Primeros pasos de los bautistas en España

Queremos considerar ahora, para no confundir con Abraham Ben Oliel, algunos datos de la biografía de George Simeón Ben Oliel y Tuatí relacionado con la obra de los primeros bautistas en Alicante. Según Aparici⁽ⁱ⁾ fue un joven obrero llamado Pierrad el que predicó el Evangelio en el “Club Federal” alicantino en agosto de 1870.

Dice que la constitución de dicha Iglesia se debe a William Ireland Knapp y al pastor Juan Martín Calleja, a quien el reverendo Knapp dejó al frente de la misma, y al que sucedería el ex sacerdote Benito Martín Ruiz, de «funesta y desastrosa intervención en Alicante». Llegaría para ocupar su puesto al frente de la congregación, el judío convertido al Evangelio, George Simeón Ben Oliel y Tuatí, «uno de los hijos del que fuera médico particular del sultán de Marruecos, a mediados del siglo XIX, Abraham (decimos nosotros Samuel) Ben Oliel». En 1879 es encarcelado  por dos meses G.S. Ben Oliel como representante de la iglesia evangélica en Alcoy, haciéndose eco de la noticia en varios periódicos nacionales y extranjeros. Bajo la acusación de “falta de respeto a las autoridades” interpuesta por el sacerdote del lugar al pasar con el viático para una mujer moribunda y suponemos no se arrodilló. Lo metieron en una celda llena de insectos  y pulgas que no le dejaban descansar, además de estar sucia y asquerosa, teniendo que escribir en las rodillas, sin luz e incomunicado. El rey le concedió el indulto, gracias a una acción rápida y enérgica del gobierno inglés, a través del embajador en Madrid. Tuvo un resultado feliz, aunque soportó tratos crueles. 

En un informe  de W. Knapp en el Baptist Missionary Magazine, Volumen 52 de 1872 se dice que G.S. Ben Oliel es pastor de Madrid promovido por Knapp. No deja de ser un informe que refleja las dificultades políticas, religiosas y sociales de los primeros pasos de los bautistas en España. En Madrid, Knapp y Ben Oliel y el maestro Mr. Marguies, en Alicante, Benito Martín Ruiz y en La Seca (Valladolid), Ramón Bon parecen ser los iniciadores de la iglesia bautista. Este informe tiene algunos datos interesantes para ver cómo se inician las congregaciones en España. Dice:

• “Pero a pesar de todas las influencias siniestras que han concurrido en la obra, por la oposición de los católicos, el carácter mercantil de la gente, su complicación con el inestable estado político del país y la falta de regularidad y experiencia en el personal misionero, es evidente que ha habido un avance esperanzado en la misión”. El Ministro del interior, en compañía del Reverendo Dr. Lorimer, de Boston, visitó Madrid el pasado de agosto, pasando varios días con el Sr. Knapp y la pequeña iglesia de culto en la capilla de Lavapiés. Llegaron sin previo aviso, visitando la capilla el jueves por la tarde, aunque fue una noche especial donde la ciudad entera estaba literalmente en la calle para esparcimiento y recreación, encontraron más de cuarenta personas presentes. Había un aire de seriedad y sinceridad de la gente, que se hizo evidente a los visitantes, que habían estado con Jesús. Todo lo que vieron de la iglesia y el estado general de la obra, que brinda evidencia inequívoca de la presencia del espíritu. El culto del sábado contó con más en gran parte, y la ocasión fue señalizada por la administración del bautismo a dos candidatos, uno de ellos una mujer de aspecto respetable, entre cuarenta y cincuenta años de edad y el otro un hombre de cultura, quien había tomado una parte prominente en las revoluciones políticas de fecha reciente, y que gozó de la reputación considerable como orador público. Después el Sr. Ruiz, quien ofició como pastor ya que en ese momento estaba en Madrid, se fue a Valencia, este hombre llevó a cabo el servicio público en la capilla; y atraen grandes cantidades por su elocuencia.


• Otro incidente, que ocurrió durante la estancia del Secretario y el Dr. Lorimer, es digno de registro. Después de pasar el día con el Sr. Knapp en Toledo, regresaron a la ciudad entre las 10 y 11 de la noche. A su llegada, encontraron a un hombre, anteriormente un colportor de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, que había reunido una congregación en un pueblo llamado La Seca, en las cercanías de Valladolid, y que había renunciado al servicio de la Sociedad Bíblica de predicar el Evangelio a la gente de ese pueblo. La gente había montado una capilla y había proporcionado a su institutor lo necesario para las necesidades de la vida, y un grado inusual de interés se manifestaba en los servicios religiosos. Después que este estado de cosas hubiese continuado durante algún tiempo, un tratado acerca del bautismo, emitido por el Sr. Knapp en Madrid, cayó en las manos del predicador. Esto condujo a un minucioso examen del tema de las normas, y el resultado fue una firme convicción de que una iglesia es un grupo de creyentes bautizados, y que el bautismo cristiano es la inmersión de un creyente profesa en agua en nombre de Cristo.  Esta convicción  se fijó firmemente en el predicador que de inmediato se dispuso a buscar el Sr. Knapp, con miras a su bautismo. Este fue el hombre que esperaba al regreso de Toledo y que después de las 11de la noche, contó su historia con tal inteligencia y con tales muestras de seriedad y convicción profunda, que impresionaron a todos los que vieron y escucharon lo que le fue impulsado por un espíritu de lealtad a Cristo. La conferencia fue aplazada hasta el día siguiente, con el propósito de consulta e investigación, que, siendo satisfactorio, se decidió bautizarlo y enviarlo por su camino. Toda la fiesta, incluyendo al pastor Ruiz, fue en Manzanares, donde fue bautizado el candidato. Como ya era un pastor de un rebaño, y como él deseaba hacer su trabajo según la orden del Nuevo Testamento, se consideró recomendable ponerlo aparte, por la oración y la imposición de las manos a la obra del Ministerio. Se encontró con la oposición a su regreso a La Seca de algunos que habían sido sus amigos y especialmente de los sacerdotes Romanos. Pero ocupó constantemente en su camino, y ahora hay una iglesia Bautista en esa aldea. Este hombre es Ramón Bon, quien Dios parece haber levantado por su servicio. Sr. Bon es un buen latinista y erudito en griego, y parece poseer un espíritu devoto y serio, dando promesa de una gran utilidad. 


• Otros dos ayudantes, de aparentemente buenas calificaciones, han sido consagrados para trabajar en Madrid, el Sr. Ben Oliel, ahora al servicio de la iglesia en Madrid como pastor, y el Sr. Marguies, que había sido empleado anteriormente como maestro y evangelista en la misión inglesa en Jerez, ahora a cargo de la escuela de la misión en Madrid.


• Un gran obstáculo para el éxito de la obra en Madrid ha sido la falta de una capilla conveniente. El lugar que ocupa hasta ahora en la calle Lavapiés es un piso bajo o sótano de un edificio antiguo, donde el aire es casi pestilente. Sr. Knapp ha hecho repetidos esfuerzos para obtener un mejor lugar; pero en la mayoría de los casos la enemistad vigilante de la clase sacerdotal ha triunfado, por lo que, de una causa u otra, sus esfuerzos han fracasado. Pero ahora está negociando una pieza en propiedad, con un pasillo que sentará a 600 personas, además de un amplio espacio para la escuela. La propiedad puede ser comprada y edificada por cerca de $5000. Si las condiciones resultan ser tales como indica el agente de los propietarios, y puede asegurar el título de propiedad, el Comité Ejecutivo ha decidido la compra del lugar y colocarlo como un hogar permanente para la pequeña iglesia en Madrid”.


• Hay un núcleo de una iglesia en Valencia, donde el Sr. Ruiz pasó un corto tiempo el otoño pasado. Alicante muestra signos de vida, y el Sr. Ruiz ha asumido recientemente el cargo pastoral. Hay esperanza de que la influencia del Evangelio se extenderá en toda esa región bajo las labores del pastor y evangelistas.


• Sr. Knapp ha sufrido de mala salud durante el año, aunque ha parado su labor de su trabajo sólo unas pocas semanas, y es fuerte en el corazón para la obra providencial comprometida con él. La Comisión se ha esforzado para hacer todo lo posible para ayudarlo, y aprecian la esperanza, el esfuerzo para adquirir la nueva capilla resultara exitoso, que la empresa se colocarán sobre una base más próspera y duradera”.

Roturar el campo religioso en España, siempre ha sido difícil desde hace siglos al predominar la iglesia de Roma sobre la propia iglesia católica española que siempre estuvo separada de Roma desde los visigodos. Hasta el mismo Carlos V fue capaz de saquear Roma, despojarla de sus riquezas y destituir al Papa. Su hijo Felipe II por el contrario le daría todo poder con la Inquisición hasta el día de hoy donde todos los poderes se le someten. En el caso de Knapp no es que le fallaran  las expectativas y las personas, -que esto también ocurrió- sino que la represión y la intolerancia nunca cesaron. No voy a juzgar a Ramón Bon que demostró suficientemente su fe evangélica, pero las crueles circunstancias le llevaron a servir a Roma y escribir dos o tres libros contra los protestantes. George Simeón Ben Oliel y Tuatí, se fue a América y según algunos datos también volvió a Roma. Benito Martín Ruiz, según Juan David Hughey en  Los bautistas en España , dice que en 1875 fue expulsado de la misión por haber conducido a un cierto número de personas al espiritismo. Después volvería a la iglesia católica haciendo pública renuncia de su fe. No dejó de haber cierto regocijo y propaganda al darse a conocer la noticia de que G.S. Ben Oliel tenía una hija religiosa y un hijo en un convento en las Américas. Estos hechos que desconocemos, siempre están envueltos en sospecha, por razones de que G.S. Ben Oliel era judío, conocedor de la Escritura, y que viviese con su mujer “una vida cristiana edificante” que dice el Rev. José Vilaplana, historiador de la vida religiosa de Alcoy, no define bien su conversión al catolicismo si esta se operó. Sin embargo era propio de aquellos tiempos estos  triunfantes versos que cita Vilaplana.

¿Quién me hubiera dicho un día 

En que mi pluma picante 

Contra el pastor protestante 

Una charada escribiría;

Que otro tiempo llegaría

En que me había de honrar

En poderle apadrinar?

¡Oh esta transformación

Tan sólo la religión

La puede realizar!

También perteneció G. S. Ben Oliel a la Logia “El Libre Examen” de Alcoy con el nombre de Venerable y simbólico de Silas, pero que al convertirse al catolicismo en mayo del indicado año 1885, se deshizo la logia, a la que asistían parte de los mismos afiliados a la secta protestante –dice Claudio Llopis⁽ⁱⁱ⁾ -. Este autor nos dice que  en 1875 tuvo una tregua esta propaganda (la protestante)... hasta que en 1877 encontraron sazón y oportunidad para pedir al Gobierno Superior el establecimiento, en esta ciudad, de una Capilla Evangélica, con la denominación de Iglesia Cristiana, a cargo del ministro evangélico Jorge Simeón Benoliel, que había ejercido el cargo de pastor en Alicante, la cual fue abierta en la calle Virgen de Agosto, el 10 de junio de 1877. -. 

Resulta oportuno destacar, para una comprensión de las dificultades de penetración del protestantismo y a su vez ver el potencial trasformador de la sociedad española emanado del Evangelio, la existencia de otra Logia  “Los Hijos de la Viuda” nº 125 formada y dirigida desde 1891 por el Venerable maestro León Moulet, de nombre simbólico Moisés, ingeniero de profesión que había llegado a Alcoy para la construcción del ferrocarril Alcoy-Gandía. Nacido dentro de la iglesia anglicana, era un hombre del “Reveil”, avivado y gozoso en la extensión del Evangelio. Su trabajo estaba entre los técnicos y obreros del ferrocarril y como veremos con propósitos claros de cambiar una sociedad. Dos Logias protestantes en Alcoy debieron ser un punto de preocupación para las autoridades eclesiásticas que no dudarían en recurrir a las acciones más bajas. Sin embargo debemos destacar, que aparte del espíritu religioso y la constante acción de la predicación del Evangelio, en el campo social y cultural  de estas Logias existían principios muy idealistas como estos:

Bases para una nueva sociedad:

• Instruir a la mujer para que eduque a sus hijos lejos de preocupaciones, libres y morales.


• Ser ricos para poder hacer el bien.


• Sacrificarse por los que sufren. Instruir a los ignorantes.


• Corregir y moralizar «sin matar».


• Destruir el poderío del jesuitismo.


• Separar la Iglesia del Estado.


• Reglamentar capital y trabajo para que el obrero honrado tenga participación en beneficios.


• La guerra en siglo XIX es absurda e inmoral,


• La escuela laica da al niño verdadera educación moral. Las niñas deben educarse como y con los niños...

No deja de llamar la atención para una sociedad como la española en la que la pobreza era una virtud, se proclamara “ser ricos para poder hacer el bien”, aunque en general todas estas bases deberían chirriar en aquella sociedad. Instruir a la mujer, reglamentar el trabajo y el capital, separar Iglesia y Estado, o reclamar la paz o la escuela laica, siguen siendo las mismas preocupaciones de hoy. Sin embargo aquella sociedad habituada a la hipocresía y a los propios intereses, era obligatorio sospechar que sus ideales no fuesen permanentes. Algunos hombres cambiaron pero el control del clero que seguía vigilando cualquier pensamiento extraño y la misma sociedad habituada a la mentira y el disimulo, no permitió un cambio revolucionario a pesar de las muchas revoluciones en este siglo. Las causas básicas de esta extinción de esta Logia y de algunas congregaciones puede verse reflejada en la carta de la logia fechada el 31 de octubre de 1895 al Gran Oriente Español, de la que copiamos lo más destacado:

• “Con motivo de la construcción del Ferrocarril de Alcoy a Gandía, despertó aquí en muchos el deseo de iniciarse en nuestra Orden, porque el indicado h. Moulet se hallaba de Jefe de la Sección de la mencionada construcción, y unos por conseguir destinos y otros por obtener el favor del Jefe, en pocos meses estas columnas se vieron cubiertas de masones valientes y decididos a sostener la lucha de estos clericales. Durante aquel período de construcción, había al parecer verdadero entusiasmo en esta Logia. Unos decían que sacrificarían su destino antes que volver un paso atrás, otros que, aunque se vieran precisados a fijar su residencia en otra parte, que jamás olvidarían a su madre Log. . y de donde estuvieran, remitirían su óbolo para contribuir a los gastos de la misma. Todo eran protestas de abnegación, sacrificios y virilidad; pero llegó el día en que tuvo que ausentarse el repetido y nunca bien ponderado h. . Moulet, por la terminación de las obras del expresado Ferrocarril, y con él todos los hh. ..que en la misma se hallaban empleados, como contratistas, ayudantes y demás.


• A pesar de faltarnos con su ausencia el concurso moral y material de casi todos los citados hh., quedábamos aquí aunque en número reducido, unos cuantos decididos, también al parecer, a continuar la labor emprendida, pero los trabajos del clericalismo por una parte, y por otra el desaliento que de algunos se apoderó, hizo que debido a los primeros salieran de esta localidad el malogrado h. .. Cabrero, el h. . Chinchilla y otros, y debido al segundo, tuvimos que dar de baja a los hh. ..Moser, Segura y otros de que ya os dimos cuenta en su día por falta de asistencia y cotización. Si a todo esto añadimos la constante persecución de que somos objeto (sic), hasta el externo (sic) de conseguir que nos quiten los destinos y por consiguiente reducirnos a la miseria; el insignificante número a que nos hemos reducido; la insuficiente recaudación para cubrir los gastos del Taller, la carencia de personal competente para la organización y buena marcha de una Log. ., y en fin todos aquellos medios indispensables de que carecemos, comprenderéis fácilmente la imposibilidad de poder continuar”. Sobre la personalidad de Leon Moulet decir que en 1885 según la IERE se ocupó de la iglesia en Salamanca sustituyendo al Rev. Canellas. Moulet renunció a su cargo de ingeniero de ferrocarriles y finalmente se trasladó a Portugal.

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⁽ⁱ⁾ Historia y raíces de los bautistas en Alicante. Antonio Aparici Díaz. Primera Iglesia Evangélica Bautista de Alicante, 1992

⁽ⁱⁱ⁾ La masonería en Alcoy en el siglo XIX. Claudio Llopis Prior