Mis hijos me han puesto un nuevo nombre: Europapa, como la canción neerlandes que participa este año en el Festival de Eurovisión. 

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El cantante frisón Joost Klein encabezó las listas de éxitos en los Países Bajos después de una semana, con más de ocho millones de visitas en YouTube y Spotify. La canción también es muy popular en Bélgica y Polonia, y ya es número uno en Austria, Suiza y Alemania. El 9 de mayo, Día de Europa, Klein participará en la semifinal del Festival de la Canción de Malmo, y se espera que dos días después reaparezca en la final.

Compruébalo, activa los subtítulos de traducción y escucharás y leerás una celebración sin complejos de una Europa sin fronteras. Con frases como “unámonos” y “es un mundo sin fronteras”, Klein refleja lo que su difunto padre le enseñó sobre Europa. Uno de mis hijos decía por Whatsapp: “Aunque sea una locura, esta canción es muy esperanzadora, porque creo que representa a un enorme grupo de jóvenes europeos que quieren unirse, un antídoto contra todos esos viejos blancos que empiezan guerras por todo el mundo”.

La popularidad de la canción sugiere que tiene razón. Pero el videoclip termina de forma inquietante. Una estructura que representa varios elementos de Europa, incluido un molino de viento, arde en llamas. ¿Insinúa Klein con “ahora o nunca” que la Europa que conocemos podría desaparecer? 

Nunca más

Para los europeos, estamos despertando lentamente a nuevas realidades. La larga paz de posguerra que hemos disfrutado en Europa ya no puede darse por sentada. Recientemente, su ministro de Defensa advirtió a los suecos de que “todos y cada uno de ellos” debían prepararse para la guerra. Rápido. El comandante en jefe del miembro más reciente de la OTAN advirtió que “la guerra de Rusia contra Ucrania es sólo un paso, no el final del juego: tenemos que darnos cuenta de lo grave que es realmente la situación”.

[destacate]Los representantes inexpertos de los nuevos partidos sustituyen a los que han sido rechazados por los votantes por su fracaso en materia de vivienda, inmigración, inflación y medio ambiente.[/destacate]La generación del “nunca más”, decidida a desterrar la guerra a los libros de historia, ha sido sustituida por una generación para la que la guerra no es más que un juego de ordenador. Esto podría cambiar antes de lo que pensamos. En las capitales europeas se habla ahora de rearme, una palabra que los europeos no utilizaban activamente desde hace noventa años. Esta semana, una coalición de 18 países, encabezada por el Gobierno checo, ha logrado recaudar fondos para enviar 800.000 cartuchos a Ucrania, que lucha contra las fuerzas invasoras rusas. Poco a poco vamos despertando a la realidad de que sólo juntos podemos resistir a quienes amenazan la paz y el Estado de Derecho. 

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También a escala nacional y local nos enfrentamos a nuevas realidades. Los agricultores se sienten excluidos del modo de vida que siguieron sus antepasados durante generaciones. Las personas arraigadas a sus localidades se sienten amenazadas por el cambio. Los partidos de la derecha radical son cada vez más populares y ofrecen soluciones que van desde “devolver a los extranjeros a casa” a “cuidar primero de nosotros mismos”. Los chivos expiatorios se encuentran en “Bruselas” y las élites gobernantes, los inmigrantes y los refugiados “nos roban el trabajo, la casa y las pensiones!. Los viejos partidos políticos desaparecen con cada nueva elección. Los representantes inexpertos de los nuevos partidos sustituyen a los rechazados por los votantes por sus fracasos en materia de vivienda, inmigración, inflación y medio ambiente.

La cooperación poco entusiasta a escala europea, lo que algunos denominan “nacionalismo blando”, está allanando irónicamente el camino a un nacionalismo radical. La Europa abierta por la que canta Klein podría dar un nuevo giro hacia el antiliberalismo en las próximas elecciones al Parlamento Europeo, del 6 al 9 de junio. 

Rearme

Mientras Europa se rearmaba en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, un evangelista luterano llamado Frank Buchman llamó a las naciones al rearme moral. Su movimiento de iniciativa cristiana, el Rearme Moral, no consiguió evitar la guerra, pero ayudó a ganar la paz, influyendo en creyentes como Robert Schuman y Konrad Adenauer. Al sentar las bases de la integración europea sobre fundamentos cristianos, estos hombres contribuyeron a iniciar una época de paz sin parangón en Europa.

¿Qué papel podemos desempeñar como seguidores de Jesús en estos tiempos de cambio y agitación? ¿Dónde podemos siquiera debatir estas cuestiones desde una perspectiva cristiana? ¿Qué podemos aprender de la visión y la fe de Buchman, Schuman, Adenauer... y Jacques Delors, el antiguo presidente de la Comisión Europea fallecido recientemente? Porque Delors también estaba motivado por su fe y pedía una recuperación del “alma” -“espiritualidad y sentido”- en Europa. 

Desde 2011, el Centro Schuman ha puesto en marcha el Foro sobre el Estado de Europa para crear un foro en el que los cristianos puedan aprender unos de otros sobre cómo responder a los retos a los que nos enfrentamos en la Europa de hoy. Celebrado en torno al Día de Europa en la capital del país que ostenta la presidencia de la UE, el evento de este año tendrá lugar en Bruselas. Robert Innes, obispo anglicano en Europa, y Eduard Heger, ex-primer ministro de Eslovaquia, serán algunos de los que aborden estas cuestiones, sobre el tema “Despertar a Europa”.

En las próximas semanas daré más detalles, a medida que vayamos perfilando el programa en colaboración con el Comité Juntos por Europa de Bélgica. La inscripción comenzará el 1 de abril, en el sitio web stateofeuropeforum.eu, donde pronto se publicará más información. Te esperamos el viernes 10 de mayo (por la tarde) y el sábado 11 (todo el día) en la iglesia de las Carmelitas, cerca de la parada de metro Louiza, en Bruselas.

Jeff Fountain, Director del Centro Schuman de Estudios Europeos. 

Este artículo se publicó por primera vez en el blog del autor, Weekly Word.

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[title]Por un año más[/title]

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