Joven para siempre

La canción de Bob Dylan Forever Young, ha emocionado el corazón de muchas personas en diversos lugares del mundo. Algunos incluso han ido más allá, diciendo que debería cantarse en todas las escuelas para ayudar en la educación de los niños. Puedes escucharla entera en cualquier momento, pero a mi me gustaría recordar tres o cuatro frases: 

“Dios te bendiga y te proteja, que todos tus sueños se hagan realidad,

 Ayuda siempre a los otros y deja que ellos te ayuden,

 Construye una escalera hasta las estrellas y sube cada peldaño,

 Mantente siempre joven, siempre joven….” 

Esa es la única vacuna contra el vacío existencial: recordar las pasiones y los sueños que Dios pone en nuestra vida, aquello que Él ha colocado dentro de nosotros como resultado de su amor. Dios nos ha hecho únicos, con unas características determinadas, y a eso tenemos que dedicarnos…

Sea lo que sea lo que estás haciendo, debes vivir con pasión. Recuerda que no existen trabajos más importantes que otros, ni sueños más trascendentales que otros: cualquier cosa que hagamos en la presencia de Dios tiene un valor eterno. Eso es lo que hace que nuestra vida sea diferente ¡Dios nos enseña y nos ayuda a vivir así! 

Por eso nos entusiasmamos y seguimos luchando cada día. Eso es lo que nos hace mantenernos “jóvenes” sea cual sea nuestra edad ¡Si Dios no llena nuestro corazón de su pasión, nadie ni nada puede hacerlo! Si no ardemos al conocerlo a Él jamás nos entusiasmaremos por nada. Si no somos capaces de consumir nuestras fuerzas para seguirle, tampoco seremos capaces de saber lo que significa recibir su poder cuando ya no nos quede nada.

Lo que hace que seamos diferentes es vivir día a día en esa perspectiva, sin desesperarnos. Sin pensar ni siquiera en abandonar, sino queriendo subir siempre un peldaño más, luchando para que este mundo sea mejor y comprendiendo el corazón de Dios. Mientras quede un aliento en nosotros, seguiremos disfrutando de todo lo que Él nos regala y ayudando a disfrutar a otros.

Nunca pienses que eres muy joven para tomar la decisión de seguir al Señor incondicionalmente. El consejo que Dios le dedica a Jeremías, es el mismo que para ti: “No digas que eres muy joven. Tú irás a donde yo te mande y dirás lo que yo te ordene. No tengas miedo de nadie, pues yo estaré contigo para protegerte. Yo ,el Señor doy mi palabra” (Jeremías 1:7-8). La vida adquiere una dimensión completamente diferente cuando Dios nos ayuda a cumplir nuestros sueños ¡Cuando le amamos a Él y le seguimos en cada momento de nuestra vida, todo lo que hacemos tiene sabor de eternidad!