Restaurador de portillos

Y los tuyos reedificarán las ruinas antiguas; levantarás los cimientos de generaciones pasadas, y te llamarán reparador de brechas, restaurador de calles donde habitar.(Isaías 58:1-12)

Mustian quedan mis manos si después de batirlas en alabanzas al Altísimo son incapaces de extenderse ante la voz del necesitado.

Torpes son mis palabras si declaro abiertamente el amor que le profeso a Dios y desecho emitir una frase de aliento al hermano afligido.

Hoy quiero ceder mi manto para que cuando Jesús pase por el camino polvoriento pueda pisarlo y que sus hermosos pies rocen con gracia la tela extendida, una tela que simboliza mi corazón entregado.

Quiero dejar de guardar cilicio por los momentos tristes del ayer y tomar conciencia de la gran necesidad que existe fuera de mí.

Quiero ser restauradora de portillos.Aunar fuerzas y tomando posesión de mis armas, luchar por reparar las grietas creadas en derredor del muro.

Servir, ofrecer. Ser grata a los ojos de Dios mediante el servicio. No esperar la recompensa humana, la palmadita en la espalda, los elogios, pues no han de ser ellos lo que me impulse ha a dar la espalda al acomodamiento y ponerme a servir.

Hay mucho por hacer, muchas grietas que reparar, el muro parece sólido, pero necesita arreglos. Si no estoy dispuesta a prestar mi ayuda, puede que ningún otro venga a hacer la labor que me ha sido encomendada.

Con esta premisa me presento ante Dios, rogando que me sean propicias las fuerzas y pueda realizar el trabajo de forma adecuada.

Quiero ser restauradora de portillos.Adornar las cosas menos bellas con una pátina de amor, haciendo que el trabajo tenga un perfecto resultado.

Alejar los miedos, las prisas, el desánimo, enfrentándome al deber ambicionando realizar una hermosa tarea.

Restaurar, volver a dar brío a aquello que el viento despeinó y quedó ajado. Reparar lo que la innoble mano lastimó e hizo caer en derrota.

Separar la belleza de entre los escombros y comprobar cómo Dios nos sigue utilizando si somos capaces de rendirnos a sus pies.