Las pequeñas alegrías

1) No importa que la felicidad sea pequeña. Arde tú en ella.

2) Busca conmoción de cuerpo y alma, y no hartazgo; temblor de la fuente, y no causas soberbias. Busca la bienaventuranza de una caricia…

3) ¡Qué poco valen tantas cosas!

4) Muchos tesoros son tan humildes y gratificantes como esos besos salmodiados que me das.

5) Un violín me gorjea a Bach y a Brahams. Y yo en el sofá de mi piso barato, disfrutando de tal riqueza, como si estuviera corriendo sobre el alambre más alto del cielo.

6) Roja flor y misterio. Sólo eso y un canto estallante de gozo para este tiempo de terneza.

7) Me ampararé detrás de muchas alas, tras un bandeo de ángeles, por ejemplo.

8) Con fuerza arde el amor en alma viva. Así se siembra el vuelo, a contraluz de los azules, cobrando altura para la fiesta acariciante.

9) Odisea la del corazón que oye una promesa y sigue su luz. Sacramento sin santiguar que por igual abraza y se rebela para revivir de lleno el Evangelio.

10) Que tu corazón no se torne mustio, como las flores de esa jarra.

11) La poesía es un goce íntimo; nunca un oficio. Un retrato de vida, nunca una invención.

12) Su ternura aumenta mis ganas de firmar armisticios. Cuando así me trata, sabe que ya no plantaré batalla.

13) ¡Quisiera que retorne el porvenir soñado! ¿A qué se debe esta tardanza?

14) Abrirse al mundo, como quien va hacia el asombro y regresa de él. Abrirse al mundo, comunicando una verdad esencial y su incomparable pureza.

15) Un hijo: nuevo reto para el Tiempo.

16) ¡Renacerá tu emoción y ya no tendrás que fingir!

17) Anhela una paz que ablande perversos odios.

18) Olvida cuanto amilane tu entrega al prójimo.

19) Préñense con el manantial que brota de lo sagrado: con su serena alegría, con su esperma que lentamente aprieta el óvulo de los sueños.

20) El ojo inocente capta presencias que para otros son leyenda.