Un paso hacia arriba

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La actriz Hilarie Burton era una de las protagonistas más destacadas de la famosa serie de televisión One tree hill. Su personaje era el de Peyton Sawyer, y todos los que siguieron la serie la recordarán; de la misma manera que por su papel en la película La lista. En una entrevista reciente recordaba los difíciles momentos de principios de su carrera diciendo: “Podría dar nombres de gente que se reía de mi en el instituto, pero no voy a hacerlo. Ahora les animo a que se rían de mi mientras me ven en televisión, pero no se atreven". 

Siempre han existido personas que encuentran su sentido en la vida criticando a los demás. Son los desanimadores por excelencia, los que piensan que nadie puede conseguir nada que merezca la pena, nadie de los que están a su alrededor. El problema es que a veces los desanimadores nos hacen daño. Como no siempre podemos vivir insensibles a las críticas de los demás y a sus burlas, creo que será bueno recordar una historia genial que me contaron hace varios años:

“Una tarde, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal gimió durante horas mientras el campesino trataba de hacer algo para sacarlo de allí, pero fue imposible. Ni siquiera los amigos que se acercaron para ayudarle, pudieron hacerlo. Finalmente, viendo que el animal era bastante viejo y que el pozo estaba seco y necesitaban taparlo porque era peligroso dejarlo así, decidieron que no valía la pena sacar el burro y comenzaron a echar tierra para enterrarlo y que nadie volviera a caer. El animal rebuznó con todas sus fuerzas al ver que la tierra caía sobre él, pero después de unas cuantas paladas se hizo el silencio. Todos pensaron que ya estaba muerto y siguieron echando tierra, pero al pasar un poco más de una hora, al campesino se le ocurrió mirar dentro del pozo y quedó absolutamente sorprendido al ver al burro en pie. ¡El animal se sacudía la tierra que le caía y se ponía encima de ella! Con unas cuantas palabras más, el burro asomó su cabeza a la cima del pozo, pegó un salto y salió trotando”.

La persona que me contó la historia me decía: “La vida a veces va a echar encima de ti, tierra de todo tipo. El truco para que no te entierren en cualquier lugar es sacudírtela y usarla para dar un paso hacia arriba”. Buen ejemplo el del burro. Como dice una conocida canción, “No todos los burros son tan burros”.

No podemos impedir caernos, nadie es perfecto… pero sí tenemos la capacidad de decidir qué vamos a hacer después de la caída. No podemos impedir que otras personas nos hieran, de una manera intencionada o no, pero sí podemos decidir cómo reaccionar a esas heridas. A veces las circunstancias de la vida son difíciles y podemos llegar a tener la impresión de que todo se nos viene encima; abandonar y caer en el desánimo no es la solución para salir adelante. Pase lo que pase, no dejes que te entierren.

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El salmo 20 dice: “Ellos se doblegaron y cayeron; pero nosotros nos hemos levantado y nos mantenemos en pie”(V. 8). Dios nos promete que nunca soltará nuestra mano, y jamás nos abandonará. Él nos guiará siempre… Aún más allá de la muerte.