El infierno que más quema: la envidia

1) Alcánzame esa Palabra o su soplo desnudo cruzando desiertos, incansable en su silabear potestades para abolir la parte terrible de los viejos estatutos.

2) Que nadie que porte la bandera de Cristo vaya por la vida chorreando mezquindad.

3) Sentir la voluntad de Dios, su Creación. Así se entiende mejor el hecho de la vida y de la muerte.

4) Consufrir el drama de los otros. He ahí el principio de la Esperanza.

5) El dinero no es un pequeño Dios, pero hay quienes combustionan su corazón ante tal presencia. No resulta sacra esa costumbre; tampoco la de corromperse por tenerlo cerca.

6) Oh Dios, te dono mi edad de niño con todos su árboles altísimos.

7) Otra mutilación u otra matanza en nombre de su Dios. ¿Y luego, con manos llenas de sangre, afanarse en ocupar el sitio principal del templo o la mezquita?

8) Para un cristiano la honestidad no es una virtud sino la savia de su existir.

9) Cristo mío, ayúdame, ya no soporto oír las monsergas de quiénes dicen haber bebido el vino de tus llagas. Están como embalsamados ante el dolor de los ángeles involuntarios, de los nuevos crucificados, de los que padecen hambres de muerte. Cristo mío, hablan de la vida, pero se la niegan a los que sólo les queda la muerte.

10) El infierno que más quema: la envidia.

11) Todas las crisis son lo mismo, pues el hombre avanza en sentido contrario a la cordura. La economía no es una ciencia. Virginemos la existencia, impulsando una moderación deshollinadora del desenfreno materialista que consume al hombre, incluyendo a muchos que predican lo espiritual.

12) ¿Antes el arte de la liturgia que el sentimiento del hombre que necesita a Dios?

13) Lo precioso es la amistad; no el oro.

14) Increíble que aún existan seres humanos que nieguen a Cristo como redentor de los humildes y explotados, de aquellos cuya dignidad ha sido mutilada una y otra vez, por los siglos de los siglos. Y conste que la mutilación, en muchos casos, fue hecha por gentes que se decían cristianas.

15) Mística unificación gracias al Espíritu. Tal la coronación del esfuerzo de la Fe.

16) La fraternidad hay que demostrarla en todo instante, no sólo el día de culto.

17) El que clama tiene anclaje bíblico, pues su voz no está ensillada en otras galaxias. ¡Clama, quéjate de toda injusticia o desastre colectivo! Luego vendrán días de ternura indecible, pero no cuando a diario ajustician la verdad o tontean con el porvenir de muchos.

18) Lo fundamental es la Palabra. Su deformación lleva al descreimiento en el lenguaje.

19) Hay días en que uno se siente más mortal que de costumbre.

20) Incesante razón la del buen Amor que como lagar se ofrece.