Aunque tanto Zapata como Francisco de Abrego habían sido dos fugitivos de la Inquisición por luteranos, siendo después reconvertidos o recuperados por la Inquisición para servir de agentes provocadores y destruir la obra de la traducción de la Biblia de Reina. Sin embargo, sabiendo de las intrigas inquisitoriales y de que Zapata era hombre hábil, pudieron estar jugando unos y otros con los deseos de la esposa de este la cual no parecía ser luterana.
El embajador Guzmán de Silva escribía el 26 de abril de 1565. “Este conventículo que había aquí de españoles herejes se va acabando. Un Gaspar Zapata, que entiendo fue secretario o criado del duque de Alcalá, hombre hábil y de buen ingenio, esperaba del Santo Oficio recaudo o seguridad para volver a ese reino: he procurado que salga de aquí con su casa y mujer, y ha ido a Flandes, con salvoconducto de la duquesa de Parma, hasta que venga recaudo de ese reino, y con tan buen conoscimiento que me deja en mucha satisfacción, y su mujer le ha dado buena priessa, que estoy informado que jamás se ha podido acabar con ella que se juntasse en los oficios destos. Éste estuvo con el Almirante y Conde en la guerra pasada y casóse allí con esta española, natural de Zaragoza, que estaba con madame Vandome. Entiendo que sería más servido N. S. y V. Md. que los españoles que desta manera andan perdidos se redujesen, y aun honor de la nación, porque hacen más caudal en cualquiera parte de un hereje español para defenderse con él, que de 10.000 que no lo sean, y esta es persona con quien se ha tenido cuenta, y si se tracta bien, espero que a su ejemplo se han de reducir los más dellos, que, según los males destos herejes, más debe tener a algunos el miedo que el no conoscer la verdad. El duque de Alcalá ha hecho en esto harto buen oficio, escribiéndome algunos consejos que yo le he mostrado; pero lo principal entiendo que ha sido Dios, que ha ayudado a su buena voluntad e intento.» (Menéndez y Pelayo,
Historia de los Heterodoxos españoles, 2007, pág. 764)
En la nota que pone a este respecto Menéndez y Pelayo en la Relación de las pruebas de Diego Zapata del Mármol para la capilla de los Reyes Nuevos, dice uno de los testigos que “Gaspar Tristán o Gaspar Zapata casó en Sevilla... y a éste quemaron en estatua por errores de Constantino y averse impreso en su casa los libros de sus errores; huyó también su mujer y prendiéronla en Barcelona; trayda a Sevilla, la dieron por libre...”. Para comprobar esta declaración buscóse el sambenito en la catedral de Sevilla y no se halló; y respondió un inquisidor que no todos los sambenitos estaban en las iglesias (Miscelánea, en folio, del marqués de Montealegre, conde de Villaumbrosa, n.5 t.5 fol.243; Biblioteca de la Academia de la Historia estante 6.º, grada 6.ª Otra copia de las mismas pruebas en la colección de SALAZAR, Escrituras t.19 fol.292v.º; Biblioteca de la Academia de la Historia, estante 8.º, grada 5.ª).
Como podemos ver, una cosa es lo que decía el embajador y otra la realidad de lo que pasó y que no es otra cosa que fue quemado en estatua por lo que no resulta fácil saber ni su conducta ni sus motivos para tal conducta, especialmente cuando la propaganda de un lado y otro era tan afanosa y dinámica.
Según Bejarano los fugitivos sevillanos casi todos ellos buscaron refugio en Alemania desde donde mandaban a la península gran cantidad de libros y en 1563 algunos de los emigrados pasaron a residir a Inglaterra donde fundaron una congregación subvencionada por la reina Isabel con 60 libras.
Al frente de esta congregación estaban Francisco y Gaspar Zapata y Casiodoro de Reina, pero los cultos duraron poco tiempo al no quererse enfrentar la reina con Felipe II. Cuando Gaspar se convirtió la congregación fue dispersándose poco a poco.
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