Unamuno es una fiesta. Lo digo porque Salamanca está celebrando todo un año de Justicia poética en torno suyo. Y me alegra el entrañamiento que la capital del Tormes ha hecho con él, algo que ya el incisivo intelectual acometió mientras vivía, no obstante expedientes de excomunión o diatribas de una prensa cerril y afecta a caciques o jerarquías eclesiales intolerantes contra todo aquel que osara poner en cuestión el sojuzgamiento económico de la plebe o la mala costumbre de anestesiar espíritus a golpe de estampitas.
Don Miguel clamó contra Hunos y Hotros, y lo hizo sin red ni hipocresías, gustase o no a los personajes que entonces detentaban los poderes efímeros. A sus inquisidores ya nadie los recuerda, al menos con afecto. Pero con Unamuno sucede una luz futura congregándose en torno a sus palabras, buena parte de ellas impregnadas del Evangelio que revoluciona, no del catecismo que adoctrina sesgadamente.
Don Miguel rebasó las tranqueras provinciales y el mundo occidental supo reconocerle mejor que otros muchos que estaban más cerca, en la misma ciudad donde gestó hijos y obras.
Precisamente, tratándose de la irradiación de las obras del flamante Hijo Adoptivo y Medalla de Oro de la ciudad, el lunes recibí la novela
Niebla traducida al estonio (Udu, pp. 245) y enviada generosamente por Helina Aulis, editora responsable de la traducción realizada por Ruth Lias.
El amplio prólogo lleva firma de R. Pullerits. Empiezo a deletrear el primer párrafo de “Niebla”:
“Kui Augusto ilmus orna maja uksele, sirutas ta välja parema käe, avatud peopesa allapoole, ja suunanud silmad taevasse, jai hetkeks seisma selles raidkujulikus ning augustuslikus poosis…”.Y claro, como no comprendo ni jota de estonio, de inmediato lo remito a la Casa-Museo Unamuno, en cuya biblioteca estará gozoso, junto a las versiones originales escritas en recia grafía castellana.
Recordar que
no hace un mes, también se depositó otro volumen conteniendo tres novelas del rector vitalicio, traducidas al estonio por Helina Aulis, Mari Kruse y Riina Roasto. Se hizo dentro de la programación del IV Encuentro de la Alianza de Escritores y Comunicadores Evangélicos (ADECE). Fue la escritora Isabel Pavón, miembro de la junta directiva de ADECE, quien tuvo esta grata misión, siguiendo los deseos de Helina.
Por otra parte, y de lo que conozco directamente, sé que en Bucarest ya está en imprenta una amplia antología bilingüe de su poesía, traducida al español por la catedrática Carmen Bulzan, quien me solicitó que escribiera el prólogo. Para octubre está prevista su presentación en la propia Casa-Museo Unamuno. Será el momento de oírlo hospedado en el idioma de Eminesco; escuchar ese “Piensa el sentimiento, siente el pensamiento…”, de su recordado Credo poético:
“Gândeşte sentimentul, simte gândul;/ să aibă cântecele tale cuib pe pământ/ şi când în zbor spre ceruri urcă,/ dincolo de nori să nu se piardă”.
Estas dos muestras sólo reflejan que Unamuno no necesita de riñas locales o de protagonismos espurios para trascender. Y claro que debo felicitar al alcalde Alfonso Fernández Mañueco y a Enrique Cabero, representante de la oposición, quienes, junto a sus grupos municipales, han aprobado por unanimidad varios acuerdos en torno a este poderoso pensador y sentidor que tanto ha sumado a la nombradía cultural de Salamanca.
También deseo hacer sentir mi aplauso tras ver el trabajo realizado por el equipo de de Televisión Castilla y León (Salamanca).
“Carta a Don Miguel” es un atractivo documental que recoge lo básico de la vida y obra de Unamuno, completando un segmento importante para la promoción cultural de la ciudad. Las imágenes llegan a todas partes en estos tiempos de Internet.
Cierto es que a los documentales les pasa lo mismo que a las antologías: nunca satisfacen a todos; siempre hay una pega o una crítica feroz, bien porque alguien sobra o alguien falta. Pero debe pesarse el todo y no las esquirlas de aquello mejorable. Lo que sí puedo atestiguar es la importante cuota de equidad y tolerancia que siempre, desde su creación, ha venido manteniendo esta cadena televisiva, al menos en el plano cultural salmantino, lo cual es loable sobremanera.
Mientras llega octubre y pueda pedirle a Carmen Bulzan que, en rumano, recite al completo el “Salmo III” de Unamuno, hoy solamente quiero que haya Paz entre los Hunos y los Hotros. Juan Carlos López, director de la cadena, lidera en apertura y equilibrio, además de escribir sobre las pajaritas de Don Miguel.
Y a modo de recuerdo, cristianamente, dejo anotado la última estrofa de dicho poema; una estrofa que tanto gusta a mi respetadísimo Juan Antonio Monroy: “Méteme, Padre eterno, en tu pecho,/ misterioso hogar,/ dormiré allí, pues vengo deshecho/ del duro bregar”.
Pune-mă Tată etern în al tău pat,
misterios cămin,
voi dormi acolo, căci mă despart
de-al vieţii suspin.
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