Iniciamos en los cinco artículos anteriores un somero repaso de algunos de estos cenáculos, que continuamos en el presente.
CENÁCULO DE LAS MONJAS DE BELÉN EN VALLADOLID EN 1558.
No solo hubo franceses, flamencos, ingleses o alemanes los que prendió la Inquisición por establecer “conventículos” donde se predicaba el Evangelio desde las nuevas formas religiosas. También hubo italianos, que fueron el último contingente de protestantes que entraron en España, aunque las relaciones comerciales y políticas con Italia desde la edad Media fueron constantes. Toscana, Lombardía, Cerdeña, Venecia y Nápoles aportaron algunos protestantes venidos de las persecuciones y que habían mostrado el camino de la emigración personajes tan emblemáticos como Bernardino Ochino o Pedro Mártir Vermeglio.
Sin embargo Nápoles y el círculo de Juan de Valdés, produciría algunos de los reformados que llegaron a España. Las estadísticas que aporta Werner Thomas de los italianos protestantes en España entre 1559 y 1575, ocho eran clérigos, de Saboya catorce, de Génova doce, Milán con seis, Venecia con cinco, y quince de Nápoles, Cerdeña y Sicilia.
En el cenáculo de las monjas de Belén podemos poner como dirigentes a dos personajes italianos. Uno sería la franciscana doña Eufrosina de Mendoza, natural de Palermo, que había conocido a Juan de Valdés antes de venir a Valladolid y participó activamente en el cenáculo de estas monjas hasta su detención en 1558. El otro personaje es don Carlos de Seso, natural de Verona, cuya influencia en este cenáculo fue primordial.
EL PUEBLO DE HORMIGOS EN 1558
Francisco de Cazalla Vivero, hermano del doctor Agustín de Cazalla Vivero, presbítero y cura de Hormigos obispado de Palencia, llegó a convertir a todo el pueblo para la causa del Evangelio.
CENÁCULO DE JACA POR 1549/50
Por estas fechas el incremento de protestantes nativos españoles frente a los extranjeros, tenía una amplia presencia en los autos de fe. En Jaca la alarma inquisitorial saltó al saber que el maestro Juan Esteban significaba un verdadero peligro para los niños.
JUNTAS EN BILBAO, S. SEBASTIÁN, LOGROÑO, SANTA Mª DE UDALLA, CAPARROSO, TORRELLAS, PORTILLA, BUÑUEL, PORTUGALETE Y ZARRATÓN DE RIOJA, AÑOS 1548-1550
Es evidente que la penetración del movimiento evangélico llega a las zonas rurales. El tribunal de Calahorra y sus inquisidores por estos años se vieron obligados a visitar minuciosamente estos lugares donde tanto extranjeros como españoles estaban formando congregaciones, siendo procesadas 42 personas por luteranismo. Los hermanos Alvarado en Santa María de Udalla mantenían una congregación por 1550.
CENÁCULO DE GINEBRA DE ESPAÑOLES FUGITIVOS EN 1550
Es ampliamente conocido este cenáculo de evangélicos de Sevilla que llegan a Ginebra huidos en su mayoría del monasterio jerónimo de San Isidoro de Sevilla, juntándose a otros fugitivos. Son de sobra conocidos Cipriano de Valera, Juan Pérez de Pineda o Julián Hernández con el propósito inmediato de publicar y difundir por España el
Nuevo Testamento y un
Catecismo.
EL CENÁCULO DEL DOCTOR MORILLO EN PARÍS POR 1553
Un lugar de confianza y equipamiento para la obra evangelística estaba en la casa parisina del doctor Morillo que sirvió de refugio a muchos protestantes españoles, habiendo establecido una escuela para españoles en su casa. Desde este lugar se preparaban intelectual y doctrinalmente a quienes se pretendía colocar al mando de las congregaciones como fue el caso de Jaime Sánchez al que preparaba para ser pastor en Jaén. Morillo además de pastorear a los españoles, llevaría una congregación de franceses y otra de ingleses.
LA CONGREGACIÓN DE CUENCA POR 1561
En la declaración que hace Margarita de Monte en 1561 ante la Inquisición de Cuenca, pone en boca de un clérigo unas inquietantes palabras que los inquisidores no podían entender después de los terribles autos de Fe de los años pasados.
En la declaración constaba que en diez años Castilla tendría tantos luteranos como Ginebra “porque en lo poco que aquí vino el emperador se an alzado tantos luteranos”. Por la misma época su marido Antonio de Roca contó “que en Cataluña un peregrino le había afirmado que en España si no fuera por la mysericordia de Dios y si durara la guerra (con Francia) tres años más, fuese peor que en Alemania”(1) Por las actuaciones del tribunal de Cuenca en estas fechas es evidente que habría más de un cenáculo o congregación en esta ciudad, como en Toledo y Valladolid. Por estas fechas el tribunal recibió la
declaración voluntaria de Juan de Acuña, hijo del virrey del Perú, Blasco Núñez Vela, que se acusó de haber criticado el estilo de vida de los clérigos españoles y haber defendido las virtudes de Lutero. Acuña además enseñó una carta de su hermano Cristóbal de Vela, en la que le recomendaba se entregase al Santo Oficio sin tener miedo al castigo, porque parecían cosas sin importancia y porque las palabras que mi me han dicho son una cosa que comúnmente muchas gentes dicen”. Sin duda, cuando el río suena, agua lleva, aunque Werner lo interpreta como que era cosa común decir que había muchos luteranos.
En el caso del soldado francés Hugo Bernal, de Grenoble, manifestaría que estaba convencido de la inminente victoria del protestantismo en España: “alegraos” dijo a un compañero de viaje, que yo vengo de Valladolid y es muy cierto que arzobispo de Toledo (Carranza) está preso y está esperando al rey para convertirle y que echemos por allí a estos papistas porque yo sé que
hay de secreto de nuestra opinión muchos en España”. Tanto los inquisidores de Cuenca como los de Toledo no dejaron de insistir en estas apreciaciones, pues para muchos la conversión de España a la verdadera religión era simplemente cuestión de tiempo y de extensión geográfica.
1) Procesos en el Archivo Diocesano de Cuenca legajo 221-2715 de 1561 de Margarita de Monte y Antonio de Roca.
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