Usoz cree que es personaje real y no seudónimo de Juan Pérez. El título aparece así:
“Imagen del | Antecristo | compuesta primero en Italiano: i después tradu | zida en Romance, por Alonso de | Peñafuerte. | «Estos batallaran contra el Cordero, y | el Cordero los vencerá: porque es el Señor | de los Señores, y el Rey de los Reyes”. | Apocalipsis, cap. XVII. Usoz dirá de esta obra, que, desde la óptica protestante, el Anticristo es el enemigo nacional y religioso, a través del cual las doctrinas y la vida religiosa son atacadas para la destrucción de la espiritualidad primitiva. Para los protestantes el Papa es el Anticristo, mientras que para los católicos el protestantismo representa a este Anticristo. Es un debate típico del siglo XVI y en él se tiende a liberar la figura teológica del Anticristo de toda implicación temporal e histórica.
Es interesante la nota de atención de Usoz referente a Peñafuerte, si este es la mano invisible de esta obra de la Imagen del Anticristo, pues se han cargado las tintas al considerar casi un grito de guerra al ser nombrado el Anticristo por los protestantes. Dice: “ Y aquí me parece conveniente, ya que la obra de Peñafuerte trata del Anticristo, y se publicó a mediados del siglo XVI, rectificar el aserto de un canónigo y escritor docto de nuestros tiempos, el cual, refiriéndose a sucesos del año de 1560, dice :—“Los predicadores no-católicos predicaban públicamente contra el Papa, llamándole el Anticristo, y diciendo que pues el Evangelio tenía en su favor una tan grande Corona como la de Inglaterra, no había más sino introducirlo con la espada en todas partes”. Sfc. [Memorias de la Academia de la Historia. Tomo 7.° impreso en Madrid a. 1832. paj. 280.] Como este clérigo docto, floreció unos doscientos cincuenta años, después del 1560; claro es, que, por si mismo, no pudo oír a esos predicadores no católicos, que nos asegura, decían públicamente, que era preciso introducir el Evangelio con la espada en todas partes. Sin duda encontró papeles, o libros, que así lo aseguren, y creyéndolos él, también lo aseguró. Esta clase de crítica, y lógicos discursos, bastaban para apoyo de su palabra clerical, a causa del respeto con que mira nuestro país a la tonsura hecha en los templos. Pero no siendo yo clérigo, debo apoyarme en razones de más fundamento, para contradecirle. Es, pues, de todo punto inverosímil, que unos hombres, que forzosamente habían de cimentar el edificio de sus doctrinas, en el principio constitutivo y esencial de libertad de conciencia y culto; por ser, eso mismo, lo que pedían y exigían para sí, se atreviesen a predicar públicamente todos ellos, que era preciso introducir en todas partes el Evangelio, con la espada. Digo, todos ellos, porque afirmando, que los predicadores no católicos predicaban, claro es, que se da a entender, fueron todos o a lo menos, la mayor parte de ellos y cabalmente, es todo lo contrario”. Sin lugar a dudas, el protestantismo español nunca fue beligerante hasta estos extremos de la espada o la revolución, pues nunca llegó a ser ni popular, ni revolucionario.
JAIME SALGADO
De los pocos protestantes que conocemos del siglo XVII y que parece una persona docta es el ex fraile Jaime Salgado, quien había abjurado del catolicismo en Inglaterra.
Menéndez y Pelayo hace esta breve biografía: “La autobiografía de este fecundo heterodoxo muestra bien a las claras cuanto habían amansado ya los rigores de la Inquisición en tiempo de Felipe IV. Salgado había sido fraile, no sabemos de qué orden; púsose mal con los suyos por cierta libertad de opiniones sobre la autoridad de la Iglesia, y huyó del convento donde había vivido tres años para refugiarse en Francia. Entró en relaciones con algunos ministros de la iglesia de Charentin, especialmente con el Rvdo. Drelincourt, y en su presencia abjuró el catolicismo el año 1666. Como aún no se contemplaba seguro en Francia, pasó a Holanda, y fue cortésmente recibido en La Haya por Samuel Maretz. Allí daba Salgado lecciones de lengua española; pero como no sabía el holandés ni el flamenco, juzgó oportuno volver a París desde donde por instigaciones, según él dice, de la reina de Francia fue remitido preso a España y puesto a disposición del Santo Oficio. Estuvo un año en las cárceles inquisitoriales de Llerena; logró huir, pero en Orihuela le detuvieron los frailes de su Orden y le entregaron a la Inquisición de Murcia, que, después de tenerle cinco años en prisiones, le mandó a galeras por el escándalo que había dado. Cumplida su condena, se le recluyó por nueve meses en un convento de su Orden; pero tuvo maña para escapar de nuevo y salir definitivamente de España. Por un año hizo morada en Lyón, y el resto de su vida en Inglaterra. Allí publicó su
Confesión de la fe,(1) de la cual he tomado estos datos. Para halagar a sus huéspedes ingleses imprimió Salgado varios libros de
pane lucrando, hoy rarísimos, y todos de poco volumen y menos fuste. Los que yo he visto son un opúsculo contra el Tribunal de la Fe, en que hay curiosas noticias de los alumbrados de Llerena; un tratado de las señales del juicio final, un paralelo entre el papa y el diablo impreso en latín y en inglés, a dos columnas, con grabados ridículos, y unos versos latinos muy malos acerca de la Gran conjuración papística antigua y moderna; otro librejo, que se rotula El Fraile, o tratado histórico en que se describen la mala vida, vicios, malicia y crueldad de los frailes, dividido en dos partes, trágica y cómica, comenzando la parte trágica, a guisa de copla de ciego, con Las horribles crueldades de un fraile español y su miserable y desesperado fin, y conteniendo la parte cómica varios cuentos verdes, en que entran frailes, traducidos casi todos de Bocaccio, y, finalmente (y es el más curioso de todos estos opúsculos, sobre todo por la lamina que le acompaña), la Imparcial y breve descripción de la plaza de Madrid y de las corridas de toros, de las cuales el autor era entusiasta las prefería con mucho al pugilato y a las carreras de caballos”.
No quiso Menéndez y Pelayo fijarse en la historia del animal peligroso que se exhibía en Londres al que llamaban el basilisco de Salgado. Un animal que era capaz de matar a la gente con la mirada, según los rumores supersticiosos de la gente. Según un volante raro que se conserva en la British Lybrery titulado:
“Una descripción breve del Basilisco o Cockatrice” y que contiene un grabado burdo de un basilisco alborozado en el acto de matar a los hombres con su “rayo mortal” ese basilisco fue propiedad de “Jaime Salgado, un sacerdote español convertido” como así figuraba en la publicidad.
El basilisco fue comprado a un médico holandés honorable. Bondeson(2) cree que también son de Salgado unos versos burlescos en latín que pueden traducirse así: “A cuantos miré maté/ ahora que estoy muerto, uno vive de mi”. Evidentemente Salgado no podría vivir del basilisco y tendría que acudir a sus honorables benefactores solicitándoles “ayuda para un extranjero infortunado que se ve reducido a grandes rigores”.
Inglaterra fue considerada en un tiempo como morada particular de los basiliscos y Shakespeare los sacó en sus obras. Sin embargo el único espécimen real y no mitológico que se vio disecado fue el de Jaime Salgado. Evidentemente nosotros tampoco sabemos qué tipo de monstruo se exhibía y si esto tenía un propósito científico o solo lucrativo.
1) The Slaughter-house. (Ejemplar muy maltratado y sin portada, que poseía Usoz; 64 páginas. Dedicado a Carlos II de Inglaterra.)-Symbiosis Papae et Diaboli ut et Cardinalis et Moronis cum adnexa [137] utirusque effigie, et brevi eius Explica- tione. Opera et Studio Jacobi Salgado Hispani Conversi Presbyteri. Londini Typis T. Snowden, M.DC.LXXXI.Al frente de esta portada va otra inglesa:Symbiosis of the intimate converse of Pope and Devil attended by a Cardinal and Buffon, to which is annexed The Pourtrait of each, with a brief explication thereof. By James Salgado Spaniard and converted Priest. London, Printed by Thomas Snowden. 1681. (Epístola dedicatoria al duque de Cumberland.)-Carmen in Serenissimae Reginae Elisabethae Natalitia, Classem Hispanicam ab ipsa devictam, et conspirationem Papisticam antiquam et modernam. -The Fryer: or an Historical Treatise wherein he idle Lives, Vitiousness, Malice, Folly and Cruelty of the Fryes is described. In two parts: Tragical and Comical, collected out of sundry Authors, and several Languages, and caused to be translated into English. By James Salgado a Spaniard, formerly a Romish Priest. London, Printed for the Author, 1689. (Dedicatoria, prefacio; 194 páginas.) A short Treatise of the Last Judgement. «Qui moritur antequam moritur, non moritur quando moritur...» By James Salgado a Spaniard. London, Printed by T. B. for the Author, 1684. (34 páginas en 4.º El autor se propone demostrar la proximidad del fin del mundo.) -An Impartial and Brief Description of the Plaza, or sumptuous Market Place of Madrid, and the Bull-fighting there... As also a large scheme, being the Lively Representation of the Order and Ornament of this Solemnity. By James Salgado a Spaniard. London, Printed by Francis Clarke of the Author. Anno Dom. 1683. (46 páginas y además dos hojas de dedicatoria a Carlos II de Inglaterra y una lámina que representa la plaza Mayor de Madrid.) Todos estos rarísimos opúsculos existen en la librería de Usoz. Del último poseía también un ejemplar D. Serafín Estébanez Calderón, que le cita en sus Escenas andaluzas. JAIME SALGADO, además de las obras citadas en el texto, escribió:Retorsio horridae, blasphemae et diabolicae detorsionis orationes Dom. Symboli et Decalogi in Protestantes directae, post brevem refutationem in impios illius Authores Papistas reflexa a Jacobo Salgado Hispano. Presbytero Converso. (Copia manuscrita que poseía Usoz.) Es contestación a un folleto anónimo, en que se parodiaba contra los protestantes el símbolo y el decálogo. Salgado no escasea las usadas diatribas contra el papa: “Sacerrima Babylonis bestia”, y acusa a los papistas de conspirar contra la unión y sincretismo de las sectas protestantes. Júzguese del folleto a que responde Salgado por estas palabras contra los puritanos: «Ne facias ullam imaginem aut similitudinem alicuius. Sancti superius, excepto S. Olivero... Ne nos inducas in ullus Regis cum Parlamento consensum sed libera nos a Monarchia et Hierarchia
2) La sirena de Fiji Ciencia y técnica Autor Jan Bondeson Editor Siglo XXI, 2000. Pág.215
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