Dustin Hoffman y su Oscar

Dustin dijo cuando le fue entregado el premio: “Quiero darle las gracias a mis padres por no haber practicado el control de natalidad”.

Somos responsables de lo que le ocurre a los niños. ¡Incluso antes de que nazcan!

Jamás podré comprender las razones que esgrimen todos aquellos que defienden el asesinato libre de los niños cuando están en el vientre de su madre.

Tampoco comprendo a los que maltratan a los más pequeños, o viven como si les estorbasen.

Menos aún entiendo la situación económica mundial que nos "obliga" a ver como día a día miles de niños mueren de hambre y enfermedades, cuando en otros lugares sobra dinero y alimentos para solucionar el problema.

Asesinato antes de nacer. Maltratos infantiles. Muerte de niños inocentes por falta de recursos económicos... parece ser sólo la punta del iceberg en cuanto al sufrimiento de los más débiles.

Tenemos que hacer algo. O por lo menos no quedarnos callados. No aceptar el silencio ante los que dicen que la comodidad o la salud social de los padres es tan importante como para quitarle la vida al no nacido.

No dejar de responder y encarcelar a aquellos que maltratan a los niños ¡Aunque sean los suyos propios! Hacer todo lo posible para buscar a niños necesitados que vivan cerca de nosotros, o apoyar a quienes trabajan llevando comida al tercer mundo.

Los niños son de Dios. A El le pertenecen, y es El quién imparte justicia contra los que los abandonan, maltratan o matan. Ningún inocente sufrirá sin que Dios lo tenga en cuenta. Nadie se saldrá con la suya cuando se trata de maltratar a los débiles. Dios tiene en su mano a los niños, y nadie los va a quitar de allí. Pase lo que pase.

De los niños es el reino de los cielos, dijo Jesús, y como niños tenemos que ser si queremos llegar a disfrutar de la vida que jamás termina... porque Dios nos conoce y nos ama desde mucho antes que hubiésemos nacido. "Tu me sacaste del seno, me hiciste confiar desde los pechos de mi madre" (*).

Si quieres aprovechar el día de hoy de la mejor manera posible, ayuda a un niño que lo necesite.

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(*) Salmo 22:9