Sin embargo ya hemos insistido que la reforma de Cisneros fue también intelectual y las mismas personas que renegaban de la universidad y la teología no eran nada ignorantes, teniendo entre sus lecturas el Nuevo Testamento. María de Cazalla, franciscana terciaria, condenada por luteranismo, no se limitaría a educar a sus hijas, sino que leyó mucho de los escritos que salían de las prensas de Alcalá, daba clases de “doctrina cristiana” a las mujeres rurales, predicaba por las casas y enseñaba en las epístolas de San Pablo y “había mucha gente allí, casi todas mujeres… unas veinte porque la cocina era muy grande y estaba llena. María de Cazalla leyó un libro, lo comentó y cada cual estaba en silencio como si escuchasen un sermón” según el testimonio de Catalina Alonso. Isabel de la Cruz, franciscana terciaria y alumbrada, de la que se cree había escrito un libro sobre la contemplación, también en la plaza pública de Guadalajara leería libros y como un clérigo afirmó, muchas mujeres leían en lengua vernácula y en voz alta. Como afirma también la aristócrata doña Mecía de Mendoza este era un hecho conocido que muchas mujeres alfabetizadas leían en alto las Sagradas Escrituras y libros de los Santos a las mujeres analfabetas.
En estas controversias franciscanas no solo aflora el iluminismo o el erasmismo dentro de su espiritualidad y concepción del hombre, sino también el luteranismo temprano en España, encontrando seguidores de esta Orden. Dice Antonio Márquez: “Las controversias dentro de la Orden franciscana en Castilla, por esas fechas (1517-1524) y concretamente en la custodia de Toledo(1), se prestan a una investigación de puerta abierta en lo que concierne a las fuentes literarias.
El Bulario de la Inquisición española parece indicar que semejante sospecha está perfectamente justificada: los franciscanos de Castilla conocen y simpatizan con la Reforma de Lutero hasta tal punto que es necesario que intervenga no solo el General de la Orden y la Inquisición, sino el mismo Sumo Pontífice”.
La misma espiritualidad franciscana, cuyos ingredientes fundamentales en estos tiempos de reforma son la visión, los estados mentales de trances, desmayos, sueños y revelaciones que Cisneros apoyó, se mezcla con la dominica. Aunque el dominico Vicente Ferrer condenase los excesos místicos de las revelaciones y visiones, sin embargo se editaron sus obras como de autor místico, pero siendo omitidas en la versión de 1510 aquellas afirmaciones en las que se considera a los “trances” obra del Diablo.
Para más identificación de la espiritualidad franciscana-dominica, en la que elementos tales como política, profecía e Inquisición forman la esencia de estas filas religiosas, tenemos el ejemplo de sor María de Santo Domingo. Ella había cautivado a la corte real y el cardenal Cisneros la consultó en materias importantes y el duque de Alba le hizo un convento en Aldenueva –Ávila-, pero los Dominicos eran escépticos sobre sus visiones. Cuando fue investigada por una comisión eclesiástica especial, ella tuvo protectores tan importantes como el ya entonces cardenal Cisneros, quien en sus relaciones personales con sor María, le dio a la beata una faja franciscana para usar debajo del hábito dominico, como reafirmando este proceso de franciscanización.(2)
Lo que parece claro en este grupo del clero regular, sean estos reformados jerónimos, dominicos, franciscanos, benedictinos y otros regulares, es que hubo una religiosidad más íntima y personal, combinada con manifestaciones públicas ostentosas como las procesiones y los autos de fe.
Pero además esta mentalidad nueva monástica hacía que rivalizara en construir monasterios y capillas, como también en ascender a los puestos más relevantes, siendo los franciscanos y dominicos los que habían sido reclamados para las aulas universitarias aunque esto supusiera que ciertos sectores consideraran la vida intelectual un peligro para la virtud.
El crecimiento monástico necesario para emprender tantas actividades nuevas, propició una mayor diversificación del origen social de monjes, especialmente en los jerónimos. La procedencia de los miembros solía tener abundancia de familias nobles pero al ir decayendo las vocaciones aumentaría el de cristianos nuevos, llegando a ser dominantes, este grupo de conversos, en muchos monasterios como el de Guadalupe –Cáceres- en distintos periodos entre 1450-1480. Aunque al principio la Orden jerónima no pusiese impedimento sobre el gran número de conversos, esto supondría a la larga una fuerte división y continuadas tensiones. Sin embargo las primeras generaciones de jerónimos sobresalieron por su nivel cultural y capacidad de atracción, de manera que este monasterio de Guadalupe y el de Villuercas daba muchas oportunidades para realizar tareas de administración, artesanía y artes como pintura, encuadernación pergaminería, zapatería, tejeduría, etc.
Continuará…
1) Se refiere Márquez a la disputa mantenida con Cisneros empeñado en fabricar una custodia de Toledo a la que Ricardo S. Hidalgo califica de “Espumante de aurífica belleza, deslumbrante y magnífica, la Custodia de la Primada Iglesia toledana, que es decir la primera joya orfébrica del mundo, pasea su gentil hermosura, ante apretada muchedumbre, en el día grande del señor.” Según la tradición la Custodia se arma con 12500 tornillos para fijar 5600 piezas y 260 figurillas, arrojando al conjunto un peso superior a las diecisiete arrobas. En su labor se arrojaron 183 KG de plata y 18 de oro, siendo la primera vez que recorrió las calles de Toledo en 1595” Según Calderón se juega en la loa con las relaciones Amor- Cuerpo-Cristo, e Iglesia-Alma-Custodia-Toledo. La ciudad de Toledo se enorgullecía de su primacía religiosa, y Calderón parece sugerir en su los las Bodas de Amor-Cristo con su Iglesia-Toledo.
2) Visionaries and affective spirituality the first half of the Sixteenth century. Geraldine McKendrick and Angus Mackay CULLTURAL ENCOUNTERS
Si quieres comentar o