Usoz lo expresa así: “pienso que D. Hernando de Valdés, tomó parte favorable a los comuneros, en aquél levantamiento nacional de las Comunidades, que cayó con las nobles cabezas brutalmente cortadas en los campos de Villalar. D. Hernando, sin duda, para salvar a sus hijos de todo compromiso, los envió a la Corte, cuando la grandeza del Emperador acabó con la que Castilla solía tener. Esto también nos explicaría, que ambos hermanos Alfonso, y Juan, preferían la reforma y mejoramiento, en España, verificados y realizados, por medio de una sólida educación y reforma religiosa; que no con ejércitos de armadas huestes.”(1)
Werner Thomas(2) dice que tanto el duque del Infantado como el marqués de Villena habían mantenido una dudosa actuación en la guerra de las comunidades, en las que conversos y alumbrados habían apoyado esta subversión. Ambos eran protectores de ellos y ambos habían concluido acuerdos con Acuña para que este dejase tranquilas sus tierras en Toledo, y el duque del Infantado sería uno de los últimos en intervenir después de la batalla de Villalar. Además sostiene Thomas que la familia Valdés también tenía antecedentes comuneros. Hernando de Valdés, regidor de Cuenca y varias veces procurador en las Cortes de Castilla, había apoyado al marqués de Villena durante las Comunidades y este sería el motivo de haber sido educado en la Corte de Escalona su hijo Juan de Valdés.“No es de sorprender, por tanto, que entre los enemigos de Erasmo había varios que vincularon las Comunidades con la herejía y que compararon “la bondad de la represión inquisitorial a la santidad de la resistencia armada y a las Comunidades” y “la victoria de la ortodoxia en un auto de fe a la victoria imperial en la batalla de Villalar”. “Recordemos- dirá Werner- que en la época poscomunera, caracterizada por una fuerte reacción antijudía, el partido victorioso asoció fácilmente a los conversos y sus intentos de reforma inquisitorial con los comuneros”.
Pero esta reacción antijudía también se dirigiría más concretamente a la “factio lutheranorum” española, ya que Lutero, en los escritos que circulaban entre los comuneros, mostraba simpatías por los cristianos nuevos y por lo judío, por lo que Los Cobos reforzaría sus sospechas contra los erasmistas y alumbrados comuneros.
Estos escritos que los marranos de Amberes introducían con profusión para apoyar la Reforma en España, desprestigiando la inquisición por su crueldad y su manera de hurgar en las conciencias, también lo hacían apoyando a Lutero por su posición pro judía. Hicieron traducir al español el comentario de Lutero a la epístola a los Gálatas (
In epistolam Pauli ad Galatas commentarius) y su
Tractatus de libertate christiana, tratados estos que fueron enviados a la Península y en los que se desarrollaban las doctrinas de la justificación por la fe, rechazaba la intervención del Estado en materia de herejías y slo permitía que el Estado actuase ante los abusos de la Iglesia. La predilección de los marranos y conversos por San Pablo, dado que el principio paulino de un “nuevo orden” en el que ya no había cristiano viejo ni cristiano nuevo que tanta división provocaba, hacía que mirasen al protestantismo o la doctrina luterana como un cristianismo más puro y superar su origen étnico. Según cita Gutiérrez Nieto(3) los conversos habían aprendido que la unión en la Palabra hermana a judíos y gentiles y por eso traducían así
Gálatas, 3:27-28 “porque todos, al bautizaros vinculándoos al Mesías, os revestisteis del Mesías. Ya no hay más judío ni griego, esclavo ni libre, varón ni hembra, pues vosotros hacéis todo en uno, mediante el Mesías Jesús”.
Melquíades Andrés, en su artículo “Lutero y la guerra de las comunidades de Castilla” concibe una aproximación histórica del hecho luterano y el comunero en los años de 1518-1521 como un momento de reforma en España. ¿Estuvieron en relación ambos acontecimientos? ¿Tuvo el luteranismo, como acontecimiento religioso, respaldo político como lo tuvo en Alemania con los príncipes y nobles?
Melquíades Andrés dice que Lutero no tuvo protagonismo en la guerra comunera, ni ésta en la explosión luterana. Sin embargo cree que ciertas resonancias de los conflictos religiosos y políticos alemanes, tuvieron cierta inmediatez en los conflictos de las comunidades. Más aún, resalta Melquíades Andrés el impacto dolido de aquella guerra comunera en la corte de Caros V y en algunos españoles que relataron estas coincidencias en las primeras décadas del protestantismo. Algunos textos parecen apuntar a esas interrelaciones comuneras y luteranas, aunque la primera imagen luterana en España siempre vino envuelta en la bandera de lo religioso- dirá este autor. Estos textos, unos son del confesor de Carlos V, el general de la orden dominicana García de Loaysa; otro de Juan de Vergara, “fino luterano endiosado” lo llamara Diego Hernández, y otra de Melchor Cano.
1) Introducción al Diálogo de la lengua. Por apéndice va una carta de A. Valdés (in difesa del suo diálogo sopra il sacco di Roma con la risposta del conte B. Castiglione).Autores Juan de Valdés, Alfonso de Valdés Editor Luis de Usoz y Río Publicado en 1860
2) Thomas, W. (2001). La represión del protestantismo en España, 1517- 1648. Lovaina: Publicado por Leuven University Press, 2001. Pág. 169
3) Juan Ignacio Gutiérrez Nieto. Los conversos y el movimiento comunero pág. 249
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