La Coordinadora nació como resultado de las posibilidades que se contemplaban en los artículos 16 y 20 de la Constitución española para el uso de los medios de comunicación del Estado. Estos derechos constitucionales estaban recogidos en el artículo 4 del Estatuto de Radiotelevisión Española.
Decididos a iniciar conversaciones con directivos del Ente y reclamar la aplicación de los derechos constitucionales, representantes de siete denominaciones evangélicas crearon en junio de 1981 la entidad que responde a las siglas COMECO. Miembros fundadores de la Coordinadora fueron, por orden alfabético, las Asambleas de Dios, Asambleas de Hermanos, Federación de Iglesias Evangélicas Independientes de España, Iglesias de Cristo, Iglesia Evangélica Reformada Episcopal, Iglesia Evangélica Española y Unión Evangélica Bautista Española.
En su primera reunión, COMECO acordó nombrar un Comité gestor que estuvo compuesto por cuatro personas: Pedro Bonet, presidente; Juan Gili, secretario; Juan Antonio Monroy, tesorero y Sebastián Rodríguez, secretario de Actas.
Las primeras gestiones del nombrado Comité estuvieron encaminadas a abrir un proceso de diálogo con quienes mandaban y decidían en la televisión del Estado. No fue fácil. Los evangélicos españoles, que se entere el mundo, jamás han tenido caminos fáciles en este país capitaneado por jerarquías católicas con mentalidad de piedra y por monarquías que desde los reyes católicos han doblado sus rodillas ante el Vaticano.
Las conversaciones, o lo que fueran, con Televisión Española duraron tres años y medio. El largo período de espera se debió principalmente a los sucesivos cambios de directores generales. Solían durar poco tiempo en el cargo. Fue José María Calviño quien comunicó a la Coordinadora su intención de conceder un espacio a los evangélicos. Calviño, entonces Director General, dio órdenes al Director de la Segunda Cadena de Televisión, Enrique Nicanor, para que acelerara las gestiones. Nicanor envió una carta a Juan Gili en la que, entre otras cosas, le decía: “De acuerdo con la conversación que recientemente hemos mantenido con el Director de Programas, le manifiesto el interés de TVE de poder contar a partir de enero 1985 con un programa de contenido religioso que, con el título de “Tiempo de Creer”, se ocupe con carácter quincenal y una duración de 15 minutos por emisión, de satisfacer el derecho de acceso a la antena que le ha sido reconocido a la Comunidad Evangélica”.
La palabra
interés es un sustantivo que expresa la cualidad de una cosa que la hace valiosa para alguien. Si Televisión Española consideraba que lo que pedían los evangélicos españoles era valioso para ellos, ¿a qué tanta demora, tanto regateo, tanto ahora sí y ahora no? Más: si el acceso a la Televisión del Estado era un derecho reconocido a la comunidad evangélica hasta por el propio Director de la Segunda Cadena, ¿por qué se le estuvo robando este derecho durante siete años, desde que se aprobó la Constitución en 1978 hasta que se hizo entrega de la limosna en 1985?
¡Guarda silencio, bolígrafo impertinente!
¡Llegó la hora! Todo pasa y todo llega, que dijo el poeta. Pasó la intolerancia y llegó la sensatez.
El 24 de enero de 1985 COMECO emitió su primer programa. Estuvo dirigido por Juan Gili. Las presentadoras y guionistas de aquellos primeros tiempos fueron Yolanda Guerrero, hoy incorporada a la redacción de “El País”, y Cesca Paniagua. José Luís Navas, asesor de la Coordinadora, fue nombrado vicepresidente. Más tarde los rostros femeninos del programa evangélico estuvieron representados por Yolanda Oneida Monroy y Ana María Vangioni. La presentadora actual es Beni Moreno.
La jerarquía católica española se pronunció con palabras que querían ser halagadoras. Delegaron la responsabilidad en el sacerdote Joaquín Luís Ortega. Este escribió el 8 de enero de 1985 en el diario “Ya”: “No será la Iglesia católica, ya presente en TVE con programas institucionales, la que lamente esta nueva incorporación o lo sienta como la ruptura de su hasta ahora práctico monopolio religioso… Los representantes de la Iglesia católica siempre abogaron por la presencia y participación de otras confesiones en los programas religiosos”.
¡Qué descaro! ¡Qué desfachatez! ¡Qué manera tan pagana de mentir! ¿Cuándo abogó la Iglesia católica por la presencia de protestantes en Televisión? Los protestantes españoles no han recibido de la Iglesia católica ni una gota de agua fría. Jamás. Todo lo contrario: Puño y látigo. Ahí está la historia para atestiguarlo.
Juan Gili presentó su dimisión el 25 de septiembre de 1985. El Comité directivo de la Coordinadora, cuya presidencia se estipuló que fuera rotativa entre las denominaciones fundadoras, nombró en su lugar a José Pablo Sánchez. Con el nuevo director el programa evangélico se ha robustecido y actualmente goza de prestigio entre el pueblo evangélico. Se transmite todos los domingos por la Segunda Cadena de Televisión a las nueve y cuarto de la mañana. José Pablo Sánchez, miembro de una familia de evangélicos ilustres, ha ejercido el pastorado durante cinco años, es director de la Entidad Evangelística “
Decisión” y posee un Master en Teología por la Wheston Graduate School de Estados Unidos.
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