Ya hemos llegado. Ya estamos tú y yo en Varadero. Desde Matanzas hemos entrado por el Puente Carlos M. Rojas, construido inicialmente de madera en 1916. Es la única entrada que tiene Varadero por vía terrestre, de modo que no te puedes perder.
El texto preparado por la Unión de Periodistas de Cuba el año 2003 afirma y confirma que Varadero es “una maravilla de la naturaleza, donde resaltan la blancura de su arena, el azul de su mar y la trasparencia de sus aguas”. Piropos no le faltan a estas costas. Antonio Núñez añade que aquí, frente al estrecho de la Florida, “refulgen las arenas de la más bella playa del mundo”, y cita al violinista Rafael Díaz Albertini, quien al contemplar esta maravilla de la Naturaleza, exclamó: “¡Gran Dios! ¡Qué cuadro! Esto es un pedazo del Edén!” ¿Cuántos pedazos del Edén hay repartidos por el mundo? Si se unieran todos podríamos formar un jardín que cubriría el firmamento de una punta a la otra.
¿Pasión patriótica? Puede. Varaderos hay muchos en esta tierra.
Varadero es a Cuba lo que Marbella e Ibiza a España, lo que Puerto Plata a Argentina, lo que la Costa Azul a Francia, lo que Punta Cana a la República Dominicana, lo que Viña del Mar a Chile, lo que Pataya a Tailandia, por citar nada más que algunos de los muchos recreos turísticos que hay en el mundo bendecidos por sus playas. Pero, nadie lo duda, ninguna de esas playas tiene la extensión y la calidad que las de Varadero. Aquí encuentras veinte kilómetros en una “franja de arena limpia, pura, bien blanca y fina, y el agua trasparente y clara. El fondo marino es igualmente agradable y de poca profundidad”.
Varadero es municipio de Matanzas. Se encuentra a 34 kilómetros de la capital y a 121 de La Habana. Si hacemos caso a los datos históricos, esos lugares estuvieron ocupados por grupos aborígenes unos tres mil años antes de que los reyes de Granada enviaran al señor Colón. No te pido que sigamos paso a paso la historia de Varadero. Sería una acumulación de datos y de eventos que te aburrirían. Saltamos por encima de los siglos.
Durante los años 20 y 30 del siglo XX se instalaron aquí numerosos norteamericanos millonarios, entre ellos el gangster Al Capone y un francés de alcurnia: Thomas Coleman Du Pont de Nemours, descendiente del fundador de la transnacional Du Pont. Después del triunfo de la Revolución liderada por Fidel Castro se inicia en Varadero otra revolución, pacífica, internacional, adinerada. A tal extremo que hoy está considerado como el principal destino turístico de Cuba. Recibe más visitantes que los famosos cayos.
Tú has llegado por carretera, pero durante todo el año aterrizan en el aeropuerto construido entre Matanzas y Varadero, y el José Martí de La Habana, aviones cargados de turistas. Hay una época de turismo joven que busca playa, sol y diversión; hay otra época de un turismo más adentrado en años que sólo aspira al sol, a la playa y al descanso. Unos y otros son transportados en autobuses hasta los hoteles, donde pernoctan una semana o dos, según los euros o dólares que hayan canjeado en pesos convertibles, la única moneda que se le acepta al extranjero. Estos visitantes llegan al hotel, en recepción les colocan una pulserita generalmente de color verde con la que quedan identificados para comer y beber a discreción, todo lo que aguanten. Son hoteles que trabajan en régimen de todo incluido. En los meses de turismo joven, las borracheras nocturnas son descomunales. En las playas se tuestan al sol, adquieren rostros de cangrejos. Acabadas las vacaciones son llevados de nuevo al aeropuerto. Al llegar a sus países dicen: “Venimos de Cuba”. No es verdad. De Cuba no han visto nada. Han pasado el tiempo en una cárcel dorada comiendo, bebiendo, tumbados al sol y zambulléndose en aguas cristalinas. Pero eso no es Cuba. Es una playa.
Por hoteles no te preocupes. Varadero tiene más hoteles que cualquiera otra ciudad de la isla. Tienes hoteles baratos, también casas particulares, y tienes los hoteles más lujosos que puedas imaginar. En Varadero encuentras 52 hoteles, con un número de habitaciones cercano a las 16.000. Están convenientemente distribuidas a lo largo del litoral. Restaurantes, ni te cuento. Además de los que existen en los hoteles puedes disponer de otros 30, con una gastronomía muy variada. Si eres español, por aquello de la nostalgia no dejes de comer un día en el Mesón Quijote, situado en los terrenos de la mansión de Irene Dupont. Tiene una oferta gastronómica exclusiva.
No seas tú de los que se pasan los días tumbados al sol en la orilla del mar y abrevando ron por las noches. Sal del hotel.
Hay cosas bonitas e importantes que ver en Varadero. Ejemplo, su Museo Municipal, declarado Monumento Nacional, lo tienes en la calle 57.
Pasea por el parque de las Ocho mil Taquillas. Se le llama así porque tiempo atrás en ese lugar se le brindaba al bañista una taquilla para guardar sus pertenencias mientras se zambullía en el mar. En este parque tienen lugar numerosos conciertos, festivales, eventos deportivos y recreativos.
Si estás en Varadero por los meses de enero o febrero es posible que te veas envuelto en su famoso carnaval. No digas que la vida es en sí un carnaval. Esto es distinto. Quedas boquiabierto ante el colorido, el desfile de carrozas, cientos de mulatas y mulatos danzando hasta el agotamiento de los sentidos.
Las cuevas de Ambrosio y de los Musulmanes te brindan sitios arqueológicos impresionantes.
A la entrada de Varadero encuentras
el Anfiteatro. Lo tienes muy cerca del puente elevadizo sobre el canal de Paso Malo. Todos los años, entre el 16 de enero y el 15 de mayo tienen lugar allí los famosos festivales internacionales de música. Si notas que te aprieta el calor camina hasta la calle 46 y elige el helado que más te guste en
la Heladería Copelia. Puedes saborearlo en el interior del recinto o al aire libre. Si te gusta jugar al golf o bucear en el mar, Varadero es tu opción. Si eres persona amante de las noches, no te aburrirás. Tienes discotecas, bares, tabernas y otros centros nocturnos. Frente a los hoteles Oasis, Kawana, Silone y otros puedes admirar bellas esculturas, esculpidas especialmente para este lugar playero.
¿Satisfecho? ¿Satisfecha? Con sólo quince kilómetros cuadrados Varadero es un mundo. Un mundo único y delicioso. Te he guiado por los lugares que he creído de más interés para ti. Guarda tu ropa de baño, cierra la maleta y sigamos. Nos quedan muchos kilómetros por recorrer hasta llegar a Baracoa.
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