Los protestantes malagueños habían evangelizado Verja y Dalías estableciendo puntos de misión.
En contraste con esta situación, Vilar describe la situación del clero rural, como si estuviera imposibilitado para ejercer su autoridad moral y espiritual. Dice:
- “Enormes parroquias rurales habían de ser atendidas por un clero numéricamente insuficiente, no siempre bien preparado y con harta frecuencia hundido en la pobreza más oprobiosa. Estos sacerdotes intentaban sobrevivir como podían. Se ayudaban impartiendo enseñanza elemental, actuando como amanuenses al servicio de su feligresía analfabeta o cultivando algún huerto de su propiedad. Con escasas o nulas posibilidades de ascenso social, agobiados por deudas y con problemas de conciencia al flaquear la vocación o como resultado de la infracción del celibato, en ocasiones optaban por colgar los hábitos”.
Ciertamente este era el estado del clero rural en alguno de los casos, que no en la alta iglesia, pero en nada comparable con la situación de los perseguidos y ultrajados protestantes que tenían que subsistir con el rechazo social en todos los lugares. Sin embargo, la pobreza material del hostigado protestantismo, redundaba en riqueza espiritual, en entrega a los demás y múltiples actividades sociales, algo de lo que carecía el clero. Esta carencia sustancial de valores morales y espirituales, existente en el uniformismo cultural y pensamiento único que imprimía el tradicionalismo religioso del catolicismo español, para nosotros no representa uniformidad religiosa sino ignorancia en el credo cristiano. No se sostiene la aceptación y sumisión a estas ideas de la unidad religiosa por parte de los intelectuales, ni la repetición constante de los historiadores de que “uno de los ejes vectores de la historia española” sea la unidad religiosa como hecho perdurable y destacado.
El fortín que la Inquisición española creó contra la herejía solo se sostuvo mientras esta la combatió con la represión y las armas, costándole a España lo más granado de sus hijos. El saqueo de Roma y la destitución del papado en 1527 por los tropas de Carlos V no era mas que el reflejo de lo que siempre había sido la independencia de España del dominio de Roma en dieciséis siglos. Que en los casi tres siglos siguientes hubiese durado la represión inquisitorial, amparada en leyes civiles y coartando todo tipo de libertades, lo único que ha producido es una sociedad hipócrita y desinteresada del hecho religioso en sí. La generación del 98 describirá con angustia la situación de una crisis moral y religiosa, además de la política y social, que contemplaba una religión sin Dios.
La cultura católica producirá expresiones de teatralidad religiosa o mantenimiento de una mística alejada de la Biblia y por tanto del cristianismo evangélico.
Cuando se inicia el siglo XX hay una reacción, obligada por las circunstancias, en el catolicismo social, que no hace más que copiar la actividad del protestantismo. Decir que la iglesia murciana colaboró en la trasformación de la sociedad al colaborar Iglesia y Estado en forma de sindicatos católicos (Sindicato católico obrero de Cartagena 1910), obras de socorro al obrero (Patronato de San José Obrero 1916) o en ámbito rural la Federación católica Agraria 1917, no refleja el resultado ni las consecuencias que dichas obras provocaron. Por otra parte,
la industrialización que desde primeros del siglo XIX se había introducido en España por una mayoría de empresarios, banqueros y técnicos protestantes, ya había cambiado la fisonomía social, estableciendo escuelas, casas de oficios, orfanatos, hospitales, viviendas en torno a la fábrica o las minas, cajas de ahorros y un largo etcétera.
El protestantismo no tenía entonces ni ahora ningún poder político, pero si tenía poder moral y respeto social. Un ejemplo puede ser la Casa de Paz o asilo de ancianos que fue el primero en Águilas, establecido en la calle Jovellanos, que también sería una de las primeras residencias en España. No sería hasta diez años después que se creó una residencia municipal en Águilas. Ocuparían esta Casa de Paz seis ancianas evangélicas que carecían de medios de subsistencia al haber emigrado y muerto sus parientes –dice Vilar-.
Añade este autor que, “a la espalda de la capilla, el área que daba a la cale de la Gloria, estaba habilitada para aulas. Se pretendía allí abrir un centro docente, de los que tan necesitada estaba Águilas. El índice de analfabetismo en la comarca era altísimo. Figuraba en cabeza de una de las provincias españolas con mayor coeficiente de analfabetismo”.
Esta obra social y evangelística de las dos últimas décadas del siglo XIX se deben al pastor
Robert Pollok Simpson que muy parecido a Haglung y León B. Armstrong, habían abandonado su carrera y profesión para trabajar en el campo misionero español, siempre difícil y de constante violencia clerical. Había llegado a Algeciras en 1886 cuando tenía treinta y cinco años con el propósito de aprender el español. Se había casado y de su matrimonio tuvo dos hijos Sissi y James que permanecieron en el Reino Unido. Muerta la primera esposa se casaría con Ana Baum en 1898 naciéndole dos niñas. Ana, que moriría a los pocos meses y la bella Frida que se criaría en Escocia con una hermana de Simpson. Habiendo fallecido la esposa al nacer Frida, se casaría en 1902 por tercera vez con Lina Pasche de cuyo matrimonio le nacerían cuatro hijos más.
De Algeciras pasaría a Barcelona para trabajar con William Brown. Provenía de una familia distinguida venida a menos, disponía de una pequeña fortuna personal y se hallaba graduado en Arquitectura, -dice Vilar”. Siempre tuvo el deseo de aprender lenguas modernas y marchar a las misiones. Hombre jovial y con don de gentes, era un hombre preparado para reactivar la obra evangélica en Águilas. Llamado por Armstrong para trabajar en Águilas y comisionado por la Sociedad Escocesa para la difusión de literatura bíblica en toda la península, trabajo que realizó hasta su muerte treinta años después. Mantuvo la congregación dentro de la Iglesia Evangélica Bautista, aunque él no perteneció a ningún comité denominacional. Como gerente de la Sociedad Bíblica Escocesa y de la norteamericana de Los Ángeles, tenía colportores recorriendo el país vendiendo biblias y tratados. Tenía un sueldo de cada Sociedad y un porcentaje sobre las ventas, aunque se le exigía un mínimo de ventas que de no realizarle implicaba su cese.
Por los datos que nos aporta Vilar, Simpson era una de estos hombres del Reveil, avivados, guiados por el Espíritu, que consideraban que el Evangelio era el instrumento de salvación para todas las sociedades. Que debía de haber libertad de conciencia y que la jerarquía debería supeditarse a los creyentes manteniendo un gobierno democrático. El anglicanismo de donde procedía y disentía, actuaba igual que la iglesia católica española, de manera que en Águilas podría ver el conservadurismo y la falta de libertades enfrentándose a sus ideales. Pese a toda oposición, en su pastorado administró ciento noventa bautismos de conversos por su influencia y otros veintinueve ganados por los diáconos, Pedro Román, Miguel Martínez y Pedro López. En el pueblo de Medrano, el 18 de julio de 1899, se constituyó iglesia al haber diez creyentes, quedaron dirigidos por Miguel Martínez en funciones de pastor.
También en el Empalme de Almendricos, se formaría una pequeña congregación tras la conversión Baltasar Sánchez en 1899 por la acción evangelizadora de un colportor de Águilas. El cura no obstante no quedaría quieto tras estas conversiones e instigaría con las mujeres de estos para que no os siguieran reuniéndose. La congregación de Águilas fue creciendo hasta hacer insuficiente el espacio dedicado a capilla y Simpson en diciembre de 1903 compraría un finca en la cale Jovellanos, cuyo salón era de 130 metros cuadrados, que se escrituró a nombre de Pedro Román, primer bautizado de aquella iglesia. Pasarían la propiedad del edificio a la “Continental Land Co. Ltd.” en 1905 con un sólido edificio ya construido con planos del propio arquitecto Simpson, edificio que perdura hasta hoy. Lo que hacía esta sociedad inglesa, era preservar los locales de cualquier vaivén político y hasta de intereses personales en la propiedad en caso de disolución de la congregación, donde la propiedad seguía siendo de la iglesia aunque pagaran una renta simbólica a la “Continental…”para gastos de representación.
Simpson recorrió a lomos de un asno todos los caminos de su zona, asistiendo a los creyentes dispersos y reuniéndose con los simpatizantes en las casas. Solía viajar con el gitano de Mazarrón “Gerónimo” llamado Antonio Utrera, convertido en 1917. El radio de acción estaba comprendido en Lorca y Huercal, teniendo capillas en Medrano, Almendricos y Las norias. También era ayudado por su mujer que visitaba dos veces al mes Medrano y Almendricos. Trabajó Simpson también en las zonas mineras como Cuesta de Gos atendiendo enfermos y hambrientos y haciendo que las condiciones salariales y de vida fueran mejores. Se recuerda a los Simpson aún por católicos que recibieron una Biblia de sus manos y la guardaron como un tesoro. También abrieron sendas capillas los creyentes de Las Norias y Albarsánchez, aunque la crisis económica forzó a la emigración y mermaron las congregaciones aunque siguieron teniendo contacto con la iglesia de origen. Según decía la hija de los Simpson,
“Ya en los días de mis padres marcharon muchos hermanos del campo para Brasil y Argentina. Mamá correspondía con ellos regularmente y se tomaba mucho interés en su vida. Recuerdo fotografías enviadas de allí, de algunos locales evangélicos construidos por los hermanos en América. Dios los bendiga ricamente porque no olvidaron a su Padre Celestial”
Las migraciones es otro de los temas que el profesor J.B. Vilar es un erudito y considera que muchos emigrantes de Águilas fueron los pioneros en formar congregaciones evangélicas en Cataluña, Levante y también Argelia. Cita la obra de Thomas Debary. “
Notes of a residence in the Canary Islands, the south of Spain, and Algiers; illustrative of the state of religion in those countries (1851)” Cuenta con agrado en este libro la multitud de españoles que había en Orán y solo aquí predominaban los católicos ya que en otros lugares eran tantos los protestantes como los católicos. Sin embargo las cosas cambiarían cuando comenzaron a llegar a Orán algunos evangélicos expulsados tras el proceso de Matamoros. De Águilas se presentaría en esta ciudad uno de los cinco fundadores de la congregación de Águilas,
Francisco Díaz Rubio que “se marchó a Orán llevando consigo cuatro biblias”. Emigraría a Orán Juliana Martínez Navarro que no se sentiría sola al encontrar un grupo bautista local. Allí estaría Sebastiana Sánchez, conversa del pastor Simpson, Damiana Sánchez Collado que había nacido en Orán en 1888.
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