El trabajo de Teófilo Wikman en la educación

En el año 1876 es promulgada la nueva Constitución, ya bajo la Restauración, que volvería a restringir la libertad de cultos, declarándose nuevamente la religión católica como la religión del estado. En el año 1877, tras un arduo trabajo misionero (Alicante, Valladolid, Linares - Jaén), el Dr. Knapp abandona España, dejando el cuidado de la iglesia de Madrid bajo la dirección del Pastor Manuel de Canencia. Es en este periodo, desde 1877 a 1882, año en que fallece el Pr. Canencia, donde experimenta un gran crecimiento esta congregación a pesar de las limitaciones oficiales. 

Fue sustituido Canencia, durante un breve periodo, puesto al frente de la obra Jorge Simeón Benoliel, hijo de un médico sefardí afincado en Marruecos, quien se trasladó apresuradamente a Alicante, quedando la iglesia de Madrid sin pastor. La obra fue atendida por diferentes predicadores esporádicos, sufriendo varias crisis que hicieron que la obra fuera menguando hasta su desaparición orgánica eventual. Con la llegada a Madrid el misionero americano de origen sueco, Teófilo Wikman, en 1914, los bautistas que había en España se reorganizan de nuevo, haciéndose cargo de algunas escuelas y pastores que estaban en estrecheces económicas. En Madrid se reunían en una casa particular en la calle Mesón de Paredes, llegando a reunirse hasta cien personas.

Pastor Francisco Fernández

Transcurridos tres meses, se trasladaron al Puente de Vallecas, donde prosiguieron los cultos regulares y se estableció la escuela diaria para niños y niñas en un chalet de la calle Nicasio Méndez (hoy Av. del Monte Igueldo). El día 16 de abril de 1915, se bautizaron en aquel lugar 26 personas, utilizando como bautisterio una vieja tina de hierro que los hermanos habían adquirido en el rastro. Con estos creyentes se estableció de nuevo la Primera Iglesia Evangélica Bautista de Madrid. Un año mas tarde se trasladó de nuevo su sede a una planta baja de la C/ Lavapiés. Durante ese tiempo se abrieron algunos lugares de culto en Madrid, llegando a organizarse otra iglesia en el barrio de Prosperidad. Estas iglesias continuaron con Wikman hasta su marcha en 1923. Durante un breve periodo de tiempo pastoreó la iglesia D. Julio Nogal Cuadrado, joven español que había estudiado en un Seminario Bautista de Cuba y había colaborado con el Pr. Wikman en los años precedentes. Este, sin duda, fue un periodo de consolidación de la iglesia donde el crecimiento numérico y espiritual de los miembros fue significativo. 

El 14 de abril de 1931 fue inaugurado el nuevo local de la iglesia bautista de la calle General Lacy, 18 en Madrid, mientras se instauraba la Segunda República. El lugar era una gran nave alquilada, en los bajos del edificio, que resultaba demasiado grande para los miembros que había. Un año antes se había hecho cargo de la iglesia el pastor D. Francisco Fernández Moya, quien consideró que aquel espacio podría llenarse algún día. De 1936 a 1939 y por efecto de la Guerra Civil española, la iglesia quedó muy reducida en número de miembros, pasó a ser de 80 miembros frente a los 180 que eran antes del estallido de la guerra. Unos fueron al frente, otros huyeron buscando seguridad en los pueblos, otros tuvieron miedo de seguir viniendo a la iglesia. No obstante, un pequeño grupo de creyentes, con la familia pastoral a su cabeza, continuó celebrando los cultos de forma regular hasta terminada la Guerra Civil, a pesar de ser esa una zona muy castigada por los constantes bombardeos debido a su cercanía con la estación de Atocha. 

Los cultos se celebraban en la parte delantera de la iglesia, en la parte más cercana a la salida para el caso de que cayera algún proyectil cerca. En el barrio llegó a ser muy conocida la iglesia en la difícil etapa de la guerra civil por los desayunos que se repartían a los niños con la ayuda que llegaba desde Suiza. Los hermanos y hermanas de la iglesia llegaron a preparar y repartir 500 desayunos diarios consistentes en leche con chocolate, 1 bollo y 1 cucharada de aceite de hígado de bacalao como aporte vitamínico.

El día 1º de abril de 1939 el teniente Coronel del Estado Mayor del Primer cuerpo del Ejército autoriza la continuación de los cultos y servicios religiosos en aquel local. La iglesia pudo retomar de nuevo su andadura a pesar de las dificultades. En el año 1948, con la ayuda de la Misión, se pudo comprar el viejo edificio de la C/ General Lacy núm. 18. Al año siguiente, bajo la dirección del Dr. Hughey se realizaron algunas reformas de acondicionamiento de la nave interior, pudiéndose reanudar los cultos el 30 de diciembre de aquel año 1949, con capacidad para unas cuatrocientas personas.

COLEGIO DE PROSPERIDAD, MADRID 

En los archivos de la Iglesia Evangélica Bautista «El Buen Pastor» de Madrid se han localizado algunos documentos sobre los inicios de la iglesia a partir de 1871 que supondrían una serie de retos importantes. Yo me hago eco de sus investigaciones. Una de sus  funciones, dirigida tanto a la iglesia como al vecindario del Barrio de La Prosperidad en Madrid, sería la de crear un colegio de primera enseñanza. La fundadora de este colegio sería una mujer, María Calvo Redondo, (1886- 1963), más conocida por todos como la Señorita María. Uno de los hombres de importancia en este inicio del protestantismo del XIX sería también su hermano Moisés Calvo, veterinario de profesión y profesor, que sufriría mucho durante y después de la Guerra Civil por ser republicano.

Todo comenzó cuando el evangelista Luis Román, que en el año 1916, bajo el apoyo del misionero bautista Teófilo Vikman (americano procedente de Suecia), presentó un proyecto con carácter urgente para comenzar un colegio en las mismas dependencias de la iglesia. María Calvo, dueña del local donde se reunía la iglesia, no solamente  dispuso su edificio en López de Hoyos 116, sino que estaba dispuesta a adaptarlo moviendo tabiques, cubriendo gastos, y participando en las funciones que tuviesen dicho colegio. Los inicios de estos colegios, suponían para las iglesias un gran esfuerzo. 

En este caso, los recursos económicos sobre los que comenzaría a desarrollarse eran solamente de 50 pesetas. Esto que es lo que dedicó la Iglesia Bautista del Barrio de «La Prosperidad», motivaría a ofrecer más apoyo, y hubo quien vendería todas sus alhajas para entregar donativos. La iglesia reconocía que mantener el colegio era una ruina, pero aún así llegaron a tener 200 alumnos. María Calvo sería la directora del colegio. En su equipo contó con buenos maestros que dedicaron mucho de lo que tenían para este fin, como fuera Constantino, uno de los maestros con los que tuvo una buena amistad. 

Una de las cosas que se constatan en la mayoría de los colegios evangélicos, como ocurre en el de «La Prosperidad», es la sensibilidad existente ante las necesidades que eran inherentes a cada niño y familia, representada en aquellos pequeños. Para ese fin, en el caso de este colegio e iglesia, se funda la «Institución Dorcas» (20-10-1935), que bajo el lema de procurar «la formación y educación moral y espiritual tanto del cuerpo como del alma» buscan apoyos en el extranjero, y en cualquier lugar donde pudiesen recabar algún respaldo para los niños

LA IGLESIA LUTERANA DE LA CALLE CALATRAVA

Fritz Fliedner

La Iglesia de Jesús, organizada en 1870 en la calle de Calatrava 25, permanece hasta hoy en el madrileño barrio de La Latina. Allí estaba, junto al pastor Francisco de Paula Ruet, el misionero luterano Federico Fliedner, introductor de la moderna pedagogía alemana en más de diez escuelas de la capital. Don Federico Fliedner es cita obligada a lo largo de estos escritos por lo que copio su biografía para tener unas referencias. 

Vino a España en marzo de 1869 al promulgarse por vez primera la libertad de cultos. Al año siguiente fue ordenado pastor y enviado por la Iglesia Evangélica de Alemania como misionero. Se estableció en Madrid el 9 de noviembre de 1870 y fue nombrado capellán de la legación del Imperio Germano en Madrid. Aprendió el español, hizo el bachillerato en España y estudió Medicina en la Universidad Central. Empezó su labor religiosa en la Iglesia de Jesús, en la calle Calatrava de Madrid, cuyo pastor era Francisco de Paula Ruet, a quien sucedió en 1878. En 1880 adquirió una casa en ruinas en El Escorial donde se había alojado Felipe II y la reconstruyó instalando un hospicio para huérfanos y una escuela, la "Casa de Paz". Ayudó a los grupos evangélicos de provincias viajando incansablemente y fundó una escuela en cada congregación para elevar el nivel cultural de los evangélicos españoles. Participó decisivamente en la formación de la Iglesia Cristiana Española (1872), origen de las actuales Iglesia Evangélica Española (IEE) e Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE).

En 1873, fundó la Librería Nacional y Extranjera, una editorial de amplio fondo con obras literarias, libros de texto y publicaciones periódicas. Entre estas destacan El Amigo de la Infancia, consultado por Miguel de Unamuno, que se publicó de 1874 a 1939, y la Revista Cristiana, periódico científico y religioso que llegó a los 888 números entre 1880 y 1919.

Escribió biografías de John Howard, Elizabeth Fry, el misionero y explorador David Livingstone, el reformador Lutero (1878), y sus propios padres, Teodoro Fliedner de Kaiserswerth (1883) y Carolina Fliedner de Kaiserswerth (1883). Completó esta labor escribiendo su propia autobiografía, aparecida primero en dos volúmenes en alemán (Aus Meinem Leben, 1901-1903), traducida luego al español y publicada póstuma en la Revista Cristiana (núms. 513 a 553). Inició la traducción al español del Nuevo Testamento con las notas del francés Ed. Faivre; la completó desde la Epístola a los Hebreos uno de sus nietos.

Crió una familia numerosa con su esposa escocesa, Juana Brown, que fue una colaboradora ejemplar que le ayudó en sus trabajos en la escuela preparatoria de bachillerato. Ante los buenos resultados de la misma, pensaron en crear un centro privado de segunda enseñanza o bachillerato y reunió penosamente los fondos de lo que habría de ser el Colegio El Porvenir de Madrid, inaugurado el 31 de octubre de 1897, día de la Reforma. Junto a él se creó la Librería Calatrava, de temática protestante. Fliedner escribió también un himnario evangélico en español para la escuela dominical. Enfermó de tifus y murió el 25 de abril de 1901; está enterrado en el Cementerio civil de Madrid.

Uno de los grandes éxitos para la educación y el ministerio en España ha sido el colegio El Porvenir como logro de don Federico Fliedner, donde fueron formados muchos evangélicos de toda España. Amigo del primer ministro Cánovas del Castillo y del Conde de Romanones, alcalde de Madrid, logró el permiso para la inauguración del Colegio El Porvenir el Día de la Reforma (31 de octubre) de 1897 en la calle Bravo Murillo, 85. El edificio no podía parecer una iglesia y por tanto las dificultades para la edificación fueron muchas. Al final se hace cargo de la edificación el arquitecto Joaquín Kramer Arnaiz, arquitecto muy relacionado con la Institución Libre de Enseñanza. Don Federico se había doctorado en Medicina con el premio Nobel, Ramón y Cajal, quien calificó su tesis sobre la higiene escolar y los ejercicios corporales de «admirable».La integración de Fliedner con los españoles es completa. «Para establecer un colegio que mejorase el sistema seguido por los institutos de segunda enseñanza del estado, Federico Fliedner [decide] cursar el bachillerato español.» El Colegio El Porvenir llegaría a tener de 200 a 350 alumnos —tanto internos como externos—, en su mayoría de familias muy humildes, y fue pionero en la coeducación junto con la Institución Libre de Enseñanza. Don Federico publicó asimismo sus propios libros de texto, los cuales obtuvieron el segundo premio en la exposición pedagógica de 1882.

Estos breves datos representan una obra ingente que esta familia Fliedner ha realizado desde que se establecieron las primeras congregaciones y necesitaría unos mejores estudios para poder apreciar la eficacia y cuantía de su aportación al protestantismo español.