La obra pionera en Málaga

LA PRIMERA VISITA A MÁLAGA DEL OBISPO CABRERA ⁽ⁱ⁾ 

Málaga .-- Al llegar a Málaga me recibieron en la estación una comisión de miembros de nuestra Iglesia, presidida por el párroco, el señor Vila, y por otro grupo de amigos íntimos, que había venido para dar la bienvenida a mi llegada. Los periódicos de la mañana de ese día habían dado la noticia de mi llegada. La mañana del domingo, día 17, hemos tenido el servicio de la Confirmación, cuando cincuenta y tres personas fueron confirmadas:  he predicado también, en el servicio de la noche, a una congregación que llenaba la capilla, la sacristía, el pasillo, la escalera y la entrada de la casa. En la catedral, uno de los canónigos habían estado predicando en contra de nuestra Iglesia y contra mí, justo en el momento en que estaba administrando el rito de la confirmación de la mañana. Probablemente se trataba de una buena publicidad de nuestros servicios, y se puede dar cuenta de la multitud asistente a nuestra capilla. El martes tuvimos un servicio de noche extraordinario, y la asistencia fue mayor aún que el domingo. También predique esa noche, ya que en estas visitas predico en todos los servicios. Cuando el servicio había terminado, y aún, he bautizado a una niña de diez años de edad a la congregación restante. Esta chica ha sido educada en la escuela. Su padre, al ser un librepensador, la dejó sin bautizar. Ella, tuvo el aprendizaje del catecismo y recibió instrucción bíblica, exhortó a su madre para asistir a la iglesia y, últimamente, le pidió permiso a su padre de ser bautizada. Señor Vila se negó a realizar la ceremonia, y se refirió a mí, por el hecho de que su padre no era cristiano y la niña no estaba en edad. El hombre se acercó y tuvo una entrevista conmigo. Él es uno de los muchos católicos que en este país se han convertido en indiferentes e infieles. Me dijo que, a pesar de que no le importaba personalmente acerca de la religión, estaba convencido de que su deber de conciencia no se oponía a la voluntad de su esposa de ser un miembro de la Iglesia, ni el deseo de su hija de ser bautizada. El resultado fue que la mujer fue recibida en la Iglesia, y la hija fue bautizada en presencia y con el deseo expreso de su padre delante de la congregación que había llenado la capilla. Terminado el servicio del bautismo, fui invitado por el hombre para ir con unos amigos a su casa, donde había una taza de café con bizcochos, y disfruté de la felicidad de esa familia. Al final de esa corta visita que el hombre me dijo: "Cuando mis otros dos hijos sepan la doctrina cristiana, y tengan el deseo de ser bautizados, yo fácilmente daré el consentimiento." Y la mujer dijo: "Yo me ocuparé de eso." Yo creo que el hombre no está lejos del reino de Dios. Las escuelas, estando el tiempo tan húmedo, no se llenan mucho. Yo sólo contaba con cincuenta y cuatro niños y niñas presentes, pero en el examen los encontré bien enseñados y entrenados. Dos cosas se necesitan con urgencia en Málaga – un lugar más grande para la iglesia y las escuelas y un evangelista asistente para el señor Vila ⁽ⁱⁱ⁾.

Las personas confirmadas por mí en España durante mi primera visita son 138 -. Es decir, dos en Monistrol, veinticuatro de Sevilla, cincuenta y tres en Málaga, cuarenta y cuatro en Madrid, siete en Villaescusa, cuatro en Salamanca y cuatro en Valladolid.

Aunque muchos de los datos sobre la obra en Málaga se han expuesto anteriormente, el relato de Noyes tiene el encanto y la emoción de alguien que vivía tiempos esperados desde el siglo XVI, viendo el dificultoso éxito de la II Reforma.

REVERENDO JOSÉ MARÍA VILA Y PIA. PIONERO EN MÁLAGA

Málaga ( España  ) .-- El trabajo aquí tiene una personalidad muy interesante. Tardaremos en olvidar la visita que hice a esta iglesia y la misión en puerto de la Torre, ya que me impresionó favorablemente. La historia del movimiento la explicaré brevemente por falta de espacio. Entre los años 1858 y 1860 a varias personas la lectura de las Sagradas Escrituras le llevó a buscar una forma más pura de la fe. Entre estos se pueden mencionar Matamoros, Carrasco, y el señor Pablo Sánchez. Durante el destierro de los principales reformadores, algunos de los cuales habían sufrido prisión, tanto en Granada y Málaga, los hermanos se reunieron de vez en cuando en secreto. Esto continuó hasta el año 1868, el año de la Revolución del general Prim. Fue una época también de trabajo, para una edición del Nuevo Testamento que se publicó en español e hizo circular. Esta edición lleva en la portada de las letras I R de M (Iglesia Reformada se Málaga). Así, el terreno estaba preparado, y se inició la obra ante la declaración de unas medidas de libertad religiosa para la predicación pública de la Palabra. El reverendo Pablo Sánchez fue entonces encargado de la obra de la evangelización, bajo los auspicios de la Sociedad de la evangelización española  de Edimburgo. Al principio, el número de participantes en los cultos eran muy grandes, pero con el tiempo se redujo, y Sánchez fue trasladado a Huelva y la capilla(capilla) cerrada. Muchos  habían pasado a profesar la fe en secreto, para no confesar a Cristo delante de los hombres. 

En el año 1877 nuevos recursos fueron enviados por Sociedad de Ayuda a la Iglesia de España y Portugal para llevar a cabo la Obra y el Rev. Spriggs-Smith fue enviado. Fue recibido cordialmente por un pequeño grupo de unas cincuenta personas que habían permanecido fieles. El reverendo T.J. Scott (Capellán británico), el cónsul, y el médico Inglés le fueron de gran estímulo, y la congregación creció rápidamente hasta 130 personas. El capellán, escribió: "Me alegra saber que puedo dar un buen informe de los trabajos. Aquí  administré la Santa Comunión el primer domingo del mes, a treinta miembros, todos muy devotos.... . Las clases de Biblia y argumentación están bien atendidos. "

El Sr. Smith era un estudiante de teología en este momento, y al final de 1878 se vio obligado a regresar a Inglaterra para prepararse para la ordenación. Le sucedió en Málaga por el señor Joaquín Domínguez, un joven español serio. Fue educado en parte, en Inglaterra, y ahora está trabajando en relación con la South American Missionary Society. El Señor Domínguez se quedó con la congregación en Málaga hasta que fue recibido como parte de la Iglesia Reformada Episcopal, y se retiró entonces a Sevilla. El Rev. Benito Rodrigo  ⁽ⁱⁱⁱ⁾ fue nombrado debidamente a Málaga, en el Sínodo, pues estaba especialmente equipado para el puesto.

Un trabajo estable, con buenos resultados continuaron hasta el final del año 1884, cuando el sur de España fue visitada por un terrible terremoto. Un extracto de una carta escrita por el Rev. Rodrigo Benito de aquel momento dará una idea de la calamidad: "Yo estaba preparado y agradecido para predicar el día de Navidad a una congregación excepcionalmente grande. Unos minutos después de terminado el servicio divino, mientras estaba sentado con mi esposa, que es ciega, de repente sentí la casa balanceándose hacia adelante y atrás. Fue realmente un momento de angustia, y las palabras brotaron de los labios: "Señor sálvanos  o perecemos". Los enormes muros de nuestra vivienda amenazaban con derrumbarse y enterrarnos a nosotros debajo con su peso. El crujido de las vigas y los pisos de arriba y abajo, el ruido de las baldosas, y el estrépito de muebles de la iglesia en la capilla  de arriba, junto con un sordo, aunque terrible  sonido  mientras vibraba, inspiraba tal sentido inquietante de inseguridad y temor que creíamos firmemente había llegado el fin del mundo. Con los alaridos y los gritos de una población aterrorizada, nuestra situación puede imaginarse mejor que describirse. La capilla  y las escuelas han sufrido mucho, pero gracias a Dios que nos ha dejado con vida, y que esta visita ha sido anulada para bien y la gente parece más dispuesta a aceptar el consuelo del Evangelio."

La capilla y las escuelas se encontraban destruidas de manera que el trabajo tuvo que ser suspendido hasta que las reparaciones se hicieron, ambos fueron reabiertas en 1885, y con un aumento de la asistencia. Al año siguiente, el Sínodo decidió enviar el Rev. José M. Vila y Pla a tomar el trabajo en Málaga. El Señor Vila es un ex sacerdote católico, un hombre culto, serio y elocuente, y muy respetado en la ciudad. Él introdujo la liturgia en la congregación, que con gusto lo ha recibido, pues la falta de un servicio litúrgico había sido muy sentida. Poco después, él escribió: "Nuestra Iglesia Episcopal tiene un atractivo especial. Por la gravedad y al mismo tiempo la dulzura de su liturgia que atrae con suavidad a un pueblo que, acostumbrados a la liturgia pomposa de la Iglesia de Roma, no son capaces de sufrir el violento cambio de pasar de un servicio de alto ritual a otro carente de todo orden litúrgico ". Los lugares de misión en el barrio de Málaga se visitan de vez en cuando por el señor Vila, y muchos de ellos - por ejemplo, Puerto de la Torre, contienen un número de personas que simpatizan con la Iglesia Reformada. En un último servicio de mi visita también asistieron muchas personas, uniéndose en la liturgia, y sinceramente atentos al mensaje del pastor. Este pueblo había sido muy descuidado por la Iglesia Romana, pero tan pronto como se supo que el señor Vila los estaba visitando hicieron un vigoroso esfuerzo para que las personas que asistían no volviesen a los servicios. El mensaje a los sacerdotes tampoco se hizo esperar por los reformados en los siguientes términos: "Señor Cura, que nunca nos ha visitado, que fuimos abandonados. Si hubiera buscado nuestro bienestar antes que vinieran los evangélicos, cuando ignorábamos el Evangelio, probablemente habríamos seguido a ese hombre, pero ahora los evangélicos han abierto los ojos, nos enseñan la verdad, y nosotros estamos bien con los protestantes y permaneceremos con los protestantes, y  nos respetaremos a nosotros mismos y todas sus amenazas a nuestros hijos no van a afectar de ninguna manera nuestra decisión."

El Rev. H.J. Huntingdon, capellán británico en Málaga, escribió en este momento a la sociedad, elogiando calurosamente señor Vila y su trabajo, y habla de una visita un día de la semana que había comprometido para hacer en Puerto la Torre con el señor Vila, dice, "Fueron encantadores los momentos de la cálida bienvenida que recibió en la noche estando la sala estaba llena: las mujeres sentadas, los hombres que estaban allí por lo menos 200 fuera de que no podía ser admitido, pero que ansiosamente oían con la puerta abierta y por ventanas. Unas cincuenta personas nos acompañaron de regreso para Málaga ".

La oposición a la obra aquí llegó a su clímax el 25 de marzo de 1887. Una fiesta se organizó, en el que los reformados se convirtieron en masa y los herejes de siglos exterminados. Una imagen de "Nuestra Señora de los Dolores" fue traída a menos de media milla de la ciudad, y organizó una procesión. Los soldados fueron proporcionados, ya que hay algunas dudas como la fiesta sería recibido por el pueblo. Un destacamento de caballería actuaba como vanguardia, seguido de un número de beatas de Málaga llevando cirios encendidos, después de lo cual llegó la imagen acompañada de una fuerte escolta de los clérigos, alcaldes, civil y los guardias municipales, y una banda de música perteneciente a un regimiento de artillería. Un discurso violento fue predicado por un sacerdote jesuita, en el que se utiliza con frecuencia la expresión "¡Muerte a los protestantes!" y se temía que lo predicado al auditorio perturbase gravemente si se llevaba a cabo. Al final, sin embargo, el obispo apareció en el balcón, por lo que habló con la gente y un desastre se evitó. 

El efecto, sin embargo, contrariamente a lo que se  deseaba, en las subsiguientes visitas por el señor Vila, fueron atendidos por un número aún mayor que antes. El asunto, sin embargo, no terminó aquí. Señor Vila publicó un panfleto explicando su posición, y arremetía con ímpetu sobre los errores de la Iglesia de Roma. Esto fue considerado una ofensa a la Iglesia del Estado, y el señor Vila fue citado a comparecer ante los tribunales para responder a la acusación. Una orden de arresto fue emitida, pero  se le permitió la libertad bajo fianza por la cantidad de 2000 pesetas (£ 80). Los pocos ejemplares que le quedaban de panfletos fueron incautados por la autoridades, yse fijó un día para el juicio oral.

Se trataba, por una curiosa coincidencia, del aniversario de la fiesta en Puerto de la Torre. El Ministerio Público habló durante una hora, y concluyó al encontrar tres cargos en contra de folletos del Señor Vila (I) el desprecio de las doctrinas y las ceremonias de la Iglesia (romana) católica (2) ultrajando a los ministros de dicha iglesia, (3) profanación de las sagradas imágenes. Un abogado muy conocido se había dedicado a defender el señor Vila, Don Domingo Mérida, que asumió los puntos en serio, que mostró con la Biblia ( que citaba con frecuencia) que el señor Vila no había dicho nada contrario a la doctrina de la Escritura en sus folletos.

Un día fue nombrado por el señor Vila para hacer su defensa, un día que nunca será olvidado en Málaga. Un comerciante Inglés que estuvo presente me dijo que parecía como si el señor Vila se inspirase para esa hora. Sus palabras fueron escuchadas en medio de profundo silencio por unas 2.000 personas. Una densa multitud lo siguió por el tribunal, y fue llevado en triunfo en la ronda de la plaza pública sobre los hombros de la multitud. El tribunal, sin embargo dictó sentencia contra él, y la sentencia fue de dos años, cuatro meses y un día de prisión, multa 250 pesetas, y el pago de los costos. La única cosa que podía hacer era apelar a este tribunal ante el Tribunal Supremo en Madrid. Así se hizo, y el obispo Cabrera trajo toda la influencia posible para llevar a las autoridades. Afortunadamente esto ha tenido éxito hasta el momento que espera de la decisión final, el señor Vila se le permitió conservar su libertad, aunque había una gran multa a pagar. Pero esta persecución sólo lleva a la proclamación del Evangelio, pues los servicios en Málaga están concurridos por un número cada vez mayor, y los comulgantes han ascendido de 146 a 204. No había espacio ni siquiera a los servicios de día de la semana para aquellos deseosos de asistir.

Pronto vendría otra dificultad: la casa en la que los servicios se realizaban se puso a la venta. Un gran precio fue dado por el comprador, quien no ocultó su intención de echar a los reformados. Providencialmente, se obtuvo otra casa, y abrió sus puertas en diciembre de 1888. La misión en Puerto la Torre continuó teniendo éxito, y en una ocasión, al cierre de ese año más de 300 personas estuvieron presentes en uno de los servicios.

El 23 de enero de 1889, una amnistía general fue proclamada por la reina-regente de todos los delitos relacionados con la prensa, y este apartado entraba el Vila Señor que quedó  totalmente libre para continuar su trabajo. Servicios de acción de gracias se celebraron en Málaga y en los lugares de misión para celebrar el evento. Las estadísticas de la Iglesia el 31 de diciembre, 1890, fueron los siguientes: - Málaga: Comunión en rollo, 257, y los niños en las escuelas, 153, Puerto de la Torre: Los comulgantes, de 72, los niños 51. La congregación de Málaga pagadas durante el año 1.471 pesetas (59 £), por el organista, alumbrado, limpieza, reparaciones, etc puedo mencionar aquí que las colectas se hacen en todas las congregaciones de toda España y Portugal y que la Sociedad que trata de ayudar a los reformados, sólo proporciona ayuda a los estipendios de los pastores, maestros, evangelistas y hasta que la iglesia puede llegar a ser autosuficiente. El último informe de los estados de Málaga que el número de comulgantes en Málaga ha aumentado a 327 - un indicio más seguro de que en España (como de hecho en todas partes) de una vida espiritual profunda. Ha habido una cantidad de pequeñas persecuciones, como el despido de empleo de los funcionarios y trabajadores, debido a la influencia de la Iglesia; una y otra vez  los reformados han sido desalojados de su lugar de culto y obligados a buscar otro en su lugar. Pero a pesar de estas dificultades, hay muchas razones para agradecer a Dios y poner coraje. Málaga es un centro muy bueno para el trabajo misionero, y hay muchos grupos de reformados en los pueblos de alrededor. Estamos totalmente esperanzados en el desarrollo de los trabajos en este barrio.

Los ingleses que venían a España o estaban establecidos, se dieron cuenta que la Revolución del 68 era una necesidad ante la universal miseria en que se debatían las clases pobres de la nación. El cónsul de Málaga, William P. Mark ^(iv), no dejaría de informar al Embajador británico en Madrid, también por la situación de los protestantes en España, nacionales y extranjeros. Esta realidad se había agravado con el apresamiento del maestro de escuela y pastor, Julián Vargas, el 13 de abril de 1868. Vargas dirigía, efectivamente, una escuela cuando  le visitaron imprevistamente el alcalde corregidor y el juez civil del distrito, quienes, en un registro efectuado durante la visita, le requisaron un ejemplar del Nuevo Testamento en castellano y varias otras obras de carácter histórico-religioso. Pero ya anteriormente veinticinco súbditos británicos residentes en Málaga, habían manifestado  se les privaba de la recepción de periódicos extranjeros, cuando más ansiosos estaban todos de noticias sobre los cambios parlamentarios en la propia Inglaterra. En carta al cónsul británico, el caballero William P. Mark  se rogaba la comunicación de la anomalía al embajador en Madrid, al objeto de que les fuera permitido recibir de nuevo la Prensa. “El tiempo demostraría, por su parte, la escasa fantasía de los ingleses en comparación con la de sucesivos jefes de información de los Gobiernos españoles” -dice R. Olivar-Bertrand-.

No fue menor el interés de los protestantes ingleses por el caso Julián Vargas que lo fuese el proceso Matamoros en 1862 y las simpatías que los liberales, y principalmente los progresistas españoles supieron ganarse en Inglaterra. Después de 1868 y durante el sexenio constitucional se seguirá afianzando el nuevo régimen, no siendo menor la influencia diplomática que entonces ejercía Inglaterra sobre España. Esto facilitará la penetración en nuestro país de un protestantismo de corte anglicano. Pero esta influencia británica no sólo se opera en el campo religioso o diplomático; razones de carácter económico, comercial y geográfico facilitan la llegada y el asentamiento de súbditos ingleses en España. En cuanto a las primeras, destacaremos las relaciones comerciales existentes principalmente en tomo a la industria siderúrgica en el norte y vitivinícola en el sur. Recuérdense los apellidos de origen británico y tan conocidos en España como Terry, Garvey, Byass, Osbome, dedicados a la elaboración y comercialización de productos de la vid.

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(i)   Iglesia Reformada en España y Portugal. Una breve historia de las Iglesias Reformadas Episcopales de España y Portugal, desde 1868 hasta la actualidad. Por el Excmo Noyes. Londres, París, Melbourne: Cassell and Company, 1897.

(ii)  Erudito teólogo y escriturista, el ex sacerdote ecijano José María Vila y Pla fue el sucesor del pastor Rodrigo Benito en Málaga, en 1885. Se decía de él que “era un ilustrado, fervoroso y elocuente hombre, muy respetado en la ciudad de Málaga”.

(iii) En 1885 abjuró del protestantismo, “por su mala conducta” según se recoge en el Sínodo de 1889: “ El R. P. D. Benito Rodrigo, uno que por espacio de muchos años ha comido el pan del Evangelio y ha sido predicador de él, le ha vuelto las espaldas. Era el Pastor de una de las iglesias evangélicas en Málaga"

(iv)  Diez años de vida española vistos por los ingleses, 1868-1878 R. Olivar-Bertrand