Iniciamos en los seis artículos anteriores un somero repaso de algunos de estos cenáculos, que continuamos en el presente.
CONVENTÍCULO DE PEDRALBA POR 1560
Aunque las visitas de los inquisidores a los puntos conflictivos infundían cierto miedo y preparaban las delaciones, ciertamente siempre se mantenía la alerta. Por 1561 el rey mandó al tribunal de Barcelona visitar el Rosellón, mientras el capitán general de Cataluña, García de Toledo, debía vigilar la frontera francesa, porque decía “yo he sido informado que de algunas partes del Reino de Francia vienen a este principado algunas personas sospechosas de la secta de Lutero...” En Barcelona por 1565 la Suprema mandaría visitar la zona de Perpiñán “por ser frontera del Reino de Francia ansí porque si algunos han entrado e están por allí como por atemorizarlos que no entren con saber que los han de mandar castigar”.
Pero estas visitas no solo producían miedo, sino que a veces tenían resultados como la de los inquisidores de Valencia en 1560, descubriendo un círculo luterano en Pedralba. Este círculo dirigido por el noble don Gaspar de Centelles y Moncada, quien había vivido en la corte imperial por los 1530, se había retirado del mundanal ruido para ocuparse del espíritu humanista y religioso que Erasmo y Lutero proclamaban. Allí se reunían un grupo numeroso donde sobresalían algunos humanistas valencianos y sardos como Segismundo Arquer.
VARIOS CONVENTÍCULOS EN ARAGÓN POR 1562
Además del círculo de Monterde y el de los familiares y conocidos de Morillo, debemos señalar el de Biel, con Diego Sánchez, el notario, el escribano de Biel, el médico y sobre todo el quemado en estatua, Jaime Sánchez.
CONGREGACIÓN DE HUGONOTES Y ESPAÑOLES EN TERUEL POR 1566
En 1566 Sebastián Gutiérrez se había tropezado con un conventículo (congregación o iglesia local nos gusta más) de hugonotes en Teruel y parece que él se había “infectado de la herejía”, y también había inducido que si no se miraba bien el asunto, la “infección se extendería de Cataluña y Aragón a toda España”. Sin embargo se temía más que a una congregación de hugonotes, la penetración de libros de contrabando venidos de Francia.
OTRA CONGREGACIÓN DE HUGONOTES EN ESTAGELL POR 1570
Pero los miedos inquisitoriales iban acompañados de realidad, pues en 1570 un grupo de hugonotes se establece en Estagell y la agitación que esto produjo, parece se tradujo en acciones armadas según la rumorología conservadora. Sin embargo con la excusa del miedo y la herejía, Felipe II y Felipe III atrajeron a ciertas poblaciones alejadas del centro político, como el caso de Ribagorza que a raíz de un conflicto entre los condes y el rey, se usó la invasión hugonote para acabar de eliminar el poder condal de Ribagorza y sustituirlo por el del rey en 1591.
GRUPO DE MORELLA (1574)
Nos informa Ernesto Schäfer que en el auto de fe de 24 de junio de 1574 salió el español Gaspar Querol, trabajador de Morella, debido entre otras cosas, porque no creía en las imágenes. Miguel Enca parece formar un grupo evangélico junto a Gaspar Querol y otros de esta zona de Morella.
CIRCULO DE TUDELA EN 1580
Sobresale también el circulo de Tudela cuya figura principal es Francisco de Atondo, abogado del reino. Se descubrió que en los años 1550, mientras estudiaba con Jacob Bucero en París y Toulouse, Atondo había conocido al luterano sevillano Julián Hernández, para el cual había traído, varias veces, cartas a la Península Ibérica. Después de la ejecución de Hernández, Atondo había continuado trayendo y llevando cartas, a la vez que se había ocupado de la importación de libros prohibidos que con habilidad introducía en España.
UN PROYECTO DE EVANGELIZACIÓN EN BARCELONA EN 1562
En 1561, Juana de Albret había proclamado el calvinismo en el Bearn y en 1562 Francia lo reconoció produciendo en el sur de Francia una rápida penetración del protestantismo. En estas mismas fechas los proyectos de evangelización en España llegaban a Barcelona por mediación de Juan Navallo quien había manifestado abiertamente su calvinismo, mostrándose defensor de los ejércitos reformados los cuales derrotarían a los contingentes españoles que el rey tenía alistados.
Durante el proceso los inquisidores se enteraron de su proyecto de evangelización en Barcelona desde Francia. Navallo informó que en conversaciones con otro extranjero, este le había dicho “que los franceses avían fecho a toda Spaña Xristiana y que aora serían causa que la pondrían en buena ley, diciéndolo por la luterana, y que el se quería yr a Francia y traer dos personas doctas que la predicasen y convertirían a toda Cataluña”.
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