Señor director de “Protestante Digital”.
Estimado amigo:
Acabo de regresar a Madrid después de una larga temporada fuera de España. Mi secretaria me entregó los boletines de su agencia convenientemente ordenados por fechas. En el correspondiente al jueves 13 de abril, con el antetítulo “Luces y sombras”, figura un artículo rotulado “Persecución encubierta a cristianos opositores en Cuba”. Aseguro a usted que si el contenido de este trabajo fuera verdad, no escribiría ni una línea más. Pero no lo es. Viví una situación de relativa intolerancia religiosa en mi Marruecos natal donde llegaron a retirarme el pasaporte, y otra situación de intolerancia religiosa activa, agresiva, violenta en la España gobernada por el general Franco. Con decirle a usted que me quemaron en efigie en cinco ocasiones y estuvieron a punto de matarme de un tiro de pistola, lo explico todo. Cuento esto para añadir que en el tema de intolerancia religiosa tengo matrícula de honor. Y le aseguro que en Cuba no existe la forma de intolerancia que denuncian los autores del dicho artículo.
Creo recordar que en otra ocasión hube de salir al paso de idénticas críticas precisamente en “Protestante Digital”.
Esta última denuncia basa su argumentación en un Boletín de “La Voz de los mártires”. ¿Quiénes son? ¿Quiénes están detrás de esa voz de los mártires?¿Los mismos o los continuadores del judío-cristiano Richard Wurbran que en una ocasión, hace muchos años, me citó en un hotel del aeropuerto de Ginebra ofreciéndome suculentas cantidades de dinero para que denunciara por escrito la intolerancia religiosa en España? Claro que me negué, porque, como usted sabe, señor director, la libertad religiosa en nuestro país la peleamos y la ganamos nosotros, los españoles, desde dentro, sin necesidad de apoyos advenedizos.
Afirma el artículo que “el gobierno cubano maltrata y margina a los cristianos”. ¡Pruebas, por favor! Pruebas, nombres, fechas, situaciones. Yo no conozco la fórmula veraz de lanzar acusaciones sin pruebas que la acompañen.
Otro medio llamado “Boletín de Oración por los cristianos perseguidos” escribe con inocencia infantil que “pastores están sufriendo de depresión en Cuba”. Pastores evangélicos sufren depresión en España, en Japón, en Australia, en Florida y hasta en Tumbuctú. Los últimos informes constatan que de los siete mil millones de personas que pisamos la Tierra el 35 por 100, esto es, 2.450 millones sufren el azote de la depresión.
Usted, señor director, ¿no estima contradictorio que se hable de falta de libertad religiosa en Cuba y al mismo tiempo se escriba que “una Iglesia de 1.000 miembros ha dado a luz a 18 iglesias en casas independientes”?Si no hay libertad, ¿cómo han sido convertidas esas 1.000 personas? Si no hay libertad, ¿cómo se han establecido otras 18 iglesias en casas particulares?
Otra queja es la carencia de Biblias. Copio: “El Boletín informa que la persecución se manifiesta también a través de la falta de Biblias en la isla”. Tal lamentación procede de un pastor que se hace llamar David. Si el señor David o don David lee esto, le pregunto: ¿Cuántas Biblias quiere? Me comprometo a llevárselas en persona.
En tres ocasiones el Gobierno cubano me ha autorizado la entrada de 40.000 Biblias y 60.000 Nuevos Testamentos que, impresos en Colombia y enviados por barco al puerto de La Habana, distribuí entre iglesias de varias denominaciones. Si David puede pagarlas pongo a su disposición el número de Biblias que desee.
La raíz del problema está en el empeño de algunas iglesias en mantenerse en la clandestinidad. Esto les proporciona una aureola de mártires que utilizan para inspirar lástima y lograr ayuda económica del exterior. Esa táctica deleznable se da en muchos países, no sólo en Cuba. Elizando Sánchez, director de la Comisión Cubana de Derechos humanos y Reconciliación Nacional, organización opositora al régimen, escribe: “Las denominaciones que no tienen reconocimiento oficial, o al menos una inscripción en el registro de Asociaciones, son las más vulnerables”. Sabrá usted mucho de política opositora, don Elizando, pero muy poco de organización de iglesias. Las denominaciones evangélicas que en Cuba no tienen reconocimiento oficial es porque no quieren. La inscripción de las iglesias en un registro legal de Asociaciones es requisito universal. En España, en toda la América española, en la Europa civilizada y hasta en la Norteamérica liberal este registro existe. La inscripción es voluntaria; quienes la rehuyen se marginan a sí mismos.
En España, las iglesias partidarias de la no inscripción alegaban que nada querían con el régimen de Franco. En Cuba afirman que tampoco quieren relación alguna con un gobierno de izquierdas. Irracional. Ganas de mezclar política y religión. El Nuevo Testamento de Jesucristo ordena tajantemente obedecer a las autoridades constituidas, nos guste o no. No específica qué tipo de autoridades, fascistas o comunistas, ateas o creyentes, monárquicas o demócratas.
Frente a este texto se esgrime otro que sugiere obedecer a Dios antes que a los hombres. Es correcto. A Dios primero, pero también a los hombres. De manera alguna se lee que obedezcamos a Dios y desobedezcamos a los hombres, autoridades constituidas.
Eso no es todo, señor director. David denuncia que los vecinos del local donde se reúne la Iglesia que pastorea “se quejan por los ruidos que hacen”. ¿Sólo en Cuba?En Barcelona, Madrid y otras ciudades de España la Policía ha precintado templos evangélicos por los gritos y ruidos procedentes del interior los días de reuniones, que en algunos casos suelen ser los siete de la semana. ¿Ha leído usted los apellidos que ostenta esta Iglesia de los ruidos? Los trascribo: “Movimiento Fuego y Dinámica”. El nombre se las trae. ¿Es preciso encender hogueras para dar a conocer el dulce mensaje del tierno Jesús?
Voy a concluir. Lo hago con un reto: quienes niegan que exista libertad religiosa en Cuba que recorran cualquier ciudad de la isla un domingo por la mañana e investiguen. Encontrarán miles de personas, de todas las creencias, asistiendo libremente a cultos de su preferencia.
Le proporciono algunos datos, que pueden ser verificados por aquellos que lo deseen.
Los Testigos de Jehová, contrarios a toda forma de Estado, pasan de 50.000 en Cuba. En algunos de sus locales se reúnen periódicamente hasta 3.000 personas. Más de 15.000 Adventistas se congregan cada sábado en lugares de culto autorizados. En el registro de Asociaciones Religiosas figuran inscritas 58 denominaciones protestantes. El número total de evangélicos en la isla llega a 900.000. Los Pentecostales son los más numerosos, seguidos de bautistas, metodistas y otras familias denominacionales. Estos datos los obtuve el pasado mes de marzo. Digo que son recientes, de última hora.
Me despido. A nadie defiendo, señor director; a nadie condeno. Digo con mi admirado y admirable Unamuno: “El culto de la verdad por la verdad misma es uno de los ejercicios que más eleva el espíritu y lo fortifica”.
Saludos, Juan Antonio Monroy
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