Amor imprescindible

Se cuenta que en una isla vivían todos los sentimientos y los valores del ser humano: la sabiduría, la alegría, el orgullo, la paz… y, por supuesto, el amor. Un día se supo que la isla acabaría hundiéndose por un cataclismo, así que todos se dieron prisa para escapar. Todos menos uno, porque el amor se quedó para ayudar a los demás ¡No podía ser de otra manera! Cuando los últimos ya habían embarcado, el amor vio a la riqueza en una lujosa embarcación y le preguntó: 

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- “Riqueza, ¿Puedes llevarme contigo?”

- "No puedo” contestó, “mi barca está llena de oro y posesiones muy valiosas y no tengo lugar para nadie más”.

Entonces Amor observó que el Orgullo iba detrás de la Riqueza y le dijo: “Orgullo, por favor, ¿Puedes llevarme contigo?”

- "No puedo llevarte" respondió, “Aquí  todo es perfecto, podrías arruinar mi barca”.

Casi desesperado, Amor vio cómo la Tristeza se acercaba y le pidió ayuda, pero ésta le respondió: “Lo siento, pero estoy tan mal que necesito estar sola, no quiero a nadie aquí”.

Por fin llegó el Buen humor, pero estaba tan contento y ensimismado que no escuchó que nadie le estuviera llamando. Cuando la situación parecía desesperada se oyó una voz que gritó: “Ven Amor, te llevo conmigo”.

Parecía un hombre muy mayor, pero Amor estaba tan feliz que olvidó preguntarle quién era. Le estaba salvando la vida, ¡Por fin alguien creía que era importante! Cuando estaba en tierra firme, sano y salvo, Amor vio como su amigo se alejaba y le preguntó al Saber, que estaba cerca y conocía a todas las cosas: “¿Quién es? ¿Quién me ayudó sin que yo se lo pidiera?” … El Saber le respondió:  “Ese hombre viejo era el Tiempo”.

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“¿El tiempo?” Volvió a preguntar Amor sorprendido… “¡Jamás lo hubiera imaginado!”

“Si”, le dijo el Saber, "Solo el tiempo es capaz de comprender cuan imprescindible es el Amor en la vida". 

A veces las historias nos enseñan lo que es difícil comprender de otra manera. La Biblia dice que el amor nunca dejará de ser (1 Corintios 13), pero es curioso y al mismo tiempo muy triste que pasemos años viajando acompañados del orgullo, las riquezas, el poder, el placer o incluso la tristeza, antes de darnos cuenta de que lo más importante es el amor. Algunos lo comprenden cuando ya han pasado demasiados años, otros terminan su vida, incluso, sin querer reconocer que sin amor no somos nada. 

Dios es, en su esencia, la fuente del amor, por eso, esa es la primera cualidad del fruto del Espíritu de Dios (Gálatas 5:22-23).

No podemos vivir sin amor. No podemos vivir sin Dios.