El ya Nacido y las piedras lanzadas

1. El ya Nacido es el pequeño Dios que pronto recibirá las piedras lanzadas contra nosotros.

2. Sin representaciones, sin jugueteos. No apariencia sino Libertad: así el luminoso ámbito del creyente cuya fe logra que tiemble la soberbia del mundo.

3. Odisea la del corazón que oye una promesa y sigue su luz. Sacramento sin santiguar que por igual abraza y se rebela para revivir de lleno el Evangelio.

4. ¿Has llegado al corazón de la Palabra o sólo la vas merodeado hasta torcerla en mil sentidos?

5. Hemos dejado de ver a las estrellas por los fuegos fatuos que nos consumen por el suelo, desviviéndonos.

6. Ser inconformista, decir No, es absolutamente necesario en estos momentos de la Historia.

7. La mentira cada vez más nos arrincona. No oigas esa voz ni el sonido de ninguna caja registradora.

8. Jíbaros sin esperanza los caínes que por estos tiempos preparan reducir sus propias cabezas.

9. De pronto, sin hablar demasiado, sin pedir la vez, alguien descubre las marcas secretas del rayo y asume que lo suyo será un nuevo canto con el que apuntalar los pilares del Evangelio que muchos han enterrado hasta la cintura.

10. Ya basta, me digo, de esta Babel siempre convaleciente, siempre imperiosa en su oxidación del alma.

11. Criticas el uso del burka pero no dudas en acudir a la cirugía plástica. Hoy lo difícil es saber quién es quién.

12. En demasiada gente la autocrítica es una práctica que brilla por su ausencia.

13. Hasta hace poco se miraba como parias a quienes integraban los movimientos antiglobalización. Ya sabemos que no estaban equivocados cuando se manifestaban contra las perversiones del sistema económico neoliberal. Ahora todo lo malo señalado está ocurriendo.

14. Necesitamos días urgidos de esa serenidad capaz de mostrar sus invisibles nervaduras sin rendición.

15. A veces el oro paga las mentiras. En otras ocasiones sólo queda una noche polar para quien vive en la ignominia.

16. Sangre y pan del Cristo al que me gemelo, lejos del laberinto celosamente protegido por guardianes que ni Él reconoce.

17. El vértigo con el que se informa y desinforma en esta sociedad occidental genera desasosiegos e insatisfacciones poco favorables para la espiritualidad del ser humano.

18. Que tu corazón no se aleje del caudal de la inocencia por estar más cerca del fluido avasallante de la mezquindad.

19. La gente de a ras de suelo es quien paga el exceso de los encumbrados, por ese desequilibrio que hace caer a los ricos siempre de pie. Sólo encuentro una excepción: el del Crucificado, puesto arriba para pagar el exceso de los de abajo.

20. Nuestra heredad es tu tiempo, Jesús, peregrino a la intemperie cuya cicatriz pertenece a todas las razas.