Querido Jesús

Hace años leí que un conocido periódico propuso que los niños escribieran las preguntas que le harían a Dios si pudieran verle. Recogieron algunas verdaderamente impresionantes: 

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Querido Jesús, ¿los pecados los marcas de rojo como hace la maestra?

Querido Jesús, no te preocupes por mí, yo miro siempre a los dos lados antes de cruzar.

Querido Jesús, a lo mejor Caín y Abel no se mataban si hubieran tenido una habitación cada uno. Con mi hermano funciona.

Querido Jesús: mándame un perro. Nunca te he pedido nada, lo puedes comprobar.

Querido Jesús: seguro que es difícil para ti querer a todos en todo el mundo. En mi familia solo somos cuatro, y yo no lo consigo.

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Querido Jesús: hemos estudiado que Tomas Edison descubrió la luz, pero en la Biblia dice que fuiste tú. Yo creo que te robó la idea.

Querido Jesús, a veces pienso en ti aunque no esté orando.

Cuando necesites que tu corazón vuelva a disfrutar del encanto de la vida y el tiempo parezca detenerse susurrando alegría en tu mente, escucha a los niños. Jesús nos dijo que deberíamos ser como ellos, así que, por una vez, la historia la escribes tú.

Pregúntale al Señor lo que quieras, dile todo lo que hay en tu corazón, háblale de lo que necesitas, porque tal como está escrito en el primer libro de la Biblia: “¿Hay acaso algo tan difícil que el Señor no pueda hacer?“ (Génesis 18:14).

No dejes pasar el día de hoy sin buscar un momento para estar a solas con el Señor. Tómate el tiempo que necesites, y si es posible que no tengas límite para estar con Él ¡Mucho mejor incluso! Si quieres, incluso puedes escribir aquí mismo el deseo más profundo de tu corazón.

Querido Jesús...