Ángel Zapata y los evangélicos murcianos

El consejero de Presidencia, Manuel Campos, rubricaba recientemente un convenio de colaboración con el presidente del Consejo Evangélico de la Región de Murcia, Ángel Zapata, por el que se establecerá un cauce de diálogo y cooperación continua que permita desarrollar proyectos conjuntos dirigidos a garantizar la libertad religiosa.

Ángel Zapata charló con La Opinión a raíz del citado acuerdo.

P: El convenio que ustedes han firmado con Presidencia hace hincapié en la importancia del diálogo pero, ¿qué se ha acor­dado concretamente?
R: Cuando constituimos el Consejo, vimos la necesidad de trabajar con un convenio marco. Pero estudiamos las competencias que tenía cada consejería y vimos que establecer ese convenio marco iba a ser difícil. Pero este acuerdo ayudará en futuros convenios a nivel sectorial. Para nosotros es algo histórico, pues hasta ahora no había ningún tipo de acuerdo, solamente relaciones a nivel local, de iglesias con ayuntamientos. Este convenio abre la puerta a acuerdos más concretos con las distintas consejerías.

P: ¿Y a qué acuerdos más con­cretos aspiran llegar?
R: En otras comunidades se han conseguido cosas. En Madrid, por ejemplo, hay acuerdos con la con­sejería de Sanidad para que se re­conozca la figura del capellán evangélico en los hospitales. En Andalucía, por otro lado, hay edu­cación evangélica en los colegios.

P: ¿Qué demandan?
R: Dentro de la reforma educati­va, pedimos que los padres que demanden para sus hijos una re­ligión evangélica puedan tenerla. En otras comunidades ya se está impartiendo y existe la figura del profesor evangélico.

P: ¿Y en los hospitales?
R: Dar la asistencia. Hasta ahora todo ha ido bien. Cuando un pas­tor evangélico se ha identificado como tal en el hospital, no ha ha­bido problema y ha asistido a la persona. Pero, aun así, queremos llegar a acuerdos con las conseje­rías de Educación y de Sanidad.

P: ¿Sufren ustedes algún tipo de prejuicio o rechazo a conse­cuencia de su religión?
R: No, no creo que haya prejui­cios. Creo que hay desconoci­miento con las minorías. Pero esto está cambiando. Los prejui­cios son cosas del pasado. Ade­más, dentro de las minorías religiosas, la comunidad evangélica protestante es la mayoritaria.

P: ¿Cuántos fieles evangélicos hay en la Región de Murcia?
R: En la Región hay 232 comuni­dades pertenecientes a religiones minoritarias, y de ellas el 52% son iglesias evangélicas y el 28% mez­quitas musulmanas. Siempre se nos ha querido meter dentro de grupos sectarios, pero hay iglesias evangélicas que están celebrando su 140 aniversario. Son religiones de arraigo y los prejuicios van quedando atrás. El Colegio Evan­gélico está constituido desde 2007 en la Región, es reciente.

P: Se habla mucho del trabajo que realizan organizaciones como Cáritas, especialmente con los más necesitados en es­tos momentos, pero, ¿qué labor potencian ustedes como credo?
R: Hacemos un trabajo de inte­gración, por ejemplo, con los in­migrantes, puesto que son personas que se encuentran en una si­tuación de desarraigo, sin su fa­milia, y que se refugian en la Igle­sia. Incluso les ayudamos con sus permisos de residencia. Además, hay reparto de ropa y alimentos. Tenemos también centros que ayudan a personas, como el Ho­gar del Buen Samaritano.

P: ¿Considera usted que en esta sociedad hay también, como muchas voces han denunciado, una crisis de valores?
R: Sí, creo que sí. Muchas veces lo que se vive y se ve cada día viene a consecuencia de la crisis de valores. Se han perdido muchas co­sas, como el valor de la familia.

P: ¿Cree que los poderes públicos deberían de tener más en cuenta el aspecto religioso a la hora de gestionar la situación?
R: Habría que tener más en cuenta, y para muchas más cosas, la Biblia, donde vemos muchos ejem­plos de personas que pasaron cri­sis, como cuando se habla de la época de vacas gordas y de vacas flacas. Deberíamos tener más en cuenta a la Biblia y a Dios en nues­tro vivir diario.

P: ¿Cómo celebran ustedes las fiestas de Navidad?
R: Muy bien, con alegría y con gozo, aunque entendemos que el nacimiento de Jesús habría que celebrarlo siempre, todo el año.