Entre más de un millar de libros que se han escrito – literalmente – sobre los
Beatles, hay uno que se hace esa pregunta. El poeta e historiador de la música popular Steve Turner, se plantea esta cuestión desde su fe cristiana, en
The Gospel According To The Beatles. Lo hace tras haber comentado todas y cada una de sus canciones – en su monumental
A Hard´s Day Night: The Stories Behind Every Beatles Song – y escrito el texto del libro que acompaña las fotos de Linda McCartney sobre los años sesenta –
Sixties: Portrait Of An Era –
.
El libro de este escritor evangélico londinense sigue el viaje espiritual de los Beatles, desde su agnosticismo amante de la diversión, hasta el misticismo inspirado por las drogas. Comienza en las iglesias de Liverpool para acabar en templos de la India y Japón, intentando destilar el mensaje de amor, paz, libertad y trascendencia de su evangelio. Se basa para ello en raras entrevistas y material de archivo que no ha sido hasta ahora publicado. Todo ello con el extraordinario rigor que ha hecho famosas todas sus biografías.
ÍDOLOS DE MASAS
Es evidente que los Beatles no intentaron crear una religión. Eran sólo unos chicos de Liverpool que se juntaron para hacer música, pero al convertirse en símbolos de toda una generación, su vida y obra va a adquirir un significado histórico, que les hace heraldos de una auténtica revolución cultural. Ya que como John Lennon dice en 1968, “han cambiado la mente de muchas personas”.
Es importante por eso entender que
su evangelio no está sólo en las letras de las canciones, sino en el sonido de una música y un estilo de vida que ha cambiado la conciencia de la humanidad. No es que hubiera en ellos la intención de impartir mensajes a su generación. De hecho, si les hubieran dicho en 1963 que cuatro años después, la gente comentaría sus palabras buscando dirección para su vida, se reirían de ello. No es extraño. Ellos son probablemente los primeros artistas que los medios de comunicación masivos levantan como profetas, sacerdotes y maestros.
La noche que los historiadores fechan el comienzo de la
beatlemanía, el 9 de febrero de 1964, el 75% de los norteamericanos que veían la televisión, sintoniza la cadena en que actúa el cuarteto en el programa de Ed Sullivan. Hoy en día el gran momento televisivo del año que hay en Estados Unidos es la retransmisión de la
Superbowl, que en su última edición no ha superado el 42,5% de audiencia – y eso que las grandes marcas actuales son deportivas –. No hay ya un fenómeno masivo como los
Beatles. Son producto de una época, pero también ídolos de una sociedad, que conforma en torno a ellos una auténtica religión.
EL NACIMIENTO DE UN MITO
Al principio los
Beatles eran tratados como cualquier otro cantante popular. Elvis era un ídolo para la juventud desde los años cincuenta, pero no escribía sus propias canciones, ni sus opiniones tenían una influencia social que moviera el pensamiento de la gente. Su movimiento de piernas era más conocido que su visión del sexo, la muerte, la religión o la política.
En sus primeras entrevistas, a los
Beatles se les pregunta por su comida favorita o los discos que escuchan, pero a nadie le interesaba saber qué inspiraba su música. Y es cierto que sus primeras canciones no requerían grandes explicaciones. La primera que grabaron,
Love Me Do, tiene cien palabras, pero veintidós veces dice
love (amor). Son canciones de romance adolescente, deseo y soledad.
Su música tiene sin embargo una riqueza y variedad sin precedentes. Aunque no tenían formación musical, ni podían leer una partitura, tenían una increíble intuición creativa. Su educación hace que hablen además como algo más que profesionales del entretenimiento. Por lo que aunque algunos sigan dudando si lo suyo es arte, no hay duda que han tenido un impacto cultural tan grande como Picasso.
VISIONES ESPIRITUALES
El mítico editor de la revista
Rolling Stone, Jan Wenner, le preguntó a John Lennon cuando fue la primera vez que notó que había una “reacción espiritual” a su música. John menciona entonces una columna del periódico
Times, que a finales de 1963 les compara con los grandes compositores de la Historia, considerándoles como si fueran “intelectuales”. Ya que
la gente empezó a tomar en serio a los Beatles, mucho antes que ellos mismos se tomarán en serio...
Sus textos no empiezan de hecho a ser ambiciosos hasta que a finales de 1965 publican Revolver. La canción La Palabra (The Word), dice Lennon en esta entrevista que fue el primer tema que escribió para impartir conocimiento. En un sentido es la primera canción “evangélica” de los Beatles. “Podría ser del
Ejército de Salvación”, dijo Paul McCartney. Composiciones como
Nowhere Man o
In My Life revelaron una búsqueda espiritual
de la que nadie parecía consciente hasta ahora.
Aunque canciones como
Help tenían una intención seria, las bromas que la rodeaban, parecían ocultar que John había escrito ese tema, fruto de la depresión y la ansiedad. Su figura toma en la época de
Rubber Soul una dimensión casi
chamánica. Aunque los
Beatles no asumieran conscientemente ese papel – como Jim Morrison en los
Doors –, transmiten sus visiones espirituales inducidas por las drogas a finales de los años sesenta, como el chamán que desciende a las profundidades (
Let me take you down) para elevarles a un mundo superior (
Climb in the back with your head in the clouds), para dar sabiduría (
I can show you).
HAMBRE DE TRASCENDENCIA
Para los Beatles no hay duda que este mundo está lleno de pruebas y tribulaciones – dolor, depresión, soledad, desesperación, rechazo y adicción –, que se expresan en los I´m Down de Paul o el Blues y Don´t Let Me Down de John. Sus canciones sin embargo nos elevan a un éxtasis visionario de experiencias en otras dimensiones (
Across The Universe y
Lucy In The Sky With Diamonds) por sueños (
Julia, Strawberry Fields Forever o Tomorrow Never Knows) o estados alterados de conciencia (
Glass Onion o Cry Baby Cry), para ver el mundo con nuevos ojos (
Penny Lane, Good Day Sunshine o
Mother Nature´s Son).
El fenómeno de los Beatles no se puede entender entonces simplemente como una tendencia más del capitalismo en su ramificación tecnológica. Hay una dimensión espiritual que revela una sed de trascendencia, que va más allá de la necesidad de comunicación humana.
Si himnos como
Come Together, Revolution, Hey Jude, All You Need Is Love o Within You Without You, nos hablan de un mundo mejor, es porque los
Beatles consideran que este mundo está mal. Su problema viene de una esclavitud de la que necesitamos liberarnos. “Una cosa puedo decirte”, canta John en
Come Together, “tienes que ser libre”. Libre de las limitaciones impuestas por la autoridad o la tradición, la ambición material, nuestro rampante ego, una conciencia limitada, la guerra, el prejuicio, la pobreza y las mentiras. Se pasa así de la rebelión juvenil a la autoconciencia.
UNA NUEVA RELIGIÓN
En 1967 Paul dice: “Todos sabemos lo que nos gustaría ver en el mundo hoy – paz –, que seamos capaces de entendernos los unos a los otros”. Si preguntáramos hoy a muchos cuáles son sus mejores deseos para este nuevo año, creo que utilizarían el mismo lenguaje que McCartney, tantos años después. ¡Hasta ahí ha llegado la influencia de los Beatles!
Los años sesenta trajeron una revolución espiritual de la que todavía vivimos hoy. El racionalismo y la religión tradicional son cuestionados, porque el progreso había dejado de lado lo inexplicable. La teología había acabado con el alma y el misterio de la fe. La Iglesia había aceptado la alianza industrial-político-militar, buscando sólo el poder para imponer su moralidad. Las religiones orientales sin embargo, parecían mostrar más respeto por la naturaleza y estar menos interesadas por la guerra y la búsqueda de las riquezas.
“Yo creo más en las religiones de la India” – dice George Harrison, al volver de Bombay en 1966 –, “que en todo lo que he aprendido del cristianismo”. Para él, “su religión no es como lo que parece ser el cristianismo, ir a la iglesia el domingo por la mañana, porque se supone que tienes que ir, en vez de porque quieres ir”. En Oriente encuentra algo que “es cada segundo y minuto de tu vida, cómo actúas, cómo te comportas y cómo piensas”...
“TODOS SOMOS DIOS”
Los Beatles no traían credos o doctrinas, pero ofrecían un modelo de espiritualidad, escéptico sobre las iglesias, pero que reformula las creencias cristianas, dándoles un nuevo sentido. Así el
All You Need Is Love de Lennon está basado en palabras como las de
1 Corintios 13, aunque le dé un sentido absoluto que Pablo no contempla. El
Within You Without You de Harrison nos desafía a no ignorar las realidades espirituales, frente a la realidad material, citando incluso las palabras de Jesús. Y cuando Paul escribe
Lady Madonna tiene en la mente la imagen de la virgen María, aunque la extienda a todas las mujeres trabajadoras con sus hijos...
“Todos somos Jesús y todos somos Dios”, dice John en 1968. “El está dentro de todos nosotros y de eso se trata”, asegura McCartney. “Tan pronto como te das cuentas del potencial que hay en cada persona, puedes cambiar (la humanidad) y las personas mismas”. Para John, “eso es todo”. Ya que “Jesús no era Dios viniendo a la tierra, más que cualquier otra persona, sino un mejor ejemplo de una buena persona”.
El amor, la paz, la esperanza, la verdad, la libertad, la honestidad y la transcendencia de la que hablan los Beatles, producen un sentimiento positivo, que hace mirar al futuro con el optimismo de Getting Better (1967). “Los
Beatles eran una especie de religión”, dice John, después de la ruptura, hasta que “el sueño se acabó”, dice a Wenner en
Rolling Stone. Su música sigue siendo objeto de devoción, pero el cristianismo no ha vuelto a ocupar el lugar que tenía antes de los años sesenta.
“MÁS POPULARES QUE JESUCRISTO”
Durante siglos la cultura occidental giraba en torno a la Historia cristiana, inspirando toda la imaginación popular. Es allí donde las personas descubrían de dónde venían, lo que valían, para qué estaban aquí, cómo deberían vivir y qué ahí después de la muerte. Las iglesias proporcionaban una comunidad local con sus ritos de paso, prácticas regulares, enseñanza, dirección y oportunidad de adoración.
La popularidad de los Beatles coincide con la pérdida de influencia de un cristianismo que ya no afecta a la conducta individual o pública de la personas. Su visión del mundo ya no está determinada por la enseñanza de la Biblia o la doctrina de la Iglesia. Es en ese contexto que Lennon dice en 1966 sus famosas palabras de que ellos son “más populares que Jesucristo”.
Fue algo escandaloso para los norteamericanos, que un cantante popular comparara su influencia con la figura central de una religión histórica que había cambiado el mundo… La cuestión es si esa religión era verdaderamente el cristianismo.
De eso hablaremos la semana que viene. Para ello
tenemos que volver al Liverpool de los años cuarenta en que nacieron los Beatles, y ver qué tipo de cristianismo es el que conocieron. Descubriremos el papel tan importante que jugó la iglesia en Woolton para todos ellos, y cómo su introducción a la fe cristiana es fundamental para entender qué es el evangelio según los Beatles…
Si quieres comentar o