Más es menos, menos es más

Sumamos minutos, horas, días, y caminamos por el sendero de la existencia con la afianzada creencia de que sumar es el ejercicio matemático ideal para que todo funcione.

Pero no nos equivoquemos, más no es sinónimo de mejor.

Cargamos nuestras maletas con cientos de cosas imprescindibles de las que seguro podemos prescindir, pero ahí vamos, cargando un excesivo peso que nos condiciona a la hora de movernos con cierta libertad.

Estamos acostumbrados a adquirir, a tener, a sumar. Nos cuesta perder, abandonar, dejar a un lado, restar.

Las pérdidas están precedidas por argumentos tristes, no se conciben como parte de un proceso evolutivo o de mejora. Perder es a veces una acertada manera de avanzar.

Las operaciones de resta nos dejan el sabor de la desventaja, contribuyen a que pensemos que de un todo hemos perdido algo, seguramente preciado, admirado, es difícil pensar que aquello alejado puede lograr que áreas de nuestras vidas cobren relevancia y que por consiguiente , caminemos un poco más libres, menos cargados de equipaje.

Restar importancia a esos pensamientos que conllevan un desgaste emocional hace que potencialmente tengamos más ganas de ser y sentir.

Restar actitudes cobardes que nos posicionan en un nivel bajo de autoestima hace que nos contemplemos con ojos diferentes y seamos positivos.

Debemos restar argumentos poco sólidos que nos hacen daño y que durante mucho tiempo han estado ligados a nuestras vidas de forma indeleble para conseguir que el transitar diario sea más trascendente.

Restemos importancia a lo carente de valía, a lo insustancial, a aquello por lo que muchos pierden la cabeza y que es simplemente banalidad.

Cuan provechoso es sentirse liberado del peso opresor de sumas y sumas, de posesiones materiales e inmateriales que condicionan nuestro presente para volvernos esclavos del presente, del pasado y hasta del futuro.

Para tener calidad de vida uno a de saber que está de paso. Vivir con lo preciso y hacerlo de una forma intensa. Saborear cada instante como si fuese el último e imprimir en quienes nos rodean la rúbrica amorosa de nuestro Maestro.