Dice así esta obra en relación a Miguel Mezquita: “Natural de Puebla de Valverde (T.). Estudioso de Lutero y de Erasmo, procesado por la Inquisición de Valencia en 1535. De sus actas, difícilmente legibles (AHN, Inq. Val. leg. 531, n. 38), que misteriosamente quedan interrumpidas en el fol. 9, se deduce que viajó mucho de joven, a Roma y Nápoles con un mosén Mella, y a Flandes en 1521 representando a la ciudad de Teruel, sirviendo luego al virrey de Aragón, D. Juan de Lanuza, cuyo apoderado fue dos años cuando la corte del emperador estaba en Granada. Es en esos viajes y estos años cuando debió de tener fácil acceso de las obras de Erasmo. Aunque se le denuncia como favorable al “evangelismo” de Lutero, en bella declaración escrita dice que no, sino que leyó varios libros de Erasmo cuando estaba en el castillo de Alcañiz (no constan fechas), tales como el
Enquiridion, los Coloquios, y la glosa al
Pater Noster partido en siete partes, traducida en 1528, y que jamás pensó que fueran heréticos, ya que no habían sido condenados en la famosa junta teológica de Valladolid, que “los ha visto tener y leer a muchas personas y él mismo los tiene”, y sabe que en Zaragoza los leen en el Estudio, además de que el emperador había escrito una carta laudatoria de Erasmo. Miguel no era clérigo: dice ser padre de cuatro hijos, estudiantes en Zaragoza, y de cuatro hijas. Nada más sabemos de él. Pero estos pocos datos pueden orientarnos sobre la pujanza, que hay que documentar mucho más, que hubo de tener el erasmismo en Aragón.”
En enero de 1536 es procesado en Valencia el aragonés, nacido en Puebla de Valverde -Teruel-, Miguel Mezquita. Según la acusación del clérigo Pedro Ferrer, era haberle oído decir a Mezquita que había papistas y “evangelistas” y que estos últimos eran los luteranos porque Lutero predicaba el Evangelio, mientras los seguidores del Papa eran los papistas. Mantenía Mezquita que no había ninguna base bíblica en la tradición papal de sucesión apostólica y como mucho Cristo había dado esa autoridad a Pedro y no a sus sucesores. También le acosarían los inquisidores con la “confesión a Cristo” que en el Coloquio de Erasmo estaba insinuado, aunque más en Lutero, y por eso lo intentaron engañar, haciéndole ver que la confesión privada era suficiente, a lo que él contestó que la confesión oral era necesaria una vez al año. (Haliczer, 1990, pág. 282)
Al lado del legajo de Mezquita, aparecen otros dos procesos: el de Pedro Viela y Pedro Sirvent. En todos los casos la precisión teológica sobre las doctrinas luteranas es admirable y prueba que pertenecen a un periodo posterior a estas primeras décadas del XVI. El primer interrogatorio a Mezquita es de 25 de enero de 1536 y aparece casi ilegible. (Bataillon, 1995, pág. 485) Sin embargo, aparecen datos en los que se sostiene que Mezquita viajó mucho en su juventud, visitando Roma y Nápoles en compañía de de Mosén Mella. En 1521 había ido a Flandes con una misión de la Comunidad de Teruel y luego había entrado al servicio del Virrey de Aragón don Juan de Lanuza, de quien había sido delegado en la Corte durante dos años, en particular durante la permanencia de la Corte en Granada. En las declaraciones que hizo Mezquita a la Inquisición decía que “en el castillo de Alcañiz al ver que estaba leyendo el Enquiridion, un fraile le dijo que si tenía por bueno aquel libro, pues no era cristiano. “Yo le dixe que por cierto yo era tan buen christiano como él y que yo no sabía que el dicho libro fuese malo ni reprobado… y señaladamente le dixe que sobrese libro se había fecho ayuntamiento en Valladolid por mandado del Rmº Cardenal Inquisidor Mayor de muchos letrados, excelentes varones, que no le avian condenado al libro ni a Erasmo por erético ni reprouaron sus obras… Otrosy digo que el dicho libro Inquiridion y los Coloqios que los e visto tener y leer a muchas personas… y digo que se que en Zaragoza los leen en el estudio (él tiene cuatro hijos es esta Universidad)… y pareciéndome bien las obras que an llegado suyas a mi noticia… los he tenido por buenos y me pesaba que fuera erege ni por tal tenido, y esta voluntad fue porque vi una letra traducida que dezian escriuió al Emperador y Rey nuestro señor en que dezia peleava por Jesu Cristo y que tenía muy al baxo las eregías de Lutero”. (Bataillon, 1995, pág. 485 Nota 7)
Al cabo de un mes Mezquita saldría libre. Para Longurst el dato no está claro, ya que el juicio de Mezquita que concluye el 29 de enero de 1536, no es por expresar opiniones de Erasmo como pretende dar a entender Bataillon, sino por expresar comentarios favorables a Lutero. Los inquisidores de Valencia dejarían de lado el tema de Erasmo y ellos presionaron a Mezquita con cargos específicos de luteranismo, admitiendo que era posible haber dicho algunas cosas a favor de Lutero.
El año siguiente, un aragonés de una cierta estatura política, denunció a Miguel Mezquita en Valencia por luterano. El denunciado diría que los seguidores de Lutero correctamente fueron llamados los
evangelistas porque predicaron el evangelio santo, mientras que los seguidores del papa merecieron solamente ser llamados los papistas. Él también mantuvo que Lutero estaba en lo correcto en sus manifestaciones ya que no había base escritural para la tradición papal de la sucesión apostólica, y que Cristo había dado esta autoridad solamente a San Pedro y a ningún otro. Mezquita fue encarcelado en enero (1536) y su proceso todavía estaba en marcha al final del mes, cuando nuestros datos desafortunadamente terminan.
Bataillon dice que Mezquita fue relajado para quemarse el 28 de enero de 1536. No se ha podido encontrar esta información en el expediente del ensayo de Mezquita, que concluye el 29 de enero, en cuyo caso Mezquita todavía estaba vivo. Aunque Bataillon discute el proceso de Mezquita como esencialmente de uno con opiniones erasmistas, es realmente un proceso por luteranismo.
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