El espejo

La veo, está siempre ahí. Me examina con su mirada impasible, revelando lo mejor y lo peor de mí.

Llevo tanto tiempo viéndola que creo haberme acostumbrado a ella. Aún así, hay días como hoy en los que me resulta extraña, lejana, misteriosa…

La percepción que tenemos de nosotros mismo no es la misma que tienen los demás. Dada nuestra incapacidad para contemplarnos desde fuera sólo podemos vernos a través de una imagen que nos representa. No siempre ese reflejo es acertado, a veces se vuelve tan confuso al pasar por nuestra retina que llegamos a obtener una reproducción equívoca de quienes somos.

Ocurre lo mismo al querer hacer una introspección para descubrir nuestro yo interior.

Ser equilibrados en la forma de mirarnos nos hace más conscientes de nuestra persona y nos enseña a reconocernos un poco en la mirada de los demás.

Cuan diferente somos si dejamos de contemplarnos con ojos humanos y lo hacemos bajo el conocimiento divino.

Deseo mirar a Dios y ver mi semejanza a Él. Ver en lo que soy un poco de su esencia. Distinguir la obra de un amor inefable, el resultado de una entrega incondicional, una infinita misericordia que me haga apreciar el valor de quien soy.

Verme reflejada en cada herida de Cristo y comprender cuanto valgo.

Soy Única y mi valor no tiene precio, una valía sólo apreciable por quienes reconocen la dicha de haber nacido de nuevo.

Al mirarnos a través de los ojos de Dios nos percibimos con menos crudeza siendo más recatados a la hora de juzgarnos, pero también nos descubrimos pecadores, torpes, frágiles, en definitiva, humanos.

Esa esencia humana nos hace ser más dependientes, menos abstraídos por singulares y obtusos pensamientos que sólo desencadenan aprensiones y equívocos.

Filtrar nuestra mirada por la retina de Dios hace que todo cuanto observamos sea tratado de una forma precisa, modelada en su taller de alfarería, sometido a la templanza de su eterna bondad que nos hace seres especiales en un mundo donde abunda lo ordinario.

Quiero mirarme cada día en el espejo de mi creador, verme cómo él quiere que me vea, teniendo una percepción acertada de lo que soy, y anhelando ser día tras día mucho más parecida a mi creador…