Genética y homosexualidad

“Es básicamente imposible predecir la actividad sexual o la orientación de una persona por su genética”

Un equipo internacional de científicos acaba de presentar el mayor estudio realizado hasta la fecha sobre la influencia de la genética en el comportamiento sexual; incluyendo a casi 500.000 personas, 100 veces más que el mayor trabajo previo.

Antes de ir a las conclusiones, un fallo evidente que sorprende en un estudio de esta magnitud. Se trata de haber etiquetado a una persona como homosexual por haber tenido una única de estas experiencias en su vida. “Es una definición muy simple que esconde gran parte de la complejidad de la orientación sexual”, opinan los críticos al método del estudio. Sería como considerar drogadicto a toda persona que una vez fumó un porro, tomó una pastilla de LSD o esnifó en una fiesta cocaína (en absoluto comparo homosexualidad y drogadicción, es una crítica al método).

Por otro lado, esta pregunta sobre las relaciones homosexuales era obligatoria de responder en Reino Unido, pero voluntaria en EE.UU.

En definitiva, el porcentaje de personas consideradas homosexuales en el estudio es posiblemente mayor que la realidad.

Así, de los 410.000 participantes del Reino Unido sólo el 4% de los hombres y el 2,8% de las mujeres afirmaron haber tenido al menos una relación sexual con una persona de su mismo sexo, mientras que en EE UU, esa pregunta era voluntaria para los cerca de 90.000 encuestados, de los que respondieron de manera positiva el 19%.

Estos datos indican que es altamernte probable que el porcentaje de personas homosexuales reales es una cifra bastante menor que las que se manejan habitualmente.

Sin embargo, este error no quita la conclusión del amplísimo estudio, publicado este jueves en la revista Science. 

Sólo han identificado cinco variantes genéticas correlacionadas con el comportamiento homosexual, pero con una influencia mínima. Sumados sus efectos, explicarían menos del 1%. “Es básicamente imposible predecir la actividad sexual o la orientación de una persona por su genética”, zanja el estadístico Andrea Ganna, del Instituto Broad.

Es decir, no existe un “gen gay”. La persona homosexual llega a la atracción al mismo sexo por otros muchos factores. Aquí entra la especulación de los posibles factores que podrían llevar a la homosexualidad.

Este hallazgo en un estudio tan amplio sirve para explicar por qué en hermanos gemelos hay casos de que uno sea homosexual y otro no, pese a compartir la misma carga genética y experiencia ambiental pre y posnatal. Es cierto que cuando un gemelo es homosexual hay un porcentaje ligeramente mayor a la población de homosexualidad en el otro gemelo; pero en este caso coincide no sólo la genética, sino las mismas experiencias de infancia.

En definitiva, este estudio tira por tierra la idea de que el homosexual nace. No es una identidad sexual heredada, sino desarrollada por múltiples factores.

Es importante decir que tampoco significa que la persona elige ser homosexual voluntariamente. Significa que detrás de la atracción al mismo sexo hay factores que inducen a esta orientación sexual, seguramente de muchos tipos.

Pero es fundamental que este estudio, frente a otros que se contradecían entre sí, concluya que genéticamente el ser humano nace hombre o mujer, sin que exista una predeterminación a tener una orientación diferente a la heterosexual, que es la “marca original”.

Desde este prisma, deberíamos aplicar dos líneas de pensamiento. La primera, la iglesia necesita expertos bien formados que sepan entender esos factores que llevan a la atracción al mismo sexo (AMS) y a la homosexualidad para poder comprender y ayudar a la persona.

La segunda línea es que la ideología de género pierde una baza fundamental. Desde su perspectiva la sexualidad no se trataría de nacer hombre y mujer, sino que sería una construcción social y cultural. Pero si este estudio sugiere con fuerza algo es que la construcción social y cultural sí que podrían tener mucho que ver con la homosexualidad.

Notas

N.d.E. El estudio completo se puede consultar aquí: https://science.sciencemag.org/content/365/6456/eaat7693/tab-pdf