Eva López, comunicadora ‘desde el desierto’

Eva López Cañas es andaluza de nacimiento (Linares, Jaén) y castellanomanchega de adopción (Azuqueca de Henares, Guadalajara). 

Casada desde hace 24 años con Víctor Casero (ingeniero industrial) y madre de dos hijos (Josué de 21 y Nora de 18) a los que intento dar “raíces y alas”. Se formó como técnica en informática de gestión en la rama de Administrativo.

Pero debido a la necesidad vivida en el tiempo reciente, en estos pasados años ha estudiado junto a su marido sobre temas relacionados con la orientación familiar. Por un lado, el programa de experta en orientación familiar con el Instituto INFFA, así como la certificación como Asesores Familiares por EIRENE (Asociación Española de Asesoramiento y Cuidado Familiar).

También ha podido formarse en Consejería Bíblica con la Asociación de Consejeros Cristianos Bernabé. Y finalmente como herramienta para ayudar a las familias, principalmente en temas de prevención, crearon una asociación sin ánimo de lucro, que está legalmente registrada como “Asociación Familias XXI”, “para la promoción de familias saludables”.

En cuanto a su trasfondo, nació en un hogar evangélico, de hecho, su tatarabuelo materno se convirtió al Señor en una iglesia reformada en Granada y su tatarabuela paterna en una iglesia evangélica de Linares donde hubo testimonio protestante desde finales del s. XIX. 

Se bautizó a los 13 años sabiendo que Dios tiene hijos y no “nietos”, y se integró en la vida de la iglesia como profesora de escuela dominical, actividad que ha realizado hasta la llegada de la pandemia. 

“Creo que los medios de comunicación deben ser usados para comunicar el evangelio y por eso escribo sobre mi fe, en el día a día, en un blog llamado Elim, el oasis de Eva”. 

Gracias a este deseo también comenzó, a través de la radio local, un programa sobre música góspel, titulado “Destellos del Góspel” que duró dos temporadas. Más tarde colaboró en Radio Encuentro de Madrid con Ana María Huck Vangioni en el programa de entrevistas “Nosotras en la Onda”, auspiciado por la Unión de Mujeres Evangélicas. 

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Pregunta.- ¿Qué otras labores, además de lo ya mencionado, desarrollas en la actualidad, en la iglesia y fuera de la iglesia?

Respuesta.- Junto con otras familias y gracias al asesoramiento de un matrimonio misionero experimentado en la plantación de iglesias, comenzamos en 2020 una iglesia en nuestra localidad, llamada “La Campiña” (por estar situada en la Campiña de Guadalajara). Seguimos el método de enseñanza de los Grupos Bíblicos Descubrimiento y es una iglesia sencilla y relacional.

Colaboro junto con mi marido en la implantación de la iglesia sobre todo en los apartados de consejería, discipulado y evangelización. Como iniciativa personal hace más de 10 años decidí abrir mi casa semanalmente para un tiempo de estudio bíblico, oración y desayuno con amigas, algunas creyentes, otras no, pero con interés para estudiar la Biblia.

Durante la pandemia comencé a hacer reuniones de estudio bíblico semanales, a través de la plataforma zoom, con mujeres de diferentes partes de España (algunas de zonas rurales, con pocos creyentes cercanos) y en la actualidad las mantengo porque hemos creado fuertes lazos de compañerismo, aunque algunas no nos conozcamos personalmente. También en la pandemia comencé a entrevistar a mujeres cristianas a través de YouTube en un programa llamado “Conversaciones desde el desierto”, donde hasta la fecha han sido entrevistadas más de 50 mujeres todas con ministerios preciosos y algunas veces nada conocidos.

A lo largo del año también preparo junto a otras mujeres de la iglesia conferencias especiales con un carácter evangelístico. En la actualidad también imparto talleres de temática familiar a través de la asociación Familias XXI tanto presenciales como por zoom o YouTube.

P.- ¿Has tenido obstáculos como mujer para desarrollar toda esta tarea, desarrollar tus dones?

R.- Provengo de iglesias de trasfondo muy conservador donde el rol de la mujer en la iglesia tiene sus limitaciones. Sí que he recibido sólida enseñanza bíblica y he sido animada a desarrollar mis dones en los puestos y lugares que se permitían (niños, mujeres y evangelización en mi caso).  Cuando me casé, un modelo que siempre he tenido en mente, es la pareja de Priscila y Aquila, que trabajaban como equipo.

En la actualidad estoy en una iglesia donde se permite que la mujer actúe según sus dones y las limitaciones me las pongo yo misma.

P.- ¿Cómo ves la situación actual de la mujer en las iglesias, denominaciones y entidades evangélicas?

R.- Poco a poco se van produciendo cambios y he notado como las mujeres están más presentes y visibles en los eventos públicos de ciertas denominaciones y entidades evangélicas y eso es algo positivo.

Sigue habiendo diferencias entre las distintas denominaciones en cuanto al rol de la mujer en la iglesia y es algo que va a persistir ya que hay soporte bíblico para las diferentes interpretaciones por lo que creo que cada mujer debería estudiar esos pasajes y obrar en conciencia delante de Dios respetando la línea doctrinal de su iglesia, pero también teniendo libertad para elegir otra comunidad acorde a sus convicciones.

Para mí lo importante es que seamos mujeres comprometidas con Dios, con su Palabra y con su misión de hacer discípulos, pero tengo que reconocer que me crea cierto conflicto mental que las mujeres puedan desarrollar su potencial en sus trabajos seculares y no en la iglesia local porque creo que es una pérdida para el avance del Reino de Dios.

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P.- ¿Qué se puede hacer para que la mujer se integre con todo su potencial personal, intelectual y espiritual en la labor del Reino de Dios?

R.- Habiendo estudiado la historia del comienzo de las iglesias en la provincia de Jaén desde el s. XIX puedo constatar que hay muchas mujeres que han sido pilares para el avance del reino de Dios incluso cuando la mujer era invisibilizada en todas las esferas de la sociedad incluida las iglesias, así que no tenemos excusas, tenemos el reto de seguir, como mínimo, su ejemplo.

Si una mujer es seguidora de Jesús tiene que cumplir la misión que le ha sido encomendada por Él de ser sal y luz allí donde esté, ¡que el Señor nos de la creatividad y sabiduría para extender su Reino!