Lecciones de empresarios cristianos

En 2015, el Jubilee Centre llevó a cabo una investigación acerca de la forma en que los cristianos del mundo de los negocios incorporaron un ethos cristiano en el corazón de sus organizaciones y cómo mantuvieron ese ethos a través de tiempos difíciles para crear empresas resilientes.

Se publicó como ‘El Negocio Resiliente’.

No hay duda de que hubo tormentas leves en 2015, pero desde hace unos meses nos enfrentamos a un tsunami a través de la pandemia del coronavirus, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) predice la peor crisis económica desde la década de 1930.

El Jubilee Centre volvió a reunir a siete de los ocho directores de empresas* que contribuyeron al informe de ‘El Negocio Resiliente’ para considerar cómo les va durante estos días.

A continuación, cuatro principios que se desprenden de la discusión.

El carácter

Hubo un reconocimiento universal de que mantener el nervio espiritual era vital durante esta temporada. “Una cosa es profesar ciertos valores cuando los tiempos son buenos, pero cuando son malos, ¿todavía pagas a tus proveedores y tratas a la gente de manera justa?”, apuntó Simon Lawson.

Es el momento de que los líderes den un paso adelante, manteniéndose firmes en sus valores y comunicándolos claramente. Significa escuchar las necesidades de los empleados, proveedores y clientes, respondiendo con compasión y aliviando sus miedos, siempre que sea posible.

“La gente necesita saber que sigues ahí, cuidando de ellos y no huyendo a tu refugio”, dijo Lawson.

Salvaguardar la salud de las personas al tiempo que se protegen los puestos de trabajo y se asegura la supervivencia de la empresa es un delicado acto de equilibrio que requiere una compleja toma de decisiones sobre las partes interesadas y sus intereses contrapuestos.

“Un liderazgo cristiano resiliente tiene que ver con la continuidad de los valores, permitiéndoles salir a la superficie y luego encarnarlos en las decisiones sobre el apoyo al personal, proteger a los más vulnerables y pensar en su bienestar", dijo Shirley Jenner, una de las autoras originales del informe.

La perspectiva general se centra en la manera en que hay que tomar esas decisiones, sopesando los costos y los beneficios, pero actuando relacionalmente. 

David Ball sugirió: “Se está viendo que las empresas resilientes son aquellas cuyos líderes muestran su fe por la forma en que dirigen, guían y apoyan. Lo ideal es que se propongan ser como Jesús, actuando como un pastor para la gente y cuidando de ellos en tiempos de desafíos como estos".   

Phil Schluter, cuyo negocio familiar fue adquirido por un grupo comercial multinacional y ahora forma parte de él, dijo que habían experimentado una caída del 90% en la demanda de sus cafés especiales para cafeterías y restaurantes durante la noche cuando comenzó el confinamiento. 

Algunos negocios podrían haber dejado a los proveedores en la estacada, culpando a la  Covid-19, pero Schluter afirmó: “Hemos pasado años y años en todo el mundo tratando de convencer a los agricultores que cultiven café de buena calidad para que puedan obtener un buen precio y ahora que nos enfrentamos a esta crisis, vamos a cumplir nuestros contratos”.

Para un banco como C. Hoare & Co, esto significa actuar en su misión de ser buenos banqueros y buenos ciudadanos. Alexander Hoare explica: “Nos hemos mantenido abiertos y estamos trabajando al 100%, lo cual es una gran tranquilidad para los clientes y el personal”.

Todos los clientes que piden aplazamientos de los intereses los están recibiendo. Aquellos que piden un préstamo por Covid-19 lo obtienen, siempre y cuando sea sensato, lo cual es una gran ayuda para ellos, y lo será para nosotros también cuando sean devueltos”.

Es obvio que, si los líderes no encarnan los valores, es poco probable que se mantengan en el resto de la compañía. Sabremos cuáles son realmente nuestros valores cuando estén bajo la mayor presión, y para algunas empresas esta podría ser la prueba definitiva.

Peter Hubbard lo señaló así: “¿Hay algo en nuestros valores y cultura organizativos por lo que valga la pena luchar? En otras palabras, si desapareciéramos, ¿el mundo sería un lugar más pobre física, espiritual, económica o financieramente?”. 

 La confianza

Ninguno de los líderes empresariales creía que Dios los estaba aislando de las duras realidades económicas de la pandemia. Alexander Hoare ya se enfrentaba al reto de prestar dinero a unos tipos de interés récord, y con la Covid-19 ahora afronta la inevitable perspectiva de las deudas incobrables.

El banco debe hacer una provisión sustancial para las empresas que quiebren en los próximos dos o tres años, especialmente los hoteles y las empresas del sector turístico. Peter Hubbard,de la firma Anthony Collins Solicitors de Birmingham, anticipaba una caída de hasta el 30% en el negocio durante el año.

Pero frente a estos desafíos, había una conciencia de que, si los líderes son diligentes en la construcción de valores piadosos en sus empresas, estos no sólo añaden resistencia para los tiempos adversos, sino que también ayudan a esos líderes a confiar en Dios en la tormenta.

Hubo signos alentadores de la fidelidad de Dios: oportunidades de ser una bendición para un director general desanimado; conversaciones reales con altos directivos que expresaron su atracción por el ethos adoptado; oportunidades de animar a los empleados a servir al Servicio Nacional de Salud (del Reino Unido) y apoyar a las empresas de beneficencia relacionadas con el negocio; compartir la fe en un día de ausencia del personal.  

Ram Gidoomal, presidente de Traidcraft, habló del mejor trimestre que tuvo nunca la compañía Fairtrade, ¡promovido por un almacén lleno de rollos de papel higiénico! Cambiaron rápidamente el método; en lugar de vender a los comercios mayoristas lo hicieron a los clientes directamente cuando las iglesias y las tiendas fueron cerradas.

Poco antes de la crisis, Traidcraft se encontraba en una situación financiera desesperada, pero Ram siguió un impulso y reavivó un antiguo contacto comercial, que terminó proporcionándoles un préstamo sin garantía y libre de intereses de 300.000 libras esterlinas durante seis meses, que les ayudó a salvar el negocio.  

No será una sorpresa que, mientras somos fieles en la oración, el testimonio y el trabajo al estilo de Jesús, Dios aparezca y añada su bendición a nuestros trabajos.

La oración

Se hizo referencia al dicho: “Si quieres hacer reír a Dios, muéstrale tus planes”, y a la sensación general de que estamos en el territorio del salmista, tambaleándonos por lo que sucede a nuestro alrededor.

Estos líderes se inclinan hacia el Dios que conoce el futuro y buscan su sabiduría mientras navegan por las incertidumbres. Algunos encontraron las disciplinas espirituales del silencio y la soledad especialmente relevantes ahora y muchos están encontrando una nueva profundidad en su caminar con Dios mientras se proponen navegar por aguas inexploradas.

Schluter explicó cómo la experiencia y la oración deben mantenerse en tensión: “Tenemos que tomar decisiones sabias y aprovechar la experiencia que tenemos todos los días, pero al mismo tiempo podemos orar por el discernimiento para tomar decisiones más allá de nuestra capacidad de prever el futuro, y estas pueden ser las mismas que nos lleven al final”.

Matthew Kimpton-Smith compartió cómo la forma en que ora por su negocio cambió después de un paro cardíaco que lo alejó del trabajo durante la mayor parte del año:  “Lo que Dios me ha estado enseñando es que la oración es la capacidad de hablar con este asombroso Dios creador, que está fuera del nivel en términos de nuestra comprensión. Mi oración solía ser pedirle a Dios que hiciera lo que yo pensaba que debía hacer. No estaba elevando las situaciones a Dios, y confiando en que Dios se encargaría de ellas, porque creía que me había dado habilidades y que necesitaba hacer las cosas a mi manera. Aprendí que el orgullo se había interpuesto en mi camino. Este asombroso Dios necesita estar a cargo, y quiere estarlo. Pero, ¿realmente confío en él, con mi negocio, mi gente, mi familia, mi vida, mi futuro?”.

La valentía

El mundo de los negocios puede ser hostil para el creyente, pero el estado de ánimo del grupo era que definitivamente valía la pena crear oportunidades para salir de la zona de confort, especialmente cuando los tiempos son difíciles.

Ram Gidoomal dio un ejemplo pertinente: “En una ocasión estábamos considerando si debíamos orar por un programa de despido. La Junta estaba indecisa y preocupada por la forma en que esto podría resultar, pero decidí seguir adelante y orar en una reunión de gestión. Después, una mujer se acercó y dijo: ‘nunca he oído una oración así, ¡fue hermoso!’ Nunca se sabe cómo Dios puede usar algo así”.

Phil Schluter optó por ser contracultural en su enfoque de lo que se consideraba una práctica comercial convencional. “El mundo del comercio [del café] suele llevar al comprador a cenar. Nosotros vamos en la dirección opuesta y llevamos a nuestros proveedores africanos a una cena anual. Como es mi evento, puedo dar las gracias y compartir el evangelio mientras lo hago, ¡porque yo pago! He tenido algunas respuestas sorprendentes: uno de nuestros gerentes de un banco suizo dijo que se había hecho cristiano dos años antes, y que buscaba una iglesia en Ginebra. Uno del equipo de Starbucks de África Oriental se acercó y dijo: ‘¡Nunca he oído a nadie orar en   público en una reunión de café!’ En algunas ocasiones los no cristianos vienen y dicen que lo encuentran inspirador. Creo que más que nunca necesitamos ponernos de pie como cristianos y ser contados”. 

Siempre hay una necesidad de discernimiento acerca de cuándo y cómo compartir nuestra fe en formas que sean apropiadas, pero los informes diarios de las muertes de la Covid-19, con muchas personas conocidas que han fallecido ‘antes de tiempo’, están poniendo en primer plano las cuestiones de la vida y la muerte.

En base a una encuesta de ComRes, que sugiere que un cuarto de la población ha visitado un servicio religioso online, ¿podríamos encontrar que la gente es más receptiva a una conversación de lo que lo era antes?

El Jesús que nos insta a construir nuestra casa sobre la roca, sobre su palabra y su enseñanza, es el que más tarde dice a sus discípulos que sin él, no pueden hacer nada (Juan 15:4).

Así que no es sorprendente que la oración esté en el centro de la discusión y sea un elemento clave para estos líderes mientras continúan respondiendo con nuevos enfoques al cambiante clima económico con imaginación y esperanza.

“Las empresas resilientes muestran consistencia y continuidad, junto con flexibilidad y adaptabilidad”, resumió Richard Higginson. “Necesitamos velocidad de adaptación, y la capacidad de reinventarnos bajo Dios en estas circunstancias de encierro”.

Nadie fue insensible acerca de su capacidad de mantenerse centrado en Jesús, pero había una confianza tranquila en el poder de Dios durante estos días y cuando el tsunami llegó, los valores fundamentales de las empresas resilientes todavía estaban muy vigentes.

*Estuvieron presentes:

David Ball, fundador del Grupo David Ball de la industria del cemento, ahora Presidente de QMRMC

Matthew Kimpton-Smith, CEO Cygnet Group Ltd, una empresa de ingeniería especializada

Peter Hubbard, socio principal, Anthony Collins Abogados

Alexander Hoare, socio y director de C Hoare and Co, el banco privado más antiguo de Gran Bretaña 

Simon Lawson, presidente de Lawsons comerciante de madera y constructores

Phil Schluter, ex director general de Schluter SA que ahora forma parte de Olam Speciality Coffee

Ram Gidoomal, presidente no ejecutivo de Traidcraft, una empresa mundial de comercio justo.

El debate estuvo conducido por Jonathan Tame, director del Jubilee Centre, con el Rev. Dr. Richard Higginson de Faith in Business, y la Dra. Shirley Jenner, profesora de la Universidad de Manchester y coautora del informe 2015 Resilient Business.

Un artículo de Andy Peck.

Este artículo se publicó por primera vez en el sitio web del Jubilee Centre y fue republicado con permiso.