¡No podemos callarnos!

Desde principios de los años cincuenta, el cantante Johnny Cash se convirtió en el creador de un nuevo estilo, un territorio propio entre el romancero popular del folk, la rebeldía del rock y lo genuino del country. A pesar de su éxito, tuvo que reconocer en varias ocasiones que el momento más difícil de su vida fue cuando cayó en el mundo de las drogas. Sólo Dios pudo sacarle de aquel “infierno”, así que Johnny quiso cantar su propio testimonio, para ayudar a otros…

“Cuando mis manos se cansan

Y mis pies andan despacio

Camina conmigo Señor,

dame fuerza y valor

Porque así confortado

Puedo vivir en amor

Y jamás salir derrotado (…).

Pon tu canción en mis labios

Para que hoy, con mi voz

Lleno de paz y bendecido

Pueda traer cantando

A muchos la nueva vida.

Así pueda ayudar al cansado,

Consolar al sediento,  (…)

Cuando ande yo en tinieblas

Y no pueda ver tu luz,

Ilumíname Jesús

Tómame en tu mano poderosa,

Muéstrame qué debo hacer

Y haz que cumpla mi deber

Honrándote sólo a Ti;

En la senda peligrosa

Que has trazado para mi”. 

“My prayer” John R, Cash, 1958 Southwind Music Inc.

Cuando Dios transforma nuestra vida, no podemos callarnos. No es tanto que sea nuestra obligación compartir lo que Dios ha hecho con nosotros, simplemente lo hacemos porque le amamos. El salmista lo expresó de una manera sublime en su canción: “En cuanto a mí...anunciaré a voz en cuello tu amor y tu poder, pues has sido mi refugio en momentos de angustia” (Salmo 59:16).

Nuestra oración hoy, es pedir valor al Señor para no callarnos; cada uno en el lugar en el que estamos y de la mejor manera que podamos, con nuestras propias palabras si, pero guiados por el Espíritu de Dios. Lo que el Señor puede hacer en la vida de otras personas, cuando nosotros les hablamos de Él, es impresionante… y permanece por toda la eternidad.