Como algún estudioso ha insistido” Ni siquiera los historiadores de la lingüística españoles se muestran excesivamente generosos con sus compatriotas: Jesús Tusón sólo da cabida en su nómina a Nebrija y al Brócense, por supuesto, a Vives —muy de pasada— y al Licenciado Villalón.
La “Gramática” del luterano Villalón fue publicada en Amberes en 1558 con el título de
GRAMÁTICA CASTELLANA. Arte breue y compendiosa para saber hablar y escreuir en la lengua Castellana congrua y deçentement y se enmarca en ese camino de investigación científica que inicia la modernidad y el afán didáctico de una lengua castellana en expansión.
Cristobal de Villalón contribuyó a la difusión internacional de la lengua por su originalidad. Según los expertos Villalón “muestra la perfección castellana para propios y extraños mediante un delicado equilibrio de los mejores recursos teóricos y metodológicos utilizados en la descripción de las tres lenguas sabias, pero con la particularidad de que el Licenciado aplica por primera vez al español las nuevas estrategias didácticas de las gramáticas hebreas contemporáneas, que por entonces fascinaban a los humanistas europeos tanto o más que las fuentes grecolatinas tradicionales”.
Nos dice Villalón que su obra es “de ingenio, estudio y especulación” porque la codificación gramatical recibe su impulso de las artes hebreas “para el puro Castellano muy desasido del latín”. Este contraste interlingüístico hacen que nuestro gramático proponga soluciones innovadoras para el tratamiento de las palabras, el género de los nombres, los tiempos de los verbos o rechace las declinaciones y el concepto mismo de oración.
De ello se desprende que Villalón con su Gramática solo pretende enseñar pero innovando tras una verdadera investigación filológica. Sobre todo se desmarca de las normas latinas que Nebrija había seguido en su
Gramática. Las únicas diferencias importantes se relacionan con su concepción del tiempo y con la asignación de formas verbales a cada modo, pues sigue a la gramática grecolatina en el reconocimiento de cinco modos distintos, idénticos a los de Nebrija.
Dice
Eugenio de Bustos Gisbert que mucho menos interesante resulta la gramática del licenciado Villalón, pese a sus afanes de novedad frente a la gramática de Nebrija y su supuesta independencia con respecto a los gramáticos latinos. Se refiere a las formas verbales que algunas parecen no haber existido nunca y que Villalón, por su parte, simplifica arbitraria y erróneamente el sistema temporal. Sin embargo reconoce que con esto no quiere decir que la gramática de Villalón carezca de mérito. Pero no en este punto. No resulta gratuito, a nuestro entender - dirá Bustos-, que M. Peñalver Castillo no aluda para nada a la parte dedicada a la categoría verbal en la Gramática de Villalón, en su artículo: “Las ideas gramaticales de Villalón” en
Actas del Congreso Internacional de llistoriografía Lingílística, en la que reivindica la figura de Villalón.”
En las ideas lingüísticas de Gregorio Mayans, el valor del artículo como determinante aparecía en las obras de tres de los gramáticos españoles más citados por él: Villalón, Jiménez Patón y Correas. Tanto Mayans como Manuel García Blanco acuden a Valdés y Villalón como los exponentes más novedosos de la filología castellana.
Parece ser que Villalón escribió también un
Libro de la glosa de los refranes castellanos pero que hasta el día de hoy es desconocido.
Puede ver aquí el artículo de Manuel de León sobre la vida y persona de
Cristóbal de Villalón
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