Una marcada diferencia

Cuando hace 23 años su corazón y mente fueron conquistados por Dios, todo cuanto circundaba su vida experimento una transformación realmente hermosa. Su familia comprendió, desde aquel preciso momento, que Dios realmente existía, que no era una invención. El milagro del cambio llenó la existencia de este gran hombre al que hoy quisiera dedicar estas torpes líneas.

Es cierto que cuando nos acercamos a Cristo él nos hace diferentes. Nos muestra sus horadadas manos para enseñarnos con ternura que en ellas están escritos nuestros nombres. En ese acercamiento nos descubrimos, experimentando el prodigio de la transformación y todo aquello que nos insensibilizaba, viene a mostrarse ante nosotros portando un equipaje sorprendente de sentimientos anteriormente ocultos.

Al acercarnos a Dios, el amor se renueva, las asperezas se ablandan. Amamos y respetamos la vida con la delicadeza de quien por su misericordia tuvo a bien regalárnosla. Valoramos al prójimo y lo observamos con ojos menos prestos a la crítica, inclinándonos más a ver lo positivo.

Vuelve a resonar esa frase en mi cabeza. “Cuando estamos contigo Jesús, somos distintos”

La oigo con el corazón, observando con ojos agradecidos al emisor de esa frase, a ese hombre que venciendo las ataduras de un oscuro mundo llamado drogas, se ha ido mostrando ante mí, para revelarme a un precioso ser totalmente transformado, conquistado por el amor.

Hace 23 años, la niña que fui, conoció gracias a él al Dios al cual hoy sirve. Desde el pedestal donde posicionaba sus sueños, pudo constatar que ellos se hacen realidad.

Hoy quiero agradecer a mi hermano mayor el precioso regalo que me ofreció, pues sin él saberlo, al dar ese paso tan importante en su vida, y comenzar a cambiar de rumbo, hizo que yo conociera al Dios de lo imposible.

El tiempo pasa deprisa, los años parecen tener cada vez menos días. Ha llovido mucho desde aquel 1983, pero… Cuán bueno es sentir que durante estos años el tiempo no ha pasado en balde, sino que por el contrario, ha ido haciendo de nosotros personas muy diferentes.

Hoy, te dedico estas palabras a ti Manuel, por ser quien eres, y por hacer que yo cada día quiera parecerme un poco más a ti.