No son cifras, son vidas

En el año 1999, la ONU designó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En palabras de la ONU, los días internacionales están para Sensibilizar, concienciar, llamar la atención, señalar que existe un problema sin resolver, un asunto importante y pendiente en las sociedades para que, a través de esa sensibilización, los gobiernos y los estados actúen y tomen medidas o para que los ciudadanos así lo exijan a sus representantes.

Aunque de manera extraoficial, los orígenes de este día se remontan a 1981 ante la necesidad de honrar la memoria de las hermanas Mirabal, tres activistas políticas de la República Dominicana que fueron brutalmente asesinadas en 1960 por orden del gobernante dominicano, Rafael Trujillo (1930-1961).

La esencia de este tipo de violencia es su causa y su razón de ser: simplemente por SER MUJER. Te insulto, te desprecio, te violo, te pego y te mato…porque eres mujer y no vales para nada.

La violencia de contra la mujer es la punta del iceberg de un gravísimo problema de fondo que es la visión y concepto de la mujer como objeto, como ser humano inferior al varón: la desigualdad de derechos y libertades. El machismo admite la desigualdad por causa del sexo como norma de conducta social, y no es sólo física, sino sexual emocional y psicológica.

Consecuencia también de la desigualdad son los matrimonios forzados de niñas, la trata y la esclavitud sexual, la mutilación sexual, así como el llamado techo de cristal, la brecha salarial, el acoso laboral, la falta de corresponsabilidad en la familia y los estereotipos de roles femenino y masculino.

Las principales organizaciones de mujeres evangélicas, junto a muchos hombres, realizamos cada año con moitvo de esta efeméride un acto (que en 2020 debido a la pandemia haremos online) con   tres objetivos importantes:

1.- TOMAR CONCIENCIA y SENSIBILIZAR de esta tragedia. Un total de 1.070 mujeres han sido asesinadas en España desde que los datos son oficiales. En España este año llevamos 51 mujeres asesinadas, 43 niños huérfanos y otros 3 niños asesinados.

Y, con el avance de la pandemia esta cifra está aumentando. Para muchas mujeres y niñas, la amenaza es mayor precisamente allí donde deberían estar más seguras. En sus propios hogares.

2.- PRONUNCIARNOS COMO MUJERES (Y HOMBRES) DE FE EVANGÉLICA EN CONTRA DE LA VIOLENCIA HACIA LA MUJER, puesto que vulnera los derechos humanos y va contra la dignidad del ser humano. La Biblia condena la desigualdad entre hombre y mujer, y como consecuencia la violencia contra la mujer. Dios nos creó iguales, no idénticos pero sí iguales, a su imagen ambos, en dignidad, inteligencia y derechos.

La raíz de la violencia es la separación del ser humano de Dios. La violencia contra la mujer es entre otras una de las consecuencias de esa separación: “el varón se enseñoreará de ti”.Gn.3:16. Pero Jesús vino a restaurar las estructuras de la creación, a redimirlas y establecerlas “como al principio”.

Jesús es nuestro referente, quien revolucionó la sociedad de la época en su trato a las mujeres: fueron sus amigas, sus discípulas, y sus colaboradoras. Las amó, las cuidó, las enseñó, devolviéndoles el lugar y la dignidad que Dios le había dado desde el principio.

Como iglesia evangélica no podemos ser simples espectadores, debemos ser agentes de cambio social, siendo sal y luz. No olvidemos que los primeros movimientos abolicionistas contra la esclavitud (Sociedades antiesclavistas) y en pro de los derechos de la mujer fueron movimientos protestantes. El primer manifiesto colectivo y oficial fue firmado en una capilla protestante en Nueva York, Seneca Falls, 1848.

3.- DAR ESPERANZA. Toda mujer tiene derecho a la libertad y la dignidad. Ninguna está obligada por Dios a soportar el maltrato.

Queremos expresar el dolor y la denuncia pero también la ESPERANZA, porque creemos firmemente que Jesús es la respuesta para el ser humano y sus conflictos.

Debemos ser apoyo y ayuda a las víctimas, para que se abran y denuncien, así como fomentar y apoyar a la educación en igualdad, desde los hogares y desde las iglesias.

Mujer, donde quiera estés, HAY ESPERANZA, HAY SALIDA, HAY LUZ.

Por todo ello quiero invitaros a conectaros en directo por youtube el 25 de noviembre a las 19h. Todo esto lo vamos a expresar por medio de música (M. José Toro), mimo (equipo de JCUM), una reflexión de Itiel Arroyo y la lectura de un manifiesto pata terminar con una oración a Dios.

El grupo de trabajo que ha organizado este acto es el siguiente: bajo la iniciativa de la UDME, representada en Alicia Capó, estamos implicadas: Nieves Carabaña en representación del CEM (Consejo Evangélico de Madrid) copatrocinador junto a la Comunidad de Madrid, Ester Martín de UMBE, Fiona Belshaw de Fiet Gratia, Ana Giménez de Aglow, Dulce Borrero FIEIDE, Susana Macías AESVIDA, Mercedes Gasanz y Alison Barrett SIFRA, Nely Ibarra Mujeres de Esperanza, Asun Quintana PLATAFORMA SÉNECA FALLS.

Recuerda, NO SON CIFRAS, SON VIDAS.

Link del acto en directo en youtube