Los esfuerzos sobrehumanos de algunos de los cuerpos más aptos y capaces del mundo han centrado nuestra atención en los Juegos Olímpicos de París en las últimas semanas. 

Estos próximos días, los Juegos Paralímpicos nos traerán más hazañas atléticas, esta vez protagonizadas por los esfuerzos heroicos de quienes superan discapacidades.

Están declarando al mundo que el valor social y la dignidad humana no radican en la perfección física. 

La historia de los Juegos Paralímpicos comienza en la Noche de los Cristales Rotos, el 9 de noviembre de 1938, cuando los nazis antisemitas atacaron a los judíos y sus propiedades en Alemania.

El director del hospital judío de Breslau era un judío alemán llamado Dr. Ludwig Guttmann (1899-1980), que ordenó a su personal que admitiera a cualquiera sin preguntar.

Cuando la Gestapo inspeccionó su hospital a la mañana siguiente, tuvo que justificar cada nuevo ingreso. Consiguió rescatar a 60 pacientes, y sólo cuatro fueron deportados a campos de concentración.

A principios de 1939, la persecución nazi de los judíos obligó a Guttmann y a su familia a huir a Inglaterra. Allí continuó las investigaciones sobre lesiones medulares que había iniciado en Alemania en el Departamento de Neurocirugía Nuffield de Oxford.

Guttmann quedó horrorizado al ver cómo a menudo se enyesaba a los pacientes y luego se les desatendía, muriendo en poco tiempo por úlceras de decúbito. La guerra que estalló ese mismo año provocó innumerables lesiones medulares.

En septiembre de 1943, el gobierno británico pidió a Guttmann que creara la primera unidad especializada de Gran Bretaña para tratar lesiones medulares en el hospital Stoke Mandeville, de Buckinghamshire.

La unidad se inauguró en febrero de 1944, con Guttmann como director, firme creyente de que el deporte era un importante método terapéutico que ayudaba a los lesionados a recuperar la fuerza y la autoestima. En 1945 se nacionalizó ciudadano del Reino Unido.

Juegos Paralímpicos

Los preparativos de los primeros Juegos Olímpicos de posguerra, celebrados en Londres en 1948, inspiraron a Guttmann a organizar los primeros Juegos de Stoke Mandeville para veteranos de guerra discapacitados el día de su inauguración, el 28 de julio de 1948.

Cuatro años más tarde, los veteranos holandeses se unieron a los competidores británicos, convirtiéndose en la primera competición internacional de este tipo. 

A medida que el evento fue creciendo, llamó la atención de los organizadores de los Juegos Olímpicos. En los Juegos de Stoke Mandeville de 1956, el Comité Olímpico Internacional concedió al Dr. Guttmann la Copa Sir Thomas Fearnley por promover el valor social y la dignidad humana a través del deporte en silla de ruedas.

En los Juegos Olímpicos de Roma de 1960, los Juegos Internacionales de Stoke Mandeville se celebraron junto con la XVII Olimpiada oficial, haciendo realidad el sueño de Guttmann de crear una competición deportiva de élite para personas con discapacidad equivalente a los Juegos Olímpicos.

Cuatrocientos atletas de 23 países compitieron en estos Juegos de 1960, que ya no estaban abiertos únicamente a los veteranos de guerra. Ahora se reconocen como los primeros “Juegos Paralímpicos”, aunque el término fue aplicado retroactivamente por el Comité Olímpico Internacional en 1984.

En 1966, la Reina Isabel nombró caballero al Dr. Guttmann, que pasó a ser Sir Ludwig. Murió el año de los Juegos Olímpicos de Moscú, 1980. Desde Roma, los Juegos Paralímpicos se celebran el mismo año que los Juegos Olímpicos. Aunque al principio sólo estaban abiertos a quienes se desplazaban en silla de ruedas, en los Juegos de Verano de 1976 se incluyó por primera vez a atletas con distintas discapacidades, ampliando la participación a 1.600 deportistas de 40 países.

Desde los Juegos de Seúl en 1988, los Juegos Paralímpicos se celebran inmediatamente después de los Olímpicos, utilizando las mismas instalaciones. En los Juegos de París, 184 naciones competirán en 549 pruebas de 22 deportes.

Red de discapacitados

Los Juegos Paralímpicos de París traen a nuestra atención muchas más historias heroicas de quienes han superado las grandes adversidades de vivir a diario con discapacidades, así como de quienes comprometen su vida para dar a los discapacitados una oportunidad deportiva. 

Dos héroes que mi mujer y yo admiramos son Thérèse Swinters y Martina Köninger, que llevan décadas trabajando fielmente en red por toda Europa en nombre de los 70 millones de europeos discapacitados. Thérèse, una belga discapacitada de nacimiento con una actitud contagiosamente positiva, fue coordinadora de la Red Europea de Discapacidad, tarea que ahora desempeña Martina, discapacitada en un accidente de coche cuando estaba prometida. Martina es ahora esposa y madre de dos hijos. Ellas nos han hecho tomar conciencia de los muchos retos a los que se enfrentan los discapacitados, incluida una indiferencia y una ignorancia demasiado generalizadas en la comunidad cristiana.

El pasado mes de octubre hablé con ellas de los retos y oportunidades a los que se enfrenta la comunidad de discapacitados cuando se separan la persona y lo humano. Me han señalado las actividades de Ensemble 2024 que se lanzan esta semana en todo París y Francia, paralelamente a los Juegos Paralímpicos.

Entre ellos, los Juegos Santos en curso, que movilizan a los creyentes católicos para celebrar a través del deporte la eminente dignidad de la persona humana y la llamada a la fraternidad entre los pueblos, y para promover oportunidades para los más vulnerables, especialmente los más desfavorecidos, de acuerdo con el lema olímpico: Más rápido, más alto, más fuerte... juntos.

Los reportajes sobre los Juegos Paralímpicos pueden ayudarnos a reflexionar sobre las heroicas historias que hay detrás de cada uno de los atletas que compiten y que se han negado a permitir que la discapacidad les impida desarrollar todo su potencial. 

P.D.: El futuro de la vida con discapacidad le llegó muy de cerca a mi familia con el reciente derrame cerebral de mi hermano. Gracias a todos los que oráis por él en su estado crítico. Hemos recibido la grata noticia de que el coágulo de sangre que exigía una arriesgada operación había desaparecido y ahora comienza la larga fase de rehabilitación.

Jeff Fountain, director del Centro Schuman de Estudios Europeos. 

Este artículo se publicó por primera vez en el blog del autor, Weekly Word.

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