Aceptando la Covid-19

La pandemia de coronavirus está poniéndolo todo a prueba.

Casi todas las instituciones públicas están bajo una inmensa presión. Los servicios médicos, especialmente las unidades de cuidados intensivos, deben hacer frente a una demanda sin precedentes. Los funcionarios de la salud pública tienen que monitorear la propagación del virus diariamente y predecir cómo se las arreglará el sistema de salud en las próximas semanas. Los asesores gubernamentales deben recomendar decisiones de gran alcance sobre el aislamiento social para frenar el avance y “aplanar el pico” de las infecciones graves. Los ministros tienen que gestionar la respuesta general y mantener al público informado y tranquilo, ambas cosas vitales para mantener su confianza.

La Covid-19 pone a prueba a todos los negocios: los que no vean caer drásticamente la demanda al alejarse los clientes seguirán enfrentándose a la escasez de personal cuando los empleados tengan que autoaislarse. Los gobiernos se ofrecen a apoyar a las empresas, pero si lo hacen principalmente en forma de préstamos, sólo retrasarán el problema. Muchos directores deben sopesar ahora las exigencias legales, éticas y relacionales que se les imponen al tomar decisiones realmente difíciles para tratar de mantener su negocio a flote.

El virus pone a todos los hogares bajo presión con múltiples desafíos. Cuando todos los miembros de una familia tienen que aislarse durante una o dos semanas, se preocupan por cómo obtener alimentos y suministros básicos. Si las escuelas están cerradas, ¿cómo cuidarán los padres a sus hijos si todavía salen a trabajar? Cuando alguien pierde su trabajo, ¿cómo llegará el hogar a fin de mes? Y con todos los miembros de la familia encerrados, habrá inevitables tensiones y discusiones; las relaciones de pareja tensas pueden ser llevadas a un punto de ruptura.

[destacate]"La Biblia ofrece aliento para la fe personal y perspicacia para guiar al cristiano que está en el liderazgo público".[/destacate]Y cada individuo necesita enfrentar la incertidumbre de lo que le espera. Algunos están preocupados por la amenaza médica a su salud, especialmente las personas mayores o aquellos con vulnerabilidades subyacentes. Otros se preocupan por la amenaza económica para sus medios de vida, y cualquier lucha por la salud mental se verá exacerbada por las semanas de aislamiento social. La preocupación por los parientes ancianos cuando el acceso físico a ellos es limitado o imposible añade más tensión.

Estamos siendo desafiados en todos los sentidos; el tejido de nuestra sociedad, nuestras instituciones, nuestras relaciones, la calidad de nuestro liderazgo y la fuerza de nuestros caracteres están siendo puestos a prueba. Este es un momento sin precedentes en Europa en la era de la posguerra, desde 1945 hasta el presente.

¿Cómo vamos a pensar bíblicamente sobre todo esto? Bueno, todo lo que he escrito hasta ahora lo hace, ya que el punto de partida para considerar cualquier tema desde una perspectiva bíblica es echar una larga y dura mirada a lo que realmente está sucediendo. No es bíblico mirar sólo lo que te gustaría ver. Ni tampoco es bíblico usar tópicos como “¡Bueno, al menos Jesús tiene el control!” para absolvernos de pensar las cosas.   

Debemos empezar por nombrar lo que sentimos y experimentamos, que en el caso del virus Covid-19 probablemente incluye ansiedad, miedo y una sensación de desconcierto. Para muchos existe una sensación inminente de dolor y pérdida: no sólo el duelo por la pérdida de un ser querido a causa del virus, sino también la pérdida inminente de un trabajo, un negocio, los ahorros o la pensión. Tenemos que comprender cuánto afecta a todos esta pérdida de normalidad predecible, los desafíos específicos a los que se enfrentan las diferentes personas y los dilemas para los líderes de los servicios de primera línea y del gobierno.

Al igual que los amigos de Job, tenemos que sentarnos con este asunto por un tiempo, escuchando y observando, y no apresurarnos a hacer pronunciamientos sobre lo que Dios puede o no puede estar haciendo a través de esta crisis. (¡Fue cuando los amigos de Job empezaron a hablar que las cosas salieron mal!)

Aquí en el Jubilee Centre, vamos a hacer precisamente eso: escuchar atentamente y tratar de reflexionar bíblicamente sobre el impacto de esta pandemia en las próximas semanas y meses. Hemos identificado tres áreas potenciales para la reflexión: la reacción y la respuesta continua de los principales responsables de la toma de decisiones; la realidad para tantas personas de estar aisladas y en cuarentena; y las perspectivas de hacer las cosas de manera diferente en el futuro.

La Biblia no sólo ofrece aliento para la fe personal en un momento de crisis, sino que también proporciona sabiduría y perspicacia para guiar al cristiano que está en una posición de liderazgo o influencia pública. En estos tiempos inciertos podemos estudiarla con ambos fines en mente.

Jonathan Tame es el director ejecutivo del Jubilee Centre.

Este artículo se publicó por primera vez en la web del Jubilee Centre y se ha reproducido con permiso.