La primera tierra que pisó Cristóbal Colón en su aventura americana fue tierra cubana. Tuvo lugar el 27 de octubre de 1492. Desembarcó en la costa noroccidental de la isla, en lo que hoy se conoce como Puerto de Bariay, en la actual provincia de Holguín. Dicen que al contemplar tanta belleza el navegante exclamó: “esta es la tierra más hermosa que ojos humanos han visto”.
Si Colón estaba en lo cierto o no puedes decidirlo tú con una visita al lugar y conociendo el gran parque Colón, “donde naturaleza, cultura e historia se combinan”.
Desde la llegada de Colón a la ocupación de la isla por Diego Velázquez y su incorporación a la corona española transcurrieron diez y siete años.
Ahora Cuba es la mayor isla de todo el Caribe, conocida también en el mundo como “la perla de las Antillas”.La perla es, generalmente, de procedencia marina. Y mar es lo que le sobra a Cuba.
Nunca he entendido por qué SELECCIONES DEL READER´S DIGEST, al publicar el libro LAS ISLAS MAS BELLAS DEL MUNDO, silencia a Cuba. Error imperdonable o pecado de intención. ¿Acaso Malta, Santo Tomé, San Bartolomé y otras que figuran en el libro son más bellas que Cuba? Pocas islas ofrecen un azul tan puro, un mar tan sereno, una tierra tan acogedora como Cuba.
Esta isla, ubicada a la entrada del Golfo de Méjico, tiene unos doce millones de habitantes viviendo en su silueta alargada y estrecha, un territorio que abarca 111.922 kilómetros cuadrados. El español es el único idioma, si bien en las escuelas se enseña el inglés. Su flor nacional es llamada Mariposa Blanca; simboliza pureza, rebeldía e independencia. Durante las guerras de liberación las mujeres utilizaban esta flor, que crece en patios y jardines, para llevar mensajes a los combatientes.
La religión teóricamente predominante es la católica, la que dejaron allí los frailes llegados con los conquistadores tras asesinar a miles de indígenas que no querían aceptar los nuevos dioses llegados de donde ellos no sabían. Hay también en la isla medio millón de evangélicos de distintas denominaciones, y debemos añadir a Adventistas y Testigos de Jehová. Muy extendida en toda la isla, especialmente en la zona oriental, están las creencias afrocubanas, como la santería y otros cultos sincréticos.
Para conocer algo sobre santería cubana, de la que se han escrito varios libros, yo recomiendo especialmente dos. Uno de Manuel Vázquez Montalbán, el formidable periodista y novelista español a quien la muerte se lo llevó rompiéndole el corazón en el aeropuerto de Bankok, Tailandia. El libro se titula DIOS ENTRÓ EN LA HABANA. Vázquez Montalbán penetra en el corazón oculto de Cuba y describe la confrontación entre el Dios cristiano llevado por los españoles y los ritos africanos llegados con los negros de África.
Otro libro sobre el mismo tema es CUBA SANTA, escrito por dos autores: el periodista español Román Orozco y la antropóloga cubana Natalia Bolívar, descendiente del libertador Simón Bolívar. Dice el libro que “el millón de esclavos trasladado en condiciones miserables desde las costas occidentales de África hasta la isla se fue mezclando con los escasos aborígenes que sobrevivieron al conquistador y a los propios españoles. De esa mezcla de tres razas y del choque cultural de tres continentes surgió poderosa la identidad cubana” y también la santería, tal vez el culto más extendido en la isla.
Cuando vuelo a Cuba suelo preguntar a mis compañeros de los asientos próximos por el motivo de su viaje a la isla. Unos responden que quieren conocer Cuba, otros, pocos, enloquecer en las noches de La Habana, la mayoría acude atraído por la dulce luz de la isla, el primer ministro de la naturaleza, el sol, y las playas de aguas tranquilas y arenas de culto.
Pero Cuba es más que sol y playas.
Respecto a los restantes países de la América hispana Cuba es uno de los pocos en los cuales las nuevas construcciones no afectaron a la perduración de la arquitectura histórica en muchas de sus ciudades, como La Habana, Santiago de Cuba, Baracoa, Trinidad y otras. La arquitectura de Cuba, que el viajero no debe ignorar, “ha encontrado su auténtica personalidad cultural”.
La música llena el aire de Cuba. Está en todas partes, por todos los rincones, desde las elegantes discotecas en hoteles de moda hasta en los muros del Malecón habanero. Si quieres comprobarlo vete un sábado por la noche al Malecón, en el espacio comprendido entre el Hotel Riviera y el Hotel Nacional. Centenares de jóvenes llegados de todas las esquinas de la ciudad cantan y bailan, tocan la guitarra y vierten sus canciones al mar que los observa.
Quiero recordar que allá por los años 50 nos llegó de Cuba un negrito que enamoró a España con sus canciones románticas:
Antonio Machín.
Arquitectura, pintura, música y literatura.
Grandes literatos cubanos no fueron solamente Alejo Carpentier y Guillermo Cabrera Infante. En Cuba hay una nueva generación de novelistas, ensayistas e historiadores con influencia en toda la América que habla el idioma de Cervantes, y poetas. El cubano ama la poesía. Viaja por las calles de La Habana y sintoniza en la radio del coche emisoras como Radio Taino, Radio Progreso, Radio Rebelde o cualquier otra y encontrarás que cada pocos minutos interviene un locutor o una locutora recitando versos. En el libro LAS PALABRAS SON ISLAS, Jorge Luis Arcos te ofrece una síntesis de la poesía cubana en el siglo XX que llega a las 645 páginas.
Toma un avión de Iberia, Air Europa o Cubana de Aviación y vete a cualquiera de las 289 playas, islotes y cayos que componen el archipiélago. Pásalo bien, pero no olvides que Cuba es más que playas, más que bufet a lo que quieras, más que ron y otras bebidas en barra libre. Es también naturaleza, cultura, deporte, mucho deporte. Y si quieres pasarlo más en grande, vete al carnaval en Santiago de Cuba que se prolonga medio mes, desde el 15 al 30 de julio. Aquí lo más significativo son las congas, ritmo africano que adquirió sello de cubanía en época de la colonia española.
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