La autora estaba en una residencia de ancianos desde hace tres años en Litchfield (Connecticut, EE.UU.), ya que vivía en un pueblo de ese estado llamado Goshen, desde que abandonó su querido Manhattan. Puesto que Madeleine L´Engle es claramente una escritora de Nueva York. Tiene la mentalidad liberal de esa ciudad, y es allí donde ha vivido casi toda su vida, aunque pasó una temporada en un internado de Suiza. Su madre era pianista y su padre se dedicaba a la crítica de teatro. Tal vez por eso su primer trabajo fue como actriz en una modesta compañía de teatro, donde conoció a su marido, Hugo Franklin. Su pasión sin embargo era la literatura. Escribía desde niña poemas y cuentos, hasta lograr publicar su primer libro en 1945 (
La pequeña lluvia).
Madeleine tiene una crisis creativa en los años cincuenta, hasta que pasando unas vacaciones con su familia en un camping tiene la idea de La arruga del tiempo. Inicia así en los años sesenta una tetralogía que se llama El cuarteto del tiempo. Este es el único título de la serie que se ha publicado en castellano (por la editorial
Santillana), que lleva ya 69 ediciones en inglés. Es una historia de ciencia-ficción que muestra una lucha cósmica entre la luz y la oscuridad, el amor y la indiferencia
LA ARRUGA DEL TIEMPO
Meg es una brillante, pero impulsiva estudiante de secundaria, que debe soportar la presión constante de la ausencia de su padre, un investigador científico del gobierno. Su vida diaria es un infierno, hasta que un día emprende una espectacular aventura galáctica, cuando ella y su hermano Charles, con su amigo Calvin, emprenden la búsqueda de su padre junto a las excéntricas señoras Qué, Cuál y Quién, las cuales les muestran la tecnología del
Teseracto, una figura geométrica de cuatro dimensiones espaciales que pliega tanto espacio como tiempo, haciendo posible el viaje interestelar e intergaláctico. L´Engle tiene así a sus personajes, viajando no solo entre planetas, sino también entre dimensiones.
En sus viajes, los protagonistas encontrarán una mente maestra universal, cuyo plan es someter a la indiferencia y al conformismo a todo el universo, que ha hecho prisionero al padre de Meg como parte de su plan para tomar la Tierra, entre muchos otros mundos. Al final dependerá de Meg y de su valor como ser humano, salvar tanto a su padre como a su joven hermano de esta amenaza, que es definida como El Mal mismo, y que ha sido combatido a lo largo de los siglos por las enseñanzas, logros y sueños de personajes tan importantes como Jesús, Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, Shakespeare, Bach, Pasteur, Madame Curie, Einstein, Schweitzer, Gandhi, Buda, Rembrandt, Beethoven, San Francisco, Euclides y Copérnico. Todos soldados de una noble y valiente lucha, que se ha dado desde el comienzo de la creación, a lo largo de toda la galaxia por miles de especies que sueñan, desean y aman.
CAMILA Y DIOS
La historia de Camila (1965), que ha visto ya varias ediciones de Alfaguara, es mucho menos fantástica. Nos habla de una chica de Nueva York, que pasea por Central Park con su amiga Luisa hablando de lo humano y lo divino. Camila es creyente, pero Luisa no, aunque “ella presiente que si encuentra a mucha gente que cree de verdad en Dios, quizás ella misma pueda acabar creyendo en Él”. Camila tiene una relación muy especial con el hermano de Luisa, Frank, que está a punto de ir a la Universidad y le hace desear pensar en Dios. Hablan mucho, pero al final é se va a Cincinnati, sin ni siquiera despedirse.
El matrimonio de sus padres se está quebrando. La madre de Camila tiene un amigo, Jacques, aunque su padre sigue todavía viviendo en una habitación de la casa. Ella se intenta suicidar. Lo que provoca un gran desconcierto en Camila, que se siente triste y desconcertada. Un amigo de Frank muere y él se rebela ante la idea de que esto sea voluntad de Dios. “Necesitamos un nuevo Dios, un Dios en el que podamos creer de verdad”, dice Frank. Ya no sirve “un Dios de túnica larga y barba”, sino uno apropiado para la era atómica”.
LA FE DE L´ENGLE
Los personajes de
Camila pueden ir a una iglesia y sentir la presencia de Dios, pero ella no cree “que Dios tenga la culpa de que la gente haga algo mal”. Tampoco piensa que “cuando la gente es buena, El lo tenga previsto; pero sí cree que, gracias a El, la gente puede ser mucho más generosa y más buena de lo que es”. Según Camila, “las personas tienen que hacer las cosas por sí mismas”, ya que “Dios no va a hacerlas por ellas”, pero al mismo tiempo se pregunta por qué Dios ha permitido que aparezca el
amigo de su madre y rompa su matrimonio…
Muchas preguntas, pero pocas respuestas. Así se muestra la fe de L´Engle en sus relatos de ficción. Nada que ver con los comentarios piadosos que llenan la literatura evangélica. Ella ha dicho a veces que no era “una escritora cristiana, sino una escritora que está luchando por ser cristiana”.
Su teología es bastante confusa, pero nos desafía a pensar sobre la fe. Perteneció a la Iglesia Episcopal. Trabajaba de hecho en la biblioteca de la Catedral de
St. John The Divine en Nueva York. En una de sus últimas entrevistas con la revista
Newsweek dice que la Biblia es verdad, pero no cree que en ella podamos encontrar “hechos”. Tal vez por eso su fe era tan débil y variable. Ya que la fe necesita el fundamento de la Biblia como verdad histórica, para saber en qué Dios creemos, cuya realidad va más allá de toda nuestra imaginación…
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