada intento por resistir terminaba devolviéndome al punto de partida una y otra vez.



Yo también creí que el matrimonio y el ministerio lo arreglarían todo, y por poco destruyo el regalo más grande que Dios puso en mis manos.



Yo también me escondí, me avergoncé, recaí, prometí cambiar… y lloré en silencio durante años.



Hasta que un día, Jesús me levantó.



No porque yo lo mereciera —porque nadie lo merece—, sino porque Él nos ama con un amor imposible de comprender. Ese amor jamás ha estado en duda.



Pero entiende esto: el mismo amor que te abraza no negociará con tu pecado.



El mismo Jesús que te sostiene no firmará un pacto de tregua con tus adicciones.



El mismo Dios que no se rinde contigo tampoco aceptará que vivas derrotado cuando Él ya venció por ti.



Ese amor eterno, puro, fuerte y tierno a la vez, no hará paz con aquello que te destruye, pero tampoco renunciará jamás a rescatarte.



Por eso insiste. Por eso llama. Por eso incomoda.



Porque el Salvador que dio Su vida por ti no está dispuesto a dejarte donde estás; quiere que cada cadena sea rota, una por una, hasta verte caminar en libertad.



Hay una frase que siempre me ha marcado, atribuida al espíritu de los Marines de Estados Unidos en el campo de batalla cuando un soldado queda atrapado tras las líneas enemigas:



—NO MAN BEHIND—



QUE NADIE QUE ATRÁS”



Herido, exhausto, o incluso sin fuerzas para seguir, nadie debe quedarse atrás. Todos deben regresar a casa, independientemente del costo o del riesgo.



Ese es mi mensaje para ti hoy.



Ese es mi llamado y mi responsabilidad, como pastor y como terapeuta.



Ese es el corazón detrás de cada palabra que acabas de leer.



Que ningún hombre quede atrás.



Ni tú. Ni yo. Ni el hermano que lucha en silencio.



Ni el líder que se está consumiendo por dentro.



Ni el joven que piensa que esto se arreglará al casarse”.



Ni el padre de familia que cree que ya no tiene remedio.



Volvamos todos a casa.



A la casa del Padre. A la luz de nuestro Señor. A la libertad que Cristo compró en la Cruz.



Porque si algo nos enseña el Evangelio es esto: Dios jamás deja atrás a un hijo que aún respira.



Pero tampoco permitirá que sigamos cargando cadenas que Él ya vino a romper.


 

 


0
COMENTARIOS

    Si quieres comentar o

 



 
 
ESTAS EN: - - - A.L.T.O.: Abre los ojos. Libera la mente. Toma decisiones. Obedece a Cristo.
 
 
AUDIOS Audios
 
La década en resumen: teología, con José Hutter La década en resumen: teología, con José Hutter

La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.

 
Intervalos: Disfruten de la luz Intervalos: Disfruten de la luz

Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.

 
2020, año del Brexit 2020, año del Brexit

Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.

 
7 Días 1x08: Irak, aborto el LatAm y el evangelio en el trabajo 7 Días 1x08: Irak, aborto el LatAm y el evangelio en el trabajo

Analizamos las noticias más relevantes de la semana.

 
FOTOS Fotos
 
Min19: Infancia, familia e iglesias Min19: Infancia, familia e iglesias

Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.

 
X Encuentro de Literatura Cristiana X Encuentro de Literatura Cristiana

Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.

 
Idea2019, en fotos Idea2019, en fotos

Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.

 
VÍDEOS Vídeos
 
Héroes: un padre extraordinario Héroes: un padre extraordinario

José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.

 
Programa especial de Navidad en TVE Programa especial de Navidad en TVE

Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.

 
Primer Congreso sobre infancia y familia, primera ponencia Primer Congreso sobre infancia y familia, primera ponencia

Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.

 
 
Síguenos en Ivoox
Síguenos en YouTube y en Vimeo
 
 
RECOMENDACIONES
 
PATROCINADORES
 

 
AEE
PROTESTANTE DIGITAL FORMA PARTE DE LA: Alianza Evangélica Española
MIEMBRO DE: Evangelical European Alliance (EEA) y World Evangelical Alliance (WEA)
 

Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.