Noble propósito.
Algunos autores, pocos, precedieron a José María Martínez en esta no fácil tarea. Otros lo están siguiendo. Entre ellos, el actual presidente del Consejo Evangélico de Madrid, Máximo García Ruiz.
En el breve tiempo de seis meses García Ruiz ha publicado dos importantes libros dedicados a explicar a las nuevas generaciones protestantes el proceso histórico al que hace referencia José María Martínez. Quiénes fueron, cómo trabajaron, qué nos legaron nuestros antepasados. Cuál fue el camino hasta llegar al día de hoy. Uno de los libros tiene como título LIBERTAD RELIGIOSA EN ESPAÑA. Le sigue un breve subtítulo: “Un largo camino”. La primera edición de este libro apareció en septiembre del 2006. Pocos meses después, en enero del 2007, Máximo García nos entrega un segundo tomo: RECUPERAR LA MEMORIA. ESPIRITUALIDAD PROTESTANTE.
El primer volumen tiene 270 páginas. El segundo 317.
Máximo García es un líder histórico del protestantismo español. Es licenciado en Teología por la Universidad Bíblica Latinoamericana de Costa Rica, licenciado en Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca y doctor en Teología por la misma Universidad. Ha escrito libros y artículos para revistas nacionales y extranjeras. Ahora mismo ejerce como presidente del Consejo Evangélico de Madrid, cargo que combina con actividades pastorales. Como conferenciante es continuamente solicitado dentro y fuera de España.
García Ruiz es un autor de categoría. De estilo impecable, recupera el modo y la forma del lenguaje. La belleza estética estalla en sus libros como un rosal en primavera. Las páginas que escribe están guiadas por una original conciencia individual en tema tan delicado como suele ser la interpretación religiosa de la Historia. Observador consumado, atento a los detalles, las lecciones que extrae del pasado son muchas y muy acertadas. Sabe seleccionar con minuciosidad en la interpretación de tan fluida fuente de datos.
Quiero destacar en este autor su constante desafío a los estados de opinión fosilizados para buscar la verdad en sus raíces. Tal como yo las percibo, las capacidades intelectuales de Máximo García son tantas y tan vigorosas, que es imposible perderse en el rumbo de su argumentación. Obliga a pensar y a reflexionar. Alienta a recuperar el espíritu de la Reforma y a construir un mundo mejor que el que ellos vivieron. Porque, al fin y al cabo, todos nosotros somos Ulises caminando hacia Itaca, desafiando peligros, con la mirada puesta en el mundo que nos aguarda.
LIBERTAD RELIGIOSA EN ESPAÑA arranca de los funestos años 1936 -1939, cuando media España se alzó en armas contra la otra media y se extiende hasta 1992, año en que sucumbe el fanatismo, la intolerancia, la discriminación y el odio y se impone la razón, la justicia, la ley. Es el año en que por fin el Estado se digna firmar Acuerdos de cooperación con las Iglesias protestantes. Tal como lo escribe Juan Luís Rodrigo, LIBERTAD RELIGIOSA EN ESPAÑA es más que un libro. Es un documento que enriquece con precisión y claridad la bibliografía del muy importante tema de las libertades humanas; un extenso compendio de cuanto ha ocurrido en la reciente historia del protestantismo español.
Por su parte, RECUPERAR LA MEMORIA es un estudio histórico que ilumina muy a fondo los entresijos del pasado. Desentraña los acontecimientos sociales y políticos que prepararon al pueblo protestante para los nuevos tiempos de libertad religiosa que venimos disfrutando desde hace décadas. De manera sistemática, con originalidad y una sutil unidad, barrera que previene el desequilibrio, Máximo García desafía en esta obra los grandes tópicos en torno al protestantismo desde Lutero en Alemania hasta José Cardona en la España de hoy.
El pasado 22 de junio el Congreso de los Diputados decidió declarar el 2006 Año de la Memoria Histórica. Según se dijo entonces, se trataba de devolver la dignidad a quienes fueron asesinados durante la guerra civil - ¿o mejor incivil?- por no pensar de acuerdo a las ideas políticas vigentes, localizar sus restos y entregarlos a los familiares.
De recuperar la memoria escribe Máximo García. Pero en su caso no se trata de una memoria vieja de setenta años. Lo suyo consiste en una evocación patriarcal que tiene sus raíces cuando el siglo XVI inicia su andadura. Una memoria histórica muy nuestra, íntimamente nuestra, memoria de una andadura de siglos que estuvo intencionadamente sembrada de espinas. Una memoria recuperada para los hijos de aquellos españoles que, como proclamamos cantando, murieron por la fe.
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