Habiendo residido largo tiempo en Lovaina sin embargo hay muchas lagunas de su vida, de modo que se desconocen las fechas de su muerte y nacimiento. Se supone que conociera en Lovaina al reformado Sebastián Fox Morcillo a quien Fray Baltasar Pérez había acusado de heterodoxo, aunque la admiración por Erasmo, al que tradujo, y el ambiente polémico existente en la universidad de Lovaina y las persecuciones a los protestantes por 1540, hacen suponer que no fue tan radical como Encinas.
Sin embargo Ignacio J. García Pinilla, basándose en el estudio de la correspondencia conservada relativa a Francisco de Enzinas, propone que sea éste el autor que se esconde bajo el pseudónimo de Juan de Jarava, siendo por tanto la
Historia de las yervas... (Amberes, 1557) un libro
post-mortem habida cuenta que el burgalés expiró en 1552. “Como hace notar Ignacio J. García Pinilla, la firma de “Juan de Jarava” figura en obras impresas en Amberes con cierta continuidad -1544, 1546, 1549, 1550, para volver a aparecer en 1557-; precisamente durante este período -entre 1543 y 1557- el nombre de Francisco de Enzinas no está presente en los impresos acuñados en Amberes. En su opinión, el trabajo del proscrito Francisco de Enzinas queda bajo la responsabilidad del impoluto “Juan de Jarava”.
Esta hipótesis de ser Jarava un pseudónimo de Encinas ya había sido apuntada por Carlos Gilly y se basaba solamente en la ausencia de datos de “Juan de Jarava” y en dos obras impresas en Estrasburgo, donde el pie de imprenta ponía Hernando de Jarava pero que la crítica ha demostrado ser de Encinas. Por otra parte nada está claro en este asunto ya que Hernando de Jarava quien sería tío de Juan de Jarava, avala y apoya la teoría de que ambos estuvieron al servicio de la reina Leonor de Austria, Hernando como capellán y Juan como médico.
Para nuestro propósito lo que mas nos interesa es la conclusión a la que llega García Pinilla y es que
si nuestro “Jarava” no es el propio “Enzinas”, no hay duda de que debe conferirse a su persona el mismo espíritu protestante que a aquel. Las persecuciones religiosas en las ciudades flamencas durante los años en que “Jarava” inicia su producción científica, en torno a la década de 1540, fueron especialmente virulentas ¿Ocultaría “Jarava” la conflictiva figura de “Enzinas”? No debe olvidarse que el burgalés fue preso en las cárceles de la Inquisición en diciembre de 1543; meses antes de que el primer “Jarava” saliera de las prensas de Rutgerus Rescius” De todos modos mantenemos la postura de de un Juan de Jarava real y luterano, sobrino de Hernando de Jarava-
Hernando tradujo diversos textos sagrados al castellano, según la Vulgata. Así. Las lecciones de Job (Amberes. 1540 y 1550) las Lamentaciones de Jeremías (Amberes, 1556), los Salmos penitenciales, con una breve exposición y por encargo de la reina Leonor (Amberes, 1543) y los Salmos graduales (Amberes. 1546). Estas son de las escasas traducciones de textos sagrados que sobrevivieron a los rigores inquisitoriales de la época siguiente. La amplia cultura de Hernando fue siempre un acicate para Juan de Jarava, para quien su tío era mas que un maestro y un guía, pues muy probable que el puesto de médico de la reina Leonor se lo hubiese conseguido su tio materno Hernando.
En cualquier caso, esa profesión de médico explica su
Philosophia natural (1546), su traducción del
Dioscórides (1557) y gran parte de los
Problemas (1544 y 1546). En su creación intelectual sobresale como traductor de autores antiguos (Cicerón en 1546; Luciano en 1544) y de autores contemporáneos (Erasmo, 1549)
Ciertamente Francisco de Enzinas conocía al traductor y capellán de Leonor de Austria. Los dos eran traductores de textos bíblicos y tenían afinidades intelectuales pero ideológicamente eran personajes separados, por lo que Jorge Bergua se pregunta:
¿por qué eligió Enzinas un pseudónimo con el que podía comprometer a quien le unían tantos lazos como para considerarlo
patruus? Este es un buen argumento para dejar claro que este Juan de Jarava es distinto de Encinas aunque su pensamiento sea protestante.” Desde luego ambos personajes tienen muchos elementos comunes, no pocos de ellos derivados del vivir en el mismo espacio y tiempo y bajo unas ideas filosóficas, religiosas y sociales muy similares”
Juan de Jarava aparece, en conclusión, -dirá Vian Herrero- como un humanista de intereses muy variados, que abarcan desde la medicina hasta lo que más modernamente llamaríamos física y botánica. Hombre culto, buen conocedor del latín, y preocupado por las elegancias de la lengua vulgar; partidario, como muchos contemporáneos suyos. de una literatura amena y provechosa; cultivador del diálogo y familiarizado, por amistades o por relaciones de magisterio con sus modelos, con los movimientos de reforma espiritual que dividieron al Renacimiento.
1) Fábula y diálogo en el Renacimiento: confluencia de géneros en el Coloquio de la mosca y la hormiga de Juan de Jarava.- Ana VIAN HERRERO Universidad Complutense
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