¿Podría ser éste el comienzo de un nuevo sistema económico e internacional que ya no sirva a los intereses financieros creados, sino al colectivo de ciudades, pueblos y comunidades locales de todas las partes del mundo? Por Johannes de Jong.
"¡Ahora todos somos socialistas democráticos, no socialdemócratas!”
Los gobiernos de la mayoría de las naciones occidentales, con el apoyo de los bancos centrales, han reunido una inmensa capacidad financiera para evitar el colapso económico, el daño colateral en la lucha contra la pandemia del coronavirus.
¿Por qué se han tirado por la ventana todas las reglas de la política económica convencional en las últimas semanas? ¿Por qué es ahora el momento adecuado para dejar de lado toda prudencia y cautela, y crear dinero como si no hubiera un mañana?
En todos los continentes, poblaciones enteras se enfrentan a la amenaza existencial de la Covid-19, y las medidas que se están adoptando para frenar la transmisión y evitar la pérdida generalizada de vidas tienen un enorme costo económico. Los gobiernos consideran que no tienen más remedio que intervenir en la economía para proteger los puestos de trabajo y mantener los ingresos de los hogares cuando las personas ya no pueden trabajar.
En la crisis financiera de 2008, los gobiernos intervinieron para salvar a los bancos a expensas del estancamiento económico y la disminución de los ingresos reales de la mayoría. Crearon una ‘economía zombie’ de empresas en algunos sectores que ‘casi’ pagan sus deudas pero que no crean nuevos puestos de trabajo ni mejoran la productividad. Sin embargo, en la crisis de 2020, los gobiernos están interviniendo para salvar primero la economía real, y esperan que las instituciones financieras (que ahora son más resistentes que en 2008) capeen el temporal.
El efecto de esta flamante política económica es aumentar la resiliencia de las comunidades locales, proteger a las familias y asegurar que la gran mayoría de la población sobreviva a las amenazas médicas y económicas del coronavirus.
De alguna manera se están cambiando las tornas; la coordinación internacional por parte de los líderes políticos y económicos ya no es para proteger los intereses de la élite financiera, sino de los ciudadanos de cada país. Los gobiernos se están apoyando en los bancos mientras se desviven para permitir que las comunidades locales sobrevivan.
Si de repente es posible poner a las personas y las comunidades en primer lugar, ¿por qué no era posible antes? ¿Hay entonces algo de verdad en la idea de que los argumentos económicos convencionales se utilizaron principalmente para justificar el statu quo y consentir los intereses creados, ignorando las necesidades reales de la mayoría? A continuación se plantea otra pregunta: ¿por qué se asigna el dinero de manera tan desequilibrada entre unos pocos en los mercados financieros, mientras que la oferta y la demanda reales se encuentran en las comunidades de todo el mundo para satisfacer las necesidades básicas como la atención de la salud y las necesidades del hogar?
La batalla para salvar las economías que se han estancado debido a las medidas de aislamiento del coronavirus se está financiando con nuevos préstamos masivos, que por lo general sólo se ven en tiempos de guerra. La relación entre la deuda y el PIB que resulte de esto pondrá enormes presiones sobre el gobierno. La única manera de reducirlos de nuevo será manteniendo los tipos de interés a cero durante una generación o bien permitiendo que la inflación se dispare a dos dígitos, rescatando a los prestatarios, pero castigando a los ahorradores y a los que tienen ingresos fijos.
Una consecuencia involuntaria de esta amenaza sin precedentes es poner el sistema económico patas arriba. ¿Podría ser éste el comienzo de un nuevo sistema económico e internacional que ya no sirva a los intereses financieros creados, sino al colectivo de ciudades, pueblos y comunidades locales de todas las partes del mundo? Una cosa está clara: nuestras comunidades locales están mejor servidas por la cooperación internacional que ve a los mercados como un instrumento para satisfacer las necesidades de los hogares reales en lugar de un vehículo de creación de riqueza para unos pocos ciudadanos felices. El hecho de que acabemos avanzando en esa dirección depende de que las empresas y los bancos sean rescatados de nuevo (protegiendo los intereses creados) o se les obligue a una administración y una reestructuración, lo que transferirá la riqueza de los acreedores y los accionistas a las otras partes interesadas.
Es obvio que ahora (más que nunca) necesitamos una economía orientada a las relaciones y a la familia, y los gobiernos y los responsables de las políticas deben tomar medidas en esa dirección. No necesitamos convertirnos en socialistas democráticos, pero sí necesitamos un tipo de economía diferente.
Ahora es el momento de pedir un cambio tan radical, mientras que el mundo entero se centra en salvar vidas ordinarias y no en apuntalar el viejo sistema económico que estaba orientado a los intereses financieros de una pequeña minoría. Recuperemos el verdadero propósito de los mercados y las finanzas: permitir que cada persona desarrolle sus habilidades, encuentre un trabajo significativo, mantenga a sus familias y sirva a sus comunidades.
Johannes de Jong es director de Sallux, el think tank del Movimiento Político Cristiano Europeo.
Este artículo se publicó por primera vez en la web del Jubilee Centre y se ha reproducido con permiso.
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o