ORIGEN DEL CONFLICTO.
El origen de la polémica se remonta al pasado 30 de Septiembre. El redactor jefe de cultura del diario danés "Jyllands-Posten", Fleming Rose, se enteró de que los editores de un libro infantil sobre Mahoma no encontraban dibujantes que quisieran ilustrar el texto. Tuvo la idea de pedir a los caricaturistas del país que enviaran al periódico viñetas de Mahoma. Recibió 12 y las publicó todas en la fecha señalada. Algunas eran más o menos inocentes, pero las había realmente ofensivas. Una representaba a Mahoma con un turbante en forma de bomba, con la mecha encendida. Otra dibujaba a Mahoma en las puertas del cielo dirigiéndose a un grupo de terroristas suicidas con estas palabras: "Dejadlo ya, que nos hemos quedado sin vírgenes". Una tercera caricatura pintaba a Mahoma con rostro enfurecido y un alfanje en la mano derecha.
Inmediatamente, el imán Ahmed Abdel Rahaman Abú Labán, la autoridad más representativa de la comunidad musulmana en Dinamarca, convocó una reunión con dirigentes musulmanes, todos ellos indignados por la ofensa. El periódico se negó a abrir un canal de comunicación con los islamistas. Ni siquiera contestó a las cartas de protesta. La ministra de integración se negó a condenar las viñetas. Tampoco quiso recibir a los dirigentes musulmanes: "Nosotros no negociamos con los principios", dijo, aludiendo al principio del derecho de expresión.
En los países musulmanes hubo protestas, manifestaciones de ira, insultos a Dinamarca, retirada de embajadores. El mencionado Abú Labán se dirigió por internet a medios de comunicación que suelen tratar asiduamente asuntos islámicos. Dijo: "Queremos internacionalizar el asunto para que el gobierno danés se de cuenta de que las viñetas no son sólo un insulto a los musulmanes de Dinamarca, sino de todo el mundo".
SE RECRUDECEN LAS HOSTILIDADES.
Más o menos, las aguas se calmaron en los meses siguientes y la polémica disminuyó, pero inexplicablemente, tal vez con la intención calculada de echar más leña al fuego, el semanario noruego "Magazinet" volvió a publicar las insultantes viñetas en su edición del pasado 1 de enero. Un gesto inútil. Si lo hizo para identificarse con su colega danés y defender lo que sus directores entienden por libertad de expresión, el resultado fue y está siendo catastrófico.
Después de Dinamarca y Noruega, una decena de periódicos europeos han reproducido las polémicas caricaturas de Mahoma. Entre estos periódicos se cuentan algunos muy influyentes de Francia, Italia, Alemania, Holanda, y España. Serge Faubert, redactor jefe del rotativo francés "France Soir", justificó la publicación de las doce viñetas diciendo que "ningún dogma religioso puede imponerse a una sociedad laica". No sabía de qué estaba hablando. Mahoma no injurió a la sociedad laica de Europa, fue esta la que se mofó de él.
El mismo periódico publicó un dibujo humorístico en el que Dios, sentado en una nube, dice al profeta del Islam: "No protestes, Mahoma. Aquí todos hemos sido caricaturizados".
REACCIONES EN CADENA.
Cuando inicio este primer artículo sobre las viñetas de Mahoma veo en el diario "El País" (6-2-2006), un dibujo de "El Roto", en mi concepto el mejor caricaturista de la prensa española, figurando una gran mancha negra, a imitación de imagen humana culminada en una descomunal cabeza. El dibujo lleva este texto: "Lo que empezó como cortina de humo puede acabar en incendio universal". Se refiere a las desdichadas viñetas de Mahoma. Y como siempre, "El Roto" acierta.
En estos momentos, los países árabes que profesan el Islam y otros asiáticos y africanos que sin ser árabes, son también musulmanes, están poco menos que en pie de guerra. Las violentas protestas prosiguen en todo el mundo musulmán cuando redacto estos párrafos el 8 de febrero. Los manifestantes arrasan comercios y recorren las calles al grito de "No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta". Las voces de ira se dejan oír en Egipto, Turquía, Paquistán, Indonesia, Palestina, Cisjordania, Filipinas, Líbano, Siria, Arabia Saudita, hasta en los países más tranquilos del Norte de África: Marruecos, Argelia y Túnez.
El consulado danés en Beirut fue incendiado por miles de musulmanes exaltados. Un joven musulmán de 16 años penetró en un templo católico de Turquía y al grito de "Alá es grande" disparó un tiro al sacerdote italiano Andrea Santoro, de 61 años, quien falleció en el acto.
Más incendios en la oficina de la representación de la Unión Europea en Gaza. Manifestaciones de protesta en Israel, un muerto y 50 heridos en Líbano, cuatro muertos al asaltar un cuartel de la OTAN en el norte de Afganistán, 25 legionarios españoles salen de su acuartelamiento para custodiar un edificio de la (ISAF) amenazado en Herat, otra ciudad de Afganistán. El otro incendio, el de las masas, parece incontrolable en países musulmanes y las chispas saltan a Europa.
Los mismos insultos que han recorrido el mundo desde Paquistán a Bangladesh, pasando por Irak y Palestina, se han dejado oír en ciudades europeas como Inglaterra, Bélgica, Francia, Alemania, Italia y otras.
"Decapitad a los que insultan al Islam", decía el cartel que sostenía una niña musulmana de 12 años en Londres.
Los gobiernos europeos sostienen, sin que les falte la razón, que algunos países musulmanes como Siria, Irán y otros, están utilizando el incidente de las viñetas para enfervorizar a las masas contra occidente y contra el cristianismo. Hay verdad en ello, pero ¿por qué se ha prendido la mecha en un momento tan crítico como el que está viviendo occidente con países musulmanes tales como Paquistán, Afganistán, Irak, Irán y Siria entre otros? ¿Qué necesidad había de publicar esas viñetas? ¿Libertad de expresión? En mi próximo artículo (este domingo) me ocuparé de este tema.
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