Si difícil es catalogar por las sentencias la profundidad de las creencias de los condenados por luteranismo, resulta casi imposible hacerlo con indómitos personajes como Aguirre que a la vez son sensibles y su cultura puede comparar a Platón con el Evangelio de San Juan.
Los más notables capítulos de acusación formulados contra el fundador de la Serena y conquistador de Chile, eran: Que con sólo la fe se pensaba salvar; que no se había de tener pena por no oír misa, pues bastaba la contrición y encomendarse a Dios con el corazón; que había dicho que no confiasen mucho en rezar, pues él había conocido a un hombre que rezaba mucho y había parado en el infierno, y a un renegador que se había ido al cielo; que dijo que si viviesen en una república un herrero y un clérigo, habiendo de desterrar a uno de ellos, que preferiría desterrar al sacerdote; que absolvía a los indios y les dispensaba para que pudiesen trabajar en los días festivos; que ningún clérigo de los que residían en Tucumán, salvo uno que él había puesto, a quien unas veces daba licencia y otras no, tenían poder para administrar los sacramentos, mandando que no llamasen vicario al que era, y que habiendo puesto las manos en él, no se tenía por excomulgados; que no había allí otro papa, obispo o rey sino él; que las excomuniones eran terribles para los hombrecillos y no para él; que a los que iban a oír misa a casa del dicho vicario, les decía que eran luteranos; que sostenía que ningún sacerdote que no fuese casado, podía dejar de estar amancebado o cometer otros delitos más feos; que habiéndose ido a confesar, le dijo el confesor que estaba excomulgado y que se absolviese y satisficiese, a lo que había contestado que, por la opinión del pueblo, si le quería absolver, que le absolviese; que se hacía más servicio a Dios en hacer mestizos que el pecado que en ello se cometía; que sostuvo que Platón había alcanzado el evangelio de San Juan
In principio erat Verbum; que el cielo y la tierra faltarían, pero que sus palabras no podrían faltar, etc., etc(1)
En cumplimiento de esa sentencia, Aguirre, el día primero de abril de 1569, hizo la siguiente abjuración en la ciudad de La Plata:
«Por cuanto yo Francisco de Aguirre, gobernador de las provincias de Tucumán, fui acusado por el Santo Oficio de la Inquisición ordinaria ante Vuestra Señoría Reverendísima de ciertas proposiciones, que algunas de ellas son heréticas, otras erróneas, otras escandalosas y mal sonantes, las cuales yo dije y afirmé, no con ánimo de ofender a Dios Nuestro Señor, ni ir contra los mandamientos de la Santa Madre Iglesia e fe católica, sino con ignorancia, las cuales me fueron mandadas abjurar todas
de levi por los jueces delegados a quien Vuestra Señoría Reverendísima cometió este dicho negocio, e por cuanto en la forma de abjuración que ante los dichos jueces hice no se guardó la orden de derecho en el abjurarlas ni las abjuré todas, según las tengo confesadas, como por el dicho abto se me mandó, que yo consentí, lo cual no fue por mi culpa sino por no dármela los dichos jueces; por tanto, en cumplimiento del dicho abto e como hijo que soy de obidiencia a la Santa Madre Iglesia(2), a cuya corrección yo me he sometido y someto, e a la de Vuestra Señoría Reverendísima en su nombre, como católico y fiel cristiano que soy, parezco ante Vuestra Señoría Reverendísima como ante inquisidor ordinario, e poniendo la mano derecha sobre esta cruz e crucifijo e sobre los Sagrados Evangelios, abjuro
de levi e declaro las dichas proposiciones que en mi confesión tengo confesadas, en la manera siguiente:
«Primeramente digo que dije y confieso haber dicho que con sólo la fe me pienso salvar, lo cual sabe a herejía manifiesta, y es proposición escandalosa dicha como suena; y en este sentido la abjuro
de levi como tal proposición, y digo que la entendí, cuando lo dije y después acá y agora, siendo la fe acompañada con obras y guardando los mandamientos de Dios Nuestro Señor, y mediante los merecimientos de su pasión.
»Iten, confieso que dije delante de muchas personas que no toviesen pena por no oír misa, que bastaba la contrición en su corazón y encomendarse a Dios con su corazón, lo cual abjuro
de levi en el sentido que engendró escándalo; y confieso que es verdad que habiendo sacerdote con quien confesarse vocalmente y de quien oír misa en los días que la Iglesia lo manda, es necesario oír misa y confesarse.
»Iten, digo y confieso que dije que yo era vicario general en aquellas provincias en lo espiritual y temporal, lo cual es error y herejía como suena, y en este sentido lo abjuro
de levi, y digo y confieso que el Sumo Pontífice es vicario general, en lo espiritual, de Cristo Nuestro Señor, a quien todos hemos de obedecer y estamos subjetos, y haber yo dicho lo contrario fue por inadvertencia y con poca consideración.
»Iten, confieso que dije que yo dispensaba con los indios para que pudiesen trabajar los domingos y fiestas de guardar, y les absolvía de la culpa. Digo que esto es error manifiesto y herejía, y en este sentido lo abjuro
de levi y confieso que haberlo dicho y hecho fue escándalo; y que lo dije inconsideradamente, y entiendo que no les puedo yo absolver ni dispensar, por no tener poder para ello; y que algunos días les hice trabajar para sacar una acequia de agua para sus sementeras, y algunas fiestas trabajaron en mi casa.
»Iten, confieso que dije que ningún clérigo de los que estaban en aquella gobernación había tenido poder para administrar los sacramentos, ni había valido lo que habían hecho, sino un clérigo que yo había proveído, lo cual decirlo es error notable y herejía, que como tal la abjuro
de levi, y digo que lo dije sin consideración alguna, y confieso que los sacerdotes proveídos por sus prelados tienen abtoridad para lo susodicho, y los demás no.
En este mismo estilo se prolongaba su declaración, con la que nos descubre el mundo de los conquistadores. Hombres, estos, de pasiones desbordadas, de excesos verbales continuados y viviendo al filo de la muerte, que después de largas campañas y en los momentos de quietud leían las Sagradas Escrituras, único lugar en el que descansan los guerreros.
1) Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en Chile José Toribio Medina. Pág 77
2) Hemos de notar que Aguirre se confiesa católico y cristiano, obediente de la iglesia, pero no de Roma.
Si quieres comentar o