Necesito una respuesta

El disco más conocido del grupo Supertramp es Breakfast in America. De ese trabajo musical se vendieron millones de copias. Aunque vale la pena disfrutar de todas sus canciones, hay una de ellas que merece un apartado especial: Lord is it Mine, la letra de Roger Hodson nos hace pensar ¡Cómo mínimo!

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“Cuando todo está oscuro y nada parece ser correcto (…)

Nunca dejo de preguntarme la razón de la crueldad de esta tierra,

Pero parece ser un tiempo de tristeza… 

Me gustaría sentir tu dulzura en mi vida.

Dame una respuesta por favor… Señor, yo la necesito”

Sé que hay una razón por la qué tengo que estar solo; 

Necesito encontrar un lugar silencioso que pueda llamarlo mío. 

¿Es mío, Señor, realmente es mío? 

Si tan sólo pudiera encontrar una manera de sentir tu dulzura durante el día…” 

Todos atravesamos momentos difíciles en la vida: cuando todo parece oscuro y no encontramos una salida, cuando todos alrededor parecen habernos abandonado, cuando pensamos que Dios no nos habla, cuando no le encontramos sentido a lo que hacemos… La verdad es que siempre nos gustaría que Él nos contestara, y nos explicara lo que está pasando. Daríamos cualquier cosa por escuchar su voz de una manera real y pensamos que así podríamos encontrar sentido a lo que está sucediendo.

Olvidamos que Dios no suele dar respuestas, porque quiere que disfrutemos de su presencia y que encontremos nuestra fortaleza en su cuidado. Si recuerdas lo que sucedió en el libro de Job, cuando éste le preguntó al Señor la razón de lo que estaba pasando, Dios simplemente le dijo que estaba con él, a su lado, y que todo estaba bien a pesar de lo que estaba sufriendo.  Eso era todo lo que necesitaba Job… y es todo lo que necesitamos cada uno de nosotros.

Dios no permite que ningún dolor nos venza. Él no quiere que nadie nos haga sufrir de tal manera que podamos llegar a desesperarnos; lo ha prometido: “Cualquiera que toca a mi pueblo, toca a la niña de mis ojos” (Zacarías 2:8-9). Podemos sentir la dulzura de nuestro Creador en cada momento del día a día. Podemos escucharle a través de su Palabra, de su Espíritu y de todas las circunstancias, sean cuales sean, diciéndonos: “Todo está bien, Yo te cuido”.

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Podemos vivir siempre en la seguridad de las promesas del Señor Jesús y saber que Él prepara un lugar para nosotros (Juan 14:1-3). Un lugar eternamente nuestro, disfrutando de su compañía, donde todo dolor y sufrimiento habrá desaparecido. En ese momento, Él, personalmente, contestará cada una de nuestras preguntas.

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[title]Por un año más[/title]

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